El
otro día cayó en mis manos un artículo de Antonio González Viéitez que llamó mi atención por lo directo de
su introducción: “De siempre ha existido
una profunda inclinación a rechazar cualquier idea o propuesta contraria a las
nuestras, descalificándola con una etiqueta o designándola con una palabra que
pretendemos definitiva e inapelable” ¡y lo dice un ex comunista del PCE!
La
extensión del artículo es similar a la de aquellos discursos de Fidel Castro
que duraban cinco horas y, entre otras cosas, Don Antonio expresa su hondo
pesar por el hecho de que se siga “etiquetando”
a la gente porque “supone el abandono de
la necesidad de razonar y, más importante si cabe, dimitir del intento de
entender a los otros y sus razones”
De
la lectura del artículo se deduce sin duda alguna su inequívoco respaldo a
varias de las propuestas que articulan el ideario marxista de “Podemos”. “Las experiencias de Podemos, Equo...y los
movimientos que se están organizando en Barcelona, Córdoba...están alumbrando
nuevas posibilidades apunta, pero lo que Don Antonio considera inadmisible
es que por el simple hecho de formular propuestas como la de “una renta básica para los que la necesiten”
o la de que sea “necesario nacionalizar
la banca”, o que “cuando se habla de
pobreza y pobres, sean niños, viejitos o trabajadores en paro”, o de “parar los desahucios y mantener en sus
casas en las condiciones adecuadas a las familias golpeadas por la crisis” o “cuando
pedimos la jubilación a los 60 años” o “cuando defendemos la negociación
colectiva de convenios laborales” o “cuando
rechazamos el copago farmacéutico.... nos encasquetan lo de populistas. Todos
son planteamientos populistas”
¡Tengo
que frotarme los ojos! ¡No puede ser cierto!.....¡Los comunistas se sienten……….estigmatizados!
“Y con etiquetar todo esto como
populista, -continúa- lo que se pretende es descalificar
cualquier propuesta rompedora de este sistema que está amargando la vida a la
inmensa mayoría de ciudadanos.”
¡Increíble!, los que históricamente han etiquetado de fascistas a
cualquiera que discrepara de ellos para aislarlo como un apestado social, -los
actos de repudio cubanos o el cinturón sanitario alrededor del PP promovido por
el cómico Federico Luppi, son buenos ejemplos- los que han utilizado la descalificación
personal negándose a “entender a los otros y sus razones”, sólo porque
mantenían una opinión distinta, se sienten ahora profundamente dolidos cuando
los tachan de populistas a pesar de que todas sus propuestas para dirigir
España son las mismas que han traído a Venezuela el éxito económico y la paz
social que todos conocemos a través de las noticias.
El
artículo por si quieren leerlo y tienen tres días libres para hacerlo, está
ahí.
En
febrero de 2011 el periodista Rafael González Morera recoge en su blog que Antonio
González Viéitez pone como ejemplo de buen estadista a Hugo Chávez al obligar a
BBVA a conceder créditos a la ciudadanía de Venezuela
http://rgmorera.blogspot.com.es/2011/02/antonio-gonzalez-vieitez-pone-como.html
"Para el prestigioso economista, a
España le hace falta que como en Francia aparezca un elemento nuevo traído
desde la política con la victoria de Hollande, o como en Grecia a través de
Syriza". http://canariasactual.com/2012/06/19/antonio-gonzalez-vieitez-ve-lamentable-que-rajoy-nos-venda-hace-una-semana-el-rescate-a-espana-como-la-salvacion-y-ahora-lo-califique-de-verdadero-desastre/
Uno
lee el programa de Syriza que IU tiene alojado en su propia web y comprueba que
básicamente es de un populismo idéntico al de Podemos. Y desde luego, el nuevo
elemento “traído desde la política con la
victoria de Hollande”, se llama Manuel Valls y en los cien primeros días de
mandato “ha sido capaz de impulsar un
Plan de Ahorro de cerca de 50.000 millones, similar al aplicado por Mariano
Rajoy en España y poner sobre la mesa la congelación de las pensiones y el sueldo de los funcionarios y la
eliminación de las cotizaciones a la Seguridad Social que pagan las empresas por
trabajadores con salario mínimo, entre otras medidas”, según señala el diario digital lainformacion.com en
noticia publicada a principio de este mes de julio. http://noticias.lainformacion.com/mundo/manuel-valls-cumple-100-dias-de-gobierno-enfrentado-a-su-izquierda-y-a-los-sindicatos_JQd6hw1QZkhJwPG7hoIrZ2/
No entiendo por qué se duele este reconocido economista gran canario de que lo tachen de populista, cuando todas sus propuestas solo persiguen la aceptación de los votantes sin importar las consecuencias, extremo éste que constituye el elemento definitorio del término populismo. Cayo Lara, un populista a un cuerpo pegado, hablaba en televisión de "asegurar pan, techo y trabajo a todos", que es como decirle a cualquiera "Y usted ¿quiere que haya guerra o que haya paz?"
A
los pocos días fue otro artículo el que me llamó la atención porque su autor
firmaba como “Antonio Aguado, militante socialista”. Fue publicado en el periódico
La Provincia la semana pasada pero no lo he encontrado en la web del diario y
sí en la del PSOE. http://www.psoe.es/izquierdasocialista/docs/742415/page/psoe-entre-todos-mataron-solo--morira-antonio-aguado-militante-del-partido-socialista-canario.html.
El
autor pertenece a la corriente Izquierda Socialista al igual que José Antonio
Pérez Tapias y el artículo no es más que fiel reflejo del lío galáctico en el
está metido el PSOE. Este militante socialista empieza narrando las vicisitudes
por las que ha pasado el partido “en sus
135 años de historia”. Incluye también las rancias y obligadas referencias al “golpe de estado fascista protagonizado por
el general Franco, que truncó los avances que la II República estaba
implantando en España” y termina
criticando la deriva de su propio partido a lo largo de los años acusándole de
actuar “con paños calientes o peor aún, en muchas ocasiones haciéndole el juego
o el trabajo sucio a ésta derecha insaciable y reaccionaria, como por ejemplo
apoyando al PP por designio de sus homólogos de la Troika, en la reforma del
articulo 135 de la Constitución, al margen del pueblo español.”
“Siendo rigurosos tenemos que reconocer que las dos primeras
legislaturas del PSOE con Felipe González de presidente y la primera de
Zapatero, han sido de las más fructíferas, habiéndose conseguido grandes cotas
de libertad y justicia social”
Cuesta
trabajo entender que el autor, tras un análisis riguroso de los resultados cosechados por
los gobiernos del PSOE durante más de dos décadas, pueda no hacer
referencia alguna a cómo gestionó la economía su partido y alardee únicamente
de los logros sociales obtenidos.
Presumir
de las “grandes cotas de libertad y justicia social” que nos han traído los
gobiernos de Felipe y ZP y a la vez soslayar el desastre social, económico y financiero
en el que esos mismos gobiernos dejaron a España, significa que siguen sin
querer entender que vivimos en un sistema capitalista en el que los derechos
sociales sólo pueden garantizarse si previamente existe una situación económica
saneada. ¿Cómo vanagloriarse “del logro social” de la Ley de Dependencia de ZP, si a la vez nos
deja arruinados y no podemos afrontar su coste? “De
qué me valen todos los derechos laborales adquiridos, si nadie quiere darme
donde laborar”, me comentaba un conocido en paro.
Imaginemos
a
César Alierta, presidente de Telefónica dirigiéndose a sus accionistas,
exponiendo
la cuenta de resultados: “Tengo que comunicarles que en este ejercicio
tenemos unas
pérdidas del 35%, por lo que no habrá reparto de beneficios, eso sí, es
motivo de orgullo para mi informarles que hemos
garantizado el seguro dental de todos nuestros trabajadores y de sus
hijos,
hemos instalado guarderías en centros de trabajo de más de cien
trabajadores y
hemos fijado la edad de jubilación en los 60 años”. ¿Asumiría alguien de
buen
grado que sus treinta acciones (360 euros) generasen pérdidas porque la
entidad
se dedicó a asegurar derechos sociales a sus empleados antes que a
garantizar, "uber alles", el
reparto de beneficios entre sus accionistas? Si soy el titular de las treinta acciones ¿qué preferiré? ¿mi dinero más los beneficios pactados o
que los trabajadores cuenten con seguro dental?
El capitalismo genera miseria, es cierto, pero muchísima menos de la que produce el socialismo. Ningún otro sistema de los que hemos conocido, garantiza mejor el mantenimiento de los derechos sociales adquiridos que el capitalismo, que como sabemos basa su éxito en la avaricia, en la ambición y en el egoísmo inherentes a la condición humana.