18 jun 2014

Podemos......hundir España


Ha dicho el presidente de Extremadura José Antonio Monago que "aquí se asusta todo el mundo con el avance de la extrema derecha en Francia y no se asusta con el avance de la extrema izquierda en España" y tengo que reconocer que está en lo cierto. No quiero ni imaginar que habría ocurrido en nuestro país si estos cinco escaños que ha obtenido el televisivo y ultra izquierdista Pablo Iglesias con su “Podemos”, los hubiese obtenido, por ejemplo, la ultraderechista Fuerza Nueva del fallecido Blas Piñar.
Tras una búsqueda por la red me encontré con un artículo publicado en “Diariocrítico.com” que reunía algunos aspectos del programa político de “Podemos” y del que copio un par de párrafos
“Exigir un salario mínimo digno, un techo salarial para los más ricos, la jubilación a los 60 años, una renta mínima para cada ciudadano, eliminar las ETT, dejar de cumplir la obligatoriedad de cumplir con el déficit, olvidar las agencias de calificación de deuda, nacionalizar las principales empresas energéticas y de servicios básicos (alimentación, transporte, sanidad...), más control a las empresas multinacionales que operan en España, reducir gasto militar, suprimir las SICAV...”
“Dación en pago, moratoria indefinida para pagar la hipoteca en familias en la ruina, fin de todo los desahucios, o no cortar nunca la luz, agua y calefacción aunque haya impagos. En cuanto a la sanidad y la educación, se incluye en el programa propuestas como volver a nacionalizar los centros médicos privatizados, impedir el copago sanitario y farmacéutico por ley, aborto libre y gratuito, eutanasia libre, fin de la subvención a la escuela privada o concertada y derogar el Plan Bolonia universitario.”
Y ¿cómo se pretende pagar esto? Pues me temo que como en Venezuela, es decir, haciendo que papá estado se encargue de proveerlo todo, bien nacionalizando negocios de alimentación -los trabajadores de Mercadona se convertirían en funcionarios- para terminar hundiéndolos, bien imponiendo a los “más ricos” un sueldo determinado para invitarlos a que se vayan con su dinero a otra parte, bien obligando a los comerciantes a vender bienes por debajo del coste, para desincentivar al tejido empresarial. Además de estos ejemplos bolivarianos, no pagando lo que debemos, aunque ello implique que dejen de prestarnos y la consiguiente bancarrota, -según he leído podría producirse en cuatro o cinco meses desde el impago-,  o para que lo hagan exigiendo un más alto interés, suprimiendo a las SICAV para que huya todavía más capital de nuestro país, “controlando” a las multinacionales para terminar obligándolas a replantear su presencia en España y a que se pregunten si vale la pena seguir invirtiendo en nosotros.
Un periodista explicó que Podemos estima que de acuerdo con sus propias políticas económicas –parece saben cómo acabar con el fraude fiscal- estarían en disposición de recaudar para el Estado 350 mil millones de euros. Sin embargo, el mismo periodista hizo números respecto de cuánto costaría llevar a cabo sus propuestas –salario para todos los ciudadanos por el mero hecho de serlo o jubilación a los 60- y se necesitarían 480 mil millones.
Cualquiera con dos dedos de frente entiende que “Podemos” lo único que garantiza por anticipado con sus propuestas es la quiebra y la ruina, económica, financiera y social. Con su política nos ofrece el mismo colapso que finiquitó la URSS. “Podemos” pretende la vuelta de un estado idílico que provea de las maravillas más maravillosas en materia social sin que el costo de ese gasto, ni el choque frontal de sus propuestas contra el sistema económico de nuestro país, les suscite problema alguno; no preocupa porque ocurrirá lo que todos sabemos ha sucedido en el pasado con esas políticas: en cuanto se acabó el dinero, se terminó todo. Creo que Margaret Thatcher lo ha expresado con certera precisión: «El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero... de los demás».
Los partidos tradicionales prometen y después no cumplen, pero desde luego no intentan conquistar nuestro voto diciéndonos que con su programa electoral nos aseguran la misma miseria y desesperación que en el pasado y gracias a esas idénticas recetas económicas sufrieron otros.

14 jun 2014

El agricultor

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El pasado lunes día 2 de junio, el Rey comunicaba su intención de abdicar la Corona en su hijo.

El martes día 3, diez mil personas se manifestaban en la madrileña Puerta del Sol a favor de la República y en contra de la Monarquía. Con menor asistencia, se produjeron actos similares en varias capitales españolas

Pero bueno….¡dónde ha estado esta gente durante los últimos cuarenta años! ¿cómo no hemos sabido nada de esta desatada pasión republicana hasta ahora?, quizás…..¿oscuras y ominosas fuerzas realistas han conspirado para mantenerlos subyugados y sólo con la abdicación del Rey se han sentido, al fin, libres para manifestar públicamente su reprimida fobia monárquica?.....

Cayo Lara ha demandado que “en el plazo de tres meses se convoque un referéndum consultivo para que el pueblo decida entre monarquía o república”, pero claro, Izquierda Unida es un partido constitucional que sabe que no hay problema para sustituir el sistema monárquico por uno republicano, porque la propia Constitución prevé en su Título X la forma de hacerlo, ¿entonces? ¿a qué esta agitación de “la calle”? ¿a qué esta inexplicable propuesta de referéndum? Pues viene a que cumpliendo la Ley IU no puede satisfacer sus pretensiones. El exiguo 6’92% del cuerpo electoral español que representan en el Parlamento resulta insignificante para el éxito de la modificación propuesta. Pretender, exigir la celebración del referéndum amparándose en el artículo 92 del texto constitucional como mecanismo legal para modificar nuestro sistema político, soslayando el procedimiento contenido en el Título X para eso mismo, supone el reconocimiento explícito del escaso valor que IU concede al Estado de Derecho.

El líder de los comunistas españoles era entrevistado anoche por Sergio Martín, un zamorano nacido en el 77, ganador del Premio Larra de Periodismo, director del canal 24Horas y conductor de la tertulia de TVE que se emite de lunes a viernes en horario nocturno. Este programa de debate de la televisión pública española –ya lo he dicho otras veces- me parece sobresaliente. Quizás el tiempo dedicado a la interpelación del invitado por parte de otros periodistas se me hace algo corto, pero sin ningún género de dudas resulta normalmente ameno, entretenido y enriquecedor y sobre todo, el moderador cumple su misión, esto es, no hay gritos, no hay insultos entre los tertulianos, no existe la tensión histérica que se respira en el resto de los programas de debate político que pueblan el dial televisivo en esa franja horaria y que muy a menudo, los iguala con la zafiedad ordinaria que destila habitualmente el programa “Sálvame” de Tele 5. En la tertulia que dirige Sergio Martín, la paz y la concordia, el respeto a los turnos de palabra y a la opinión del otro, el tono sosegado con el que se desenvuelve el programa, hacen que sea un verdadero placer sentarse delante de la tele.



Cuando empecé a escucharlo ya estaban presentes otros periodistas en el plató y desde aquel momento el líder comunista ya se llenaba la boca señalando que la Transición había llegado a su fin como consecuencia de los escándalos protagonizados por la Monarquía y que ese motivo, -el desprestigio en el que nos había sumido-, exigía consultar a los ciudadanos sobre su continuidad. Del Congreso y del Senado, como órganos de expresión de la voluntad popular, ni mú.

Total, que después de una perorata aprendida de memoria, llena de tópicos rancios y anacrónicos pero expresados con la soltura y seguridad propia del que está acostumbrado a hablar en público, diciendo cosas como que “la jefatura del Estado no se puede decidir por cuestiones de sangre”, a pesar de que la Constitución establece que la Corona es hereditaria o “que se plantea el referéndum como el inicio de un proceso constituyente que debe originar un nuevo sistema político de democracia avanzada”, sin dedicar una frase a explicar cómo pensaba hacerlo, el conductor del programa le preguntó, más o menos, “sí, de acuerdo señor Lara, pero todo esto que usted propone, siendo legítimo ¿cómo se va a llevar a cabo, cómo creen ustedes que debe articularse?.....porque usted sabe que existe un procedimiento establecido por la Ley para ello, luego…….”. Como quien oye llover, el amigo Cayo, impertérrito, se fue por la tangente para colocar uno tras otro, los penosos y cansinos mantras del tipo “los obreros oprimidos por el capital y por la casta empresarial” o “los partidos que sustentan a la monarquía han roto el pacto constitucional al no garantizar pan, techo y trabajo para todos los ciudadanos”. Sergio Martín, perplejo al ver que Lara contestaba con un discurso ajeno a la pregunta formulada, dejó que terminará y cedió el turno a otro periodista. Podía haberle espetado un “no contesta usted mi pregunta concreta señor Lara, ¿cómo quieren hacerlo?”, pero lo habría dejado en ridículo. El rostro del presentador rezumó compasión.

El debate continuaba con Lara poniendo a parir a la Monarquía española, denostándola para referir sus sombras y no reconociendo ni una de las luces, cuando intervino otro de los periodistas directo a la yugular: “bien después de todas estas referencias negativas, cómo se entiende que el 46% de los votantes de IU estén a favor de la monarquía y sólo el 19%, se manifieste en contra? ¿No debería usted representar la voluntad mayoritaria de su partido?”. El amigo Cayo se fue otra vez por las ramas. “Déjeme que le diga, que la lealtad a la Constitución se demuestra cumpliendo los derechos sociales, laborales y civiles consagrados en la Constitución. El debate de hoy es sobre si queremos profundizar la democracia o si queremos continuar con este sistema a veces despótico en el que unos pocos a veces fuera de las instituciones toman decisiones que hacen daño a miles de ciudadanos"

En fin, que este hombre está dotado de una buena verborrea, habla bien, encaja las preguntas comprometidas sin rubor alguno, básicamente porque las soslaya para contestar a otra cosa que nada tiene que ver con lo preguntado, pero no tiene altura, ni talla, todo lo que dice es de una superficialidad populista tan vana, -lástima no habló de lo suyo, los koljós y los soljov- que uno se pregunta si este agricultor es el mejor candidato que IU puede ofrecer de entre sus filas. Recordarlo saliendo del hemiciclo y poniéndose públicamente del lado de los centenares de antisistemas que pretendían rodear y asaltar el Congreso o justificando el robo de supermercados y la ocupación de propiedad privada, produce miedo y preocupación porque, al igual que con el pretendido referéndum, nos dice en nuestras caras que entiende legítimo ponerse fuera de la Ley cuando sus pretensiones no encuentran cauce dentro de ella. 

Casi la mitad de los votantes de IU parece que aprueban la monarquía pero da igual porque se trata de agitación revolucionaria; como decía Lenin "Nuestra tarea es utilizar cualquier manifestación de descontento, no importa cuan pequeña sea". Sólo el 19% de sus votantes se queja de la monarquía, pero......¡es que no importa lo minúsculo que sea el descontento! Este pernicioso proceder de IU agitando el artículo 92 para clamar que "¡se puede, pero no se quiere!" solo busca prender una chispa que desencadene un conflicto social de mayor calado.



Viendo a los mindundis que se postulan para dirigir al PSOE, -hasta Alfonso Guerra está alarmado-......e imaginando la posibilidad de estos marxistas leninistas como parte de un Gobierno de España………..y, como dice el periodista Carlos Herrera,....... nos vemos corriendo hasta la frontera.






Moto