El 6 de octubre de 1934, Luis
Companys, presidente de la Generalidad de Cataluña, proclamó unilateralmente el
“estado catalán dentro de la República Federal española”.
Una hora más tarde, el Gobierno
legítimo de la II República española, a través de Domingo Batet, a la sazón, capitán
general de Cataluña, declara la ley marcial en toda Cataluña.
Tres horas y media después un
pequeño destacamento armado de artillería ligera estaba ya preparado para
bombardear la Generalidad.
Finalmente, a las 6 de la mañana
del día 7 de octubre, Companys se rinde ante el General Batet.
Estos golpistas fueron juzgados
por el Tribunal de Garantías Constitucionales de la II República española y
condenados a 30 años de prisión en el penal gaditano de Santa María.
Gobierno de la Generalidad de
Cataluña detenido en la cárcel Modelo de Barcelona en 1934. De izquierda a
derecha en primera fila, Pere Mestres, Martí Esteve, Lluis Companys, Joan Lluhí,
Joan Comorera y Martí Barrera.
Tal vez Artur Mas deba considerar
la experiencia de Companys. Su consejero de seguridad, Dencàs, huyó por las
alcantarillas de Barcelona. La Comandancia General de Somatenes (sede de la milicia
catalana) fue de las primeras en rendirse a la II República. Muchos de los
mozos de escuadra, desertaron y a él le cayeron 30 años.