23 nov 2013

Lo menos malo


El otro día María González Veracruz, Secretaria General de Participación, Redes e Innovación del PSOE, era la invitada del programa de TVE “La noche en 24 horas” que conduce Sergio Martín de lunes a viernes.
El programa es bastante ameno y lo sigo habitualmente porque es el canal de consenso con el que cenamos en mi casa. El invitado se enfrenta primero a unas preguntas lanzadas por el presentador y al poco pasa a responder las de otros tres periodistas también presentes en el estudio. La entrevista dura unos veinte o veinticinco minutos y a continuación quedan en el plató sólo los reporteros comentando el resto de las noticias del día. Fermín Bocos, Ignacio Camacho, Victoria Lafora, Antonio Pérez Henares, Graciano Palomo o Carlos Carnicero, entre otros, figuran en la nómina de asiduos a este espacio de TVE.
María González Veracruz nació en 1979. Licenciada en Bioquímica por la Universidad de Murcia. De 2003 a 2009 Secretaria General de Juventudes Socialistas de Murcia. Miembro del Comité Federal del PSOE desde 2004. Diputada regional desde 2007. Secretaria General de Participación, Redes e Innovación desde 2008.
Hacía tiempo que no veía a alguien gastar tanta saliva para no decir absolutamente nada. Ya desde la primera parte de la entrevista percibí una escandalosa indigencia argumental en las respuestas de la invitada a las preguntas del conductor. Empalagosa y sobreactuada en la exposición, nula en la explicación. No había razonamiento alguno en sus palabras. Toda cuestión se respondía utilizando, sin orden ni concierto, de forma indiscriminada y a veces sin que ni siquiera viniese al caso, un conjunto alternativo de tópicos gastados que se resumen en que el PSOE es el paladín de los desamparados, el legítimo defensor de las injusticias, el que tiene la solución para Cataluña, el que sabe lo que hay que hacer para salir de la crisis, el que va a acabar con los recortes en sanidad y educación, con el fraude fiscal, con la deuda………...
La entrevista se tornó patética cuando intervinieron los periodistas presentes, menos condescendientes que el conductor del programa. Dos hombres y una mujer. Todos mayores que ella.
La mujer primero. A quemarropa. “Teniendo en cuenta que de los tres concordatos firmados por España con la Santa Sede, uno data de la época de Franco, otro de la de Felipe González y el último de la de Zapatero, ¿qué aspectos concretos son los que han cambiado desde ZP para que ahora el PSOE pretenda denunciar un Concordato que él mismo suscribió y apoyó?
La joven María entrelazó sus dedos, unió los índices y apoyándolos en la base de su tabique nasal exclamó “me alegra que me haga usted esa pregunta porque,….(pausa circunspecta)…como usted sabe,….. en un puerto italiano al pie de las montañas, vive nuestro amigo Marco”. ¡No me lo podía creer! Citó al mono Amedio para comentar jocosa alguna de sus habilidades más sobresalientes, contó lo temprano que Marco se levantaba todos los días para ayudar a su madre y que la falta de políticas sociales era la que le había obligado a abandonar Italia ya que, no en vano, vivía en una humilde cabaña y se quedó tan ancha. La periodista insistió un par de veces en que aclarase qué había cambiado, hasta que se percató que su obstinación, unida a la suma pobreza argumental exhibida por la invitada, conducían inexorablemente a esta última a un callejón sin salida cuyo final previsible era su exposición a un ridículo en extremo humillante, nada menos que ante las cámaras de la 1 de Televisión Española, en directo y a las 21:30 horas, por lo que, elegantemente, con una sonrisa que delataba caridad y misericordia, se apiadó de la joven María dando por finalizado su turno de preguntas.
No recuerdo la pregunta del segundo y sólo algunas de la del tercero, pero sí que fue este último el que se lo hizo pasar peor. Aquí noté cómo se le torcía el gesto más de una vez ante las preguntas afiladas del periodista, “¿considera usted que Rubalcaba es el candidato para las primarias?”, “¿cómo explica los pitidos a la monarquía en la Conferencia celebrada?”, “¿sirve de algo proponer modificaciones en la Constitución sin contar con el PP?, y ella, inasequible al desaliento y con un tono más enérgico, replicó, “mire usted, el PSOE es una organización en la que se respetan los puntos de vistas de todo el mundo, abierto al diálogo, en el que la tolerancia y la democracia preside la actividad de nuestras comisiones de trabajo y, además, permítame que le diga que esto no es algo de ayer; las mujeres y hombres que conforman este partido llevamos mucho tiempo trabajando en la elaboración de una serie de propuestas dirigidas a la articulación de mecanismos que nos sitúen en una disposición óptima para facilitar la búsqueda de espacios de diálogo y consenso, que a su vez coadyuven a implementar medidas que sirvan para ofrecer soluciones capaces de dar respuesta eficaz a las demandas de los ciudadanos, y que, ¡ni más ni menos!, es lo que hemos debatido en esta Conferencia. ¡Lo que no estamos dispuestos es a entrar en el juego de tensión territorial y recortes sociales en la que está metido el PP!”,.........., ¡vamos! ¡más de lo de....."Mi mono Amedio y yo...."!
El otro día haciendo zapping paré en el programa de Antonio Jiménez “El Cascabel“. Llamó mi atención la extrema vehemencia con la que en ese momento intervenía un contertulio.
Cruel en el ataque y despiadado en la utilización hiriente de los adjetivos, el tema giraba en torno a la externalización de servicios públicos promovida por la derecha-con el-único-fin-de-enriquecerse-a-costa-de-los-trabajadores de la basura de Madrid. Profundamente agitado en su asiento y presa de una indignación a duras penas controlada, casi homicida, repetía una y otra vez este mismo mantra, aderezándolo aquí y allá con las frases de siempre –la derecha muy mala, muy mala, la izquierda maravillosa y suprema-, hasta que otro de los invitados, del PP, le dijo “pero mira Juan, ¡ya está bien! Me vienen a la memoria ahora mismo cuatro ayuntamientos de Madrid gobernados por tu partido, el PSOE, en los que el 90% de los servicios públicos están externalizados, ¿y sabes por qué? porque ¡la mayoría de los ayuntamiento del mundo lo hacen! ¡vamos a ser serios con lo que decimos!” A Juan se le cayó la cara de vergüenza en directo. Guardó silencio durante un rato, pero al poco, como si la impúdica exhibición de estulticia que acababa de protagonizar no hubiese existido, volvió al tono de insolente prepotencia que atrajo mi atención al programa.
Era Juan Segovia Noriega. Nacido en 1982. Licenciado en Derecho. Trabajador en una editorial desde 2006. Diputado regional en Madrid. Secretario General de la Agrupación de Fuencarral. Portavoz adjunto de la Junta de Distrito de Fuencarral entre 2007 y 2011.
Juan Segovia y María González son el futuro del PSOE. Unos autómatas que se han aprendido uno, dos o siete discursos, se los han creído y los repiten sin consistencia alguna ni pudor. Políticamente resultan insulsos, simples, insustanciales, mediocres. Sus poderosos argumentos de debate se limitan de forma estricta a perífrasis pegajosas llenas de clichés y lemas rimbombantes del pasado, reiterados machaconamente ad infinitum, sin que el hecho de ser desautorizado en público ante millones de ciudadanos, implique ni la más mínima reflexión.
Eso sí, la exagerada indignación del joven Juan al expresarse en defensa de los basureros de la capital y el tono tiernamente didáctico de la joven María al explicarnos el tiempo que habían dedicado a preparar la Conferencia Política, fueron objeto de una cuidada puesta en escena, adornada con una gestualización copiosa que, aunque perfectamente estudiada, resultaba fingida y falsa.
Hace unas semanas escuché a Joaquín Leguina en la misma entrevista del canal 24 horas de TVE. Anteayer a Francisco Vázquez en "El Cascabel". Dos entrevistas soberbias. Dos hombres de incuestionable talla política con un profundísimo sentido de Estado. Dos patriotas. Dos miembros del PSOE. Claros y directos en la exposición de sus argumentos, sólidos y coherentes en la justificación de los mismos. Rebosaban el sentido común que hoy demanda España del principal partido de la oposición y del que peligrosamente carece la actual dirección del partido del puño y la rosa. De sus comentarios compruebo que, como yo, los dos sienten honda preocupación por la temeraria deriva radical asumida abiertamente por los socialistas. Compartimos igualmente que es con el PP con el único con el que el PSOE tiene que llegar a acuerdos cuando están en liza los fundamentos básicos sobre los que se asienta nuestra Nación.
Vázquez confesó que le aterraba la posibilidad -a mi también- de que Rubalcaba pudiese pactar con IU para gobernar España, que el nuevo rumbo extremista adoptado por el partido les apartaba del centro izquierda y les llevaba al suicidio electoral. Leguina apuntó que sólo dos eran los partidos con vocación real de gobierno en nuestro país, que no podía pretenderse dirigir España excluyendo al PP, apoyándose para ello en cualquier partido de cualquier ideología y que si la propuesta era hablar de federalismo, con el primero que había que hacerlo era con el PP.
Observando el elenco de presumibles candidatos del PSOE ante sus próximas primarias y a la vista del deplorable futuro que  ya se muestra en su horizonte, me parece un hecho objetivo que, Mariano Rajoy y el PP, resultan ser la opción menos mala para nuestro país. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Moto