26 jul 2011

Pero ¿tú de qué vas niña?


He entrado a curiosear en el apartado de blogs de uno de los dos diarios de tirada regional en Canarias y me encontré un artículo cuyo título llamó mi atención: “El fascismo está aquí”. Gira en torno al terrible atentado ocurrido en Noruega esta semana pasada. Para la autora, los terribles sucesos acaecidos en Noruega se deben al auge de la ultraderecha y, parafraseando a la fiscal Olga Sánchez, "¡vale ya!".

El texto ofrece, en mi opinión, un ejemplo perfecto –trágicamente, uno más- de cómo estigmatizar a todo un sector de la población, única y exclusivamente porque mantienen puntos de vistas distintos de los de ellos. Para tal fin, esto es, para lograr el aislamiento de los “díscolos”, para meterlos junto al PP dentro el cinturón sanitario que en su día decretó el cómico argentino Federico Luppi, se les asocia directamente con crímenes abyectos y aberrantes como los que han sacudido al país nórdico.

Dice la articulista en uno de los párrafos que “El discurso político del asesino noruego es muy conocido en España. Podría ser un tertuliano más en Intereconomía, un columnista en Libertad Digital o editorialista de El Día.” Vamos, que por poner ejemplos, para esta periodista, en el programa “El Gato al Agua” de Intereconomía o en “Es la noche de César” de LibertadDigital TV, podría estar sentado perfectamente como tertuliano el presunto asesino noruego porque, en definitiva, su "discurso político" es el mismo que el de las personas que intervienen en los programas de debate de estas cadenas y claro, siguiendo su razonamiento, es probable que piense que todos los espectadores de esos programas concretos, comulgan también con el "discurso político" de un presunto asesino en masa de personas. De aquí se colige fácilmente que ¡algo hay que hacer con nosotros!

Me pregunto por otro lado si estas empresas mediáticas que señala la articulista, tendrán algo que decir ante semejante manifestación, más que nada, porque a mi no me agradaría en absoluto que me señalasen como capaz de admitir al presunto autor de 76 asesinatos en mi tertulia.

Y al final, parece que el miserable noruego no es más que un desquiciado que sí, que tiene ideas de extrema derecha, pero cuesta mucho entender que se trate de un fanático anti musulmán y fundamentalista cristiano y que todas las víctimas sean cristianas y ninguna musulmana.

El artículo continúa por la senda de la miseria, cuando comenta que el asesino rezaba a Jesucristo y no a Alá, equiparando en peligrosidad a los actuales fundamentalismos cristiano y musulmán. ¡Es indignante! Da igual que este atentado protagonizado por un fundamentalista cristiano sea como una gota en el mar de atentados cometidos por integristas islámicos, ya se sabe, los malos, los intolerantes, los que no respetan las costumbres de otros pueblos, somos nosotros, los occidentales y nuestra cultura cristiana. Esta es otra prueba más de la deshonra que nos hace merecedores del cinturón de Luppi.

La autora persevera en su tarea de acotamiento y marca de todo aquel que no sintoniza las emisoras que ella considera apropiadas. Dice que “La ultraderecha entra cada noche en nuestra casa a través de la televisión, los vemos bramando contra la inmigración, contra la alianza de civilizaciones” Pero ¿cómo que la ultraderecha entra en nuestra casa a través de la televisión? Pero ¿quién se cree que es esta señora para insultar a todos los españoles que, por fin, después de años de dictadura mediática, hemos encontrado en la Televisión Digital Terrestre emisoras que escapen al control político de la izquierda española? ¡¡De ultraderechas será su madre!! ¡Es que resulta lamentable! Nos marca alegremente con el estigma del fascismo y ahí me las den todas. Esta es la pretensión final, lo que queda, lo que cala en la sociedad, la asimilación aceptada de que si eres espectador del programa “El Gato al Agua”, eres un fascista de la ultraderecha más rancia.

Yo para informarme lo hago en Intereconmía o La 10 o La 13, una lástima lo de Veo 7 y ni se me ocurre sintonizar para el mismo fin La Sexta, ni Telecinco, ni La Uno y ni soy un facha, ni soy de ultraderechas.

Tal vez duela que, mientras muchos periódicos están viendo el panorama económico muy negro, con fuertes caídas en ingresos por publicidad privada y no digamos por la institucional, que sin duda se traducirán en despidos y recortes de plantillas, una pequeña cadena como Intereconomía se haya atrevido a pedir colaboración económica a los ciudadanos -con la que está cayendo- y la respuesta de éstos haya desbordado todas las previsiones y expectativas de la cadena.

22 jul 2011

Por La Sorrueda

No hay muchas posibilidades de hacer fotos cuando salimos de excursión en moto, pero el otro día hicimos una parada en La Sorrueda, por el interior de la Gran Canaria profunda.



20 jul 2011

Con lo fácil que era

una salida airosa, sin mayores complicaciones y, lo mejor de todo, con escasa repercursión mediática, va el presidente del Cabildo de La Gomera y la encharca.

Bastaba con abandonar la zona después de haber sido expulsados del local y a otra cosa mariposa, para que estos incidentes hubiesen pasado sin mucho revuelo. Era una cuestión de retirarse a tiempo para que se cumpliese el dicho.

El error fue acudir a la Policía a solicitar amparo. A partir de ese momento, aquello de que toda situación desastrosa es susceptible de empeorar, se hizo realidad en toda su crudeza.

La rueda de prensa ofrecida por el ex-senador, ya en la isla Colombina, fue el preludio del desastre que se cernía sobre Casimiro Curbelo.

En ella afirmó que las "tesis del erostimo y las saunas" eran falsas, que había sido él "el único agredido, maltratado y humillado", que el PP estaba detrás, que su hijo había discutido con un camarero de un local donde tomaban unas copas, motivo por lo cual le conminaron a abandonar el local. Tras ser expulsado por personal de seguridad del local, se dirigen a comisaría a denunciar estos hechos, pero allí ocurre todo menos lo que los indignados isleños esperaban.

Entonces ocurrió que, al poco, salió a la palestra el nombre de la sauna "Gola Chicas", que era el lugar en el que el ex-senador, su hijo y el amigo de éste tomaban unas copas. A continuación apareció en escena uno de los camareros del local que manifestó su versión de los hechos que, para qué vamos a engañarnos, distaba mucho de la del señor Curbelo, cuya imagen pública, deteriorada día a día, era blanco de unas cada vez más afiladas críticas en los medios. ¡Qué ridículo público más espantoso!

Y hoy ha ocurrido que me ha llegado por correo electrónico una copia del atestado policial del "incidente" publicado por un periódico tinerfeño.

El documento oficial sitúa parte de los hechos en el "local de alterne nocturno Gola"; señala que tanto a Don Casimiro como a su hijo, les han leído sus derechos, tomado huellas dactilares y encerrado en un calabozo. Contiene la declaración completa del camarero, que comenta, entre otras lindezas, que el incidente se inicia cuando otro cliente del local se encara con el joven Curbelo ante la forma soez con la que éste se estaba conduciendo con las señoritas; la de los policías implicados, que alegan haber sido agredidos por el vástago e insultados gravemente por ambos susodichos y las manifestaciones de los agentes que tuvieron que acudir como refuerzos ante el cariz que tomaban los acontecimientos, llegando incluso a romper el polo del uniforme de uno de ellos.

El señor Curbelo pasó de afirmar que no dimitiría como senador a hacerlo en cuestión de pocos días.

¿Cómo fue posible este súbito cambio en alguien que
había sido "agredido, maltratado y humillado" por la Policía? ¿Alguien cuyo hijo ha sido tratado por los agentes "como si fuera un terrorista" ? No he escuchado ni una palabra al respecto de las compañeras Aído o Pajín, así que ellas no parece que tengan nada que ver en la repentina renuncia al Senado.

Yo lo que creo es que Rubalcaba le ha hecho llegar a Don Casimiro Curbelo un mensaje diáfano y claro como el día, de un alcance y profundidad similar al "Mi ventaja es que yo sé todo sobre todos" que el hoy candidato le espetó a un Magistrado del Tribunal Supremo en 2010 y, claro, a Casimiro le ha entrado un "aflojetún" que le falto tiempo para comunicar en rueda de prensa "su firme decisión de renunciar, con carácter inmediato, a su escaño como senador por La Gomera".

Total que con lo facilito y sencillo que lo tenían ambos dos para salir de esta, va y les pasa lo que les pasa. Eso sin entrar en la vergüenza que al menos yo sentiría en la misma situación, si viviese en una de las islas más pequeñas del Archipiélago, habitada sólo por cinco mil y pico almas.











17 jul 2011

Sunday morning


One of my mates called me up the other day to see if I would like to go on a motorbike excursion on Sunday. As usual, Cafetería Bandama was our meeting point. Time: 9 am. "One of my brothers will come with us. He’s riding his Harley," he told me on the phone.

When I got there, he was also arriving. I found him getting off the bike and taking off his helmet.

I parked my bike, we exchange greetings and we crossed the road heading to the bar. He introduced me to his three brothers and to seven or eight of their friends who also were coming.

After a cup of coffee and once we agreed about the route, we left the bar at 9:30. I was putting my helmet on when suddenly, I saw myself surrounded by nine or ten Harley Davidson, all stunning. We started off the engines and from that precise moment, the characteristic sound of these US made motorcycles remained with us for almost the whole excursion. Leather grip covers in handlebars, nickel plated parts everywhere, riders wearing leather jackets plus all the "Harley Davidson" merchandising one can imagine. From belts, T-shirts and helmets, to watches, sunglasses or scarves. My mate with his Honda CBF-600 and me with my Kawasaki ER-5, were the only ones who were not riding a Harley Davidson.

We drove up to Santa Brígida village. We remained riding at the back of the group. Harleys had set our average speed and I swear it was slow. Then we turned left and entered a detour. Soon, we were in some sort of well asphalted rural road that ran through the interior of a tiny beautiful valley I had never been before. Road narrowed a bit more and Harleys began to suffer the consequences of their size and weight. It was OK for our bikes but not for theirs. For a while we had no chance to change from second gear. No way. They faced real trouble with some of the U-turn bends; folks, steering these bikes at slow speed it is not easy at all when you have to maneuver. In fact, I remember I heard the sound of their stirrups hitting the road when they entered bends.

Overall I enjoyed the excursion. It was nice but I gotta admit that this Harley Davidson “always slow driving philosophy” is not for me.

Suddenly, my mate drove netx to me and told me: “as soon as I make you a sign, open throttle up and follow me”

I do not think three minutes went by. He gave me a sign, we took advantage of a small straight, we bluntly opened up throttle and quickly the USA machines turned into no more than the distant noise that came off their exhausts.

From this very moment, we had fifteen minutes of real pleasure ahead.

Long enough straights that let us get the most of each gear and nice bends that made us enjoy the riding of the bikes. Even when it was a two way road, it was early Sunday morning and traffic was very little, so fun was served. We two both reached the junction we had arranged to meet at with the others.

Harleys began to arrive at the check point. They all passed in front of us and then, we occupied our place in the back of the group again.

I have always had the idea that these US motorcycles were not very powerful, but as soon as we reached the motorway I had to change my mind. One of them really amazed me. That was a fast bike for sure. I didn’t see the others riders anymore, but my mate, the guy in this Harley and me got together into town, we waved hand and everyone went home.

It was a lovely Sunday morning.

14 jul 2011

Otra excursión

Miguel me llamó el otro día para ver si nos íbamos de paseo con la moto. Como siempre, quedamos en el Bandama a las 9 de la mañana. “Uno de mis hermanos viene con su Harley”, me dijo.

Cuando llegué a Tafira Alta, Miguel acababa de hacerlo; lo encontré bajándose de la moto y quitándose el casco.

Aparqué, intercambio de saludos, cruzamos al bar y me presentó a sus tres hermanos y a media docena más de sus amigos que también se apuntaban a la excursión.

Después del cortado de rigor y una vez trazada la ruta, más o menos de aquella manera, decidimos arrancar, pero cuando me fijo, resulta que estoy rodeado por ocho o nueve Harley Davidson, todas impresionantes, al punto que somos Miguel con su Honda y yo con mi Kawasaki, los que damos “la nota” .

Arrancamos y nos vimos dentro de una marea de ruido característico, de manillares con flequillos, de chaquetas de cuero negro con águilas en la espalda y toda la imaginería "Harley Davidson" que uno pueda figurar. Desde cintos a camisetas. Desde cascos a relojes.

Estuve conduciendo en el último lugar del grupo durante un tiempo y tengo que reconocer que ver las Harleys desde atrás, ocupando entre todas el espacio de un camión o entrando pesadamente en las curvas, me pareció un espectáculo.

Subíamos hacia Santa Brígida con todas ellas delante, siempre a una velocidad de auténtico paseo, cuando de pronto entramos por una desviación. Al poco, en un camino vecinal que discurría por el interior de un barranco en el que no había estado jamás. La carretera se estrechó y las Harleys empezaron a sufrir las consecuencias de su enorme envergadura. No podíamos pasar de segunda. Había curvas tan cerradas que alguno pasó verdaderos apuros y es que, manejar una de estas motos y mantener el equilibrio, con lo que pesan, no es nada fácil cuando hay que hacer maniobra. De hecho, en más de una ocasión escuché el ruido de alguno de sus pisantes rozando la carretera al entrar en las curvas.

El paseo en general había sido muy bonito, pero tengo que reconocer que la filosofía Harley de ir constantemente tan despacio, no es la mía.

Al poco salimos a una carretera general. Seguía atrás, cuando Miguel se me acercó y me dijo, “cuando te haga una seña, vente detrás de mí”

No creo que pasaran tres minutos. Miguel me hizo la seña, aprovechó una recta, vi que las Harleys se apartaban, tiré de segunda hasta casi 8 mil revoluciones y me metí detrás de él. A partir de aquí fue otra vez una explosión de satisfacción. Curva, recta larga, curva otra vez. Ya no vimos más a ninguna máquina yanqui hasta que llegamos al cruce en el que habíamos quedado con ellos. Se convirtieron en un ruido lejano que cada vez se escuchaba menos. La moto, como siempre. Le faltan un par de puntos, pero no desmerece. De hecho uno de los "Harleys" me dijo, "¡niño, hay que ver cómo entra esa Kawa en las curvas!"

Yo sabía que las Harleys no eran motos muy potentes y sí muy pesadas. El hecho de ser motos de estricto paseo las hacía lentas, o eso pensaba yo, hasta que llegamos a la autovía y uno de los hermanos de Miguel salió disparado como un tiro. ¡Cómo caminaba aquella Harley Davidson! Fue la única que se mantuvo con nosotros dos hasta que llegamos a la capital. Se notaba que el gemelo de Miguel estaba tirando del acelerador con gusto, resarciéndose de las escasas ocasiones que las curvas del recorrido le habían ofrecido para darle "leña" a la moto.

Entramos por el Hospital Negrín y a partir de ahí, cada uno se fue para su casa. Como siempre, me lo pasé genial.


Moto