17 jul 2015

¡¡No-se-Puede!!



Cualquier persona que honestamente pudiera haber considerado las propuestas de Syriza una alternativa real para sustituir con éxito el sistema sobre el que se articula la UE en la actualidad, tendrá que reconocer el fracaso rotundo del partido de ultraizquierda griego a tal respecto. Felipe González entendió que capitalismo y marxismo eran incompatibles y por eso hizo que el PSOE renunciase a las ideas de Marx ya en 1975. El capitalismo genera pobreza a muchos ciudadanos; el marxismo hunde en la miseria a toda la población. Esto no es opinable

Por otro lado, resulta incuestionable que gracias a sus políticas ha sido Tsipras y no otros, el que ha llevado el corralito a Grecia. El que ha conseguido que una tercera parte de las personas que ya habían elegido aquel país para pasar sus vacaciones, hayan cancelado sus reservas. El responsable de que los jubilados tengan que estar haciendo cola para cobrar una parte de sus pensiones. El culpable de que las empresa farmacéuticas extranjeras no quieran venderles medicinas ante la falta de pago. De que muchos de sus ciudadanos hayan dejado de pagar hipotecas y créditos al haber paralizado completamente el sistema bancario. El causante de la imagen actual de desconfianza que Grecia y los griegos transmiten al resto de los ciudadanos y países de la UE. Resulta evidente que si desde el primer momento Tsipras se hubiese avenido a respetar las reglas que nos obligan a todos, Grecia no estaría en la dificilísima situación en la que se encuentra a día de hoy. 

"Todo nuestro apoyo al pueblo griego y a su gobierno frente a los mafiosos" decía Pablo Iglesias. "El balance de fuerzas en la UE puede cambiar si en las elecciones españolas ganan fuerzas parecidas a Syriza", manifestaba Tsipras en una entrevista televisiva de ayer o anteayer, asegurando querer permanecer en el Gobierno hasta que se celebren los comicios en España.

¿De verdad puede haber algún español sensato dispuesto a permitir que exista una sóla posibilidad de que en España nos ocurra lo que a Grecia dándole chance a nuestro Tsipras patrio?

Ahí dejo traducido un artículo publicado el pasado domingo por Antonis Karakousis en la edición inglesa del diario griego "To Vima"






Más allá de los errores de Tsipras y de las tonterías de Varoufakis.
 Antonis Karakousis. 12.07.15
 http://www.tovima.gr/en/article/?aid=721672

Llevó seis meses de interminables negociaciones y un abrumador resultado en el referéndum, con los bancos cerrados y nuestros mayores haciendo cola en los cajeros desde el amanecer para conseguir unos pocos euros, para darnos cuenta de la precariedad de nuestra posición en la Eurozona y de lo cerca que estamos de una tragedia de proporciones nacionales.

El gobierno cometió infinidad de errores, pero más aún aquellos que estaban al frente de las negociaciones, especialmente el tonto del anterior ministro de Economía que se largó a la isla Egina, cuyo mandato ha sido calificado de fraude, de engaño y que ha resultado ser absolutamente catastrófico para la economía y para el pueblo griego.

Para ser sinceros, bajo el liderazgo del señor Tsipras y con el señor Varoufakis al timón de la economía, Grecia se encuentra, literalmente, al filo del precipicio.

Perdió recursos y habilidades, dilapidó el capital de confianza que pudo haber tenido y el que tenía con sus aliados y amigos y ahora es tratado con hostilidad en Europa.

En estos días y horas, nuestro país está afrontando la bancarrota y el ostracismo dentro de la Eurozona.

La estrategia nacional de los pasados 60 está en riesgo de arder en llamas, dejando a Grecia expuesta y con el pueblo en las puertas de las organizaciones de caridad.

Esa es la razón por la que el señor Tsipras se ha visto forzado de repente a aceptar el acuerdo que fue rechazado por el referéndum, pero ahora en unos términos más gravosos.

Sometido a la presión de tener que afrontar una tragedia nacional, el primer ministro ha solicitado autorización del Parlamento para impedir ese desenlace.

Puede que se haya enterado que existen númerosas discrepancias en su partido que podrían afectar a su voto mayoritario  en el Parlamento mientras se discutan los aspectos más críticos de las negociaciones. A la hora de escribir estas líneas nadie puede estimar con seguridad qué dirán las instituciones tras evaluar la propuesta griega,  ni cómo saldrá la reunión de la UE del domingo por la tarde.

Las propuestas griegas han recibido apoyo en varias capitales europeas pero también son muchos los escépticos y los que desconfían y quienes creen que una expulsión de Grecia de la Eurozona no sólo no dañaría a ésta última, sino que la fortalecería. Este escepticismo irá en aumento a la vista del considerable número de parlamentarios de Syriza que discrepan entre sí.

Sin embargo, el primer ministro y su gobierno tienen la autorización de los 251 diputados de casi todo el arco parlamentario. Bajo las presentes circunstancias no tienen más que agotar sus esfuerzos negociadores para asegurar nuestra permanencia en la Eurozona. 

Y una vez conseguido esto, el lunes, deberán dedicarse a levantar el país y la economía sin más dilaciones ni mentiras; sin dividir al pueblo, ni crear enemigos. Al fin y al cabo, el país necesita unidad y reconciliación para superar la crisis.



9 jul 2015

En un diario heleno

Leyendo la prensa digital he caído en la web de un periódico griego de los que han estado haciendo campaña por el "SI". 

El diario puede leerse en inglés y hoy publican este artículo firmado por María Katsounaki, que he traducido sobre la marcha. 

Al final cada cual puede sacar sus propias conclusiones, pero si uno mira lo de Grecia sin pasión, fríamente, tiene que admitir que un acuerdo antes del domingo probaría que el mismo pudo haberse adoptado hace bastante tiempo y bajo unas condiciones que eran más favorables para Grecia de lo que serán las nuevas. Significará que se ha obligado al pueblo a pasar por episodios como el corralito, a sufrir el desabastecimiento de medicinas y de bienes de consumo,  a ver paralizado todo el sistema bancario, a sentir la desestabilización de toda la estructura económica del país, de forma gratuíta. El sentimiento de muchos altos funcionarios de la UE a lo largo de toda la negociación, ha sido el de estar tratando con un puñado de amateurs insolentes, con un Tsipras mucho más preocupado por defender los intereses de Syriza que los del pueblo griego.  Que Tsipras haya desencadenado la crisis justo cuando empieza el verano, en un país turístico por excelencia, da muestras de esta falta de profesionalidad y de responsabilidad de la que se habla en Bruselas. Una tercera parte de las reservas ya han sido anuladas.

Alexis Tsipras es un cobarde que se ha escondido detrás de un referéndum, haciendo recaer en el pueblo la toma de una decisión que, por su calado y trascendencia, sólo le cabía a él y a su gobierno. 
 

Ahí va

¿Qué ocurrirá cuando el mundo nos de la espalda?
¿Qué ocurrirá cuando los mil y pico periodistas extranjeros desplazados a Atenas para cubrir las noticias de estas últimas semanas vuelvan a sus casas? ¿Qué ocurrirá cuando la crisis griega deje de ocupar las primeras páginas de los diarios extranjeros, cuando a duras penas a nadie le importa qué es lo que ocurre con los griegos, con independencia de que los etiqueten como valientes, indisciplinados, vagos o merecedores de su negro destino? 

¿Qué ocurrirá en breve, cuando Grecia se encuentre sóla sin amigos ni enemigos? Sola. Con unos cuantos miles de turistas, con menos vuelos internacionales, con la cancelación de eventos culturales, con negocios echando el cierre, con el empequeñecimiento de los mercados, con el aumento del desempleo, con los bancos desconcertados intentando arreglárselas solos, con los estantes de los supermercado vacíos...................

Este escenario de "terror" (como el gobierno gusta de etiquetar cualquier referencia a lo que realmente está pasando) está todavía en su fase inicial, pero al menos tenemos una ventaja: nuestro orgullos "NO" del referéndum, que significaba el fortalecimiento de la posición negociadora de nuestro gobierno, pero en lugar de ellos se ha convertido en un nudo alrededor del cuello de Alexis Tsipras. 

Syriza y Griegos Independientes hablan de dignidad cuando nuestros socios europeos buscan credibilidad. Necesitan creer en las propuestas griegas, en los esfuerzos por aplicar reformas, en los representantes de nuestro país y, de hecho, en el país entero. En los dos últimos días, altos cargos de la UE han estado moviéndose cuidadosamente entre la realidad del escaso tiempo que queda disponible y la necesidad de que Grecia presente una propuesta creíble. Sus intereses, que fundamentalmente pasan por sobrevivir sin demasiadas pérdidas, están en disputa directa con la situación de Grecia. Nadie quiere que ocurra lo peor, es decir, un Grexit, pero...................

Con un aislamiento que va in crescendo, ahí estamos, de pie, sobre un banco resbaladizo mientras vemos el barco de la UE navegando, alejándose más y más de nuestras costas, bajo la mirada incrédula de algunos, con el miedo y la desesperación de otros y hasta con alegría de algunos. 

Estas serán las últimas escenas que reproducirán los medios extranjeros. Después de la llegada de este inminente desastre, cada uno de nosotros volverá -más empobrecido- a su trajín diario. A nadie le importará ya el infortunio de Grecia porque, tal y como los otros dieciocho socios de la eurozona han dicho una y otra vez, ya han desperdiciado meses y meses intentando negociar con el décimo noveno y ocurre que el problema, simplemente, se ha hecho mucho más grande.

Y lo peor de todo esto, es que el "enemigo" no es interno. No es el gobierno elegido, sino los "extranjeros". La demagogia contra la Jean Claude Juncker advertía recientemente, ha encontrado en Grecia tierra fértil. El "extranjero" es siempre un blanco perfecto, un imán poderoso para toda la cólera y la frustración derivadas del fracaso.

Pero esta rabia puede transformarse rápidamente y puede incluso hacerse más fuerte cuando veamos que los "extranjeros" se han ido y quenos hallamos sólos para lidiar con la pobreza, con el desempleo y con el desabastecimiento.

Ya no tendremos socios, ni mentiras que alegar. Estaremos sólo: nosotros y la realidad.

8 jul 2015

¡Es el comunismo, estúpido!

Lo de Syriza y el gobierno de Grecia ya raya lo intolerable. Son muchísimos los ciudadanos europeos que están hasta el gorro de la insolencia irresponsable desplegada por Tsipras hasta ahora y son otros muchos europeos, pequeños ahorradores, titulares de cinco o diez acciones de, por ejemplo Telefónica, que han perdido dinero cada vez que la bolsa se ha visto sacudida por culpa de la incertidumbre en que Grecia nos tiene sumidos. Única y exclusivamente por Tsipras

Hoy han solicitado un tercer rescate en un ejercicio de incoherencia lamentable ya que a la misma vez Tsipras ha ido al Parlamento europeo y en lugar de presentar en ese momento alguna propuesta seria, ha vuelto a ofrecer humo, colmando definitivamente la paciencia del resto de miembros de la UE. Tienen hasta las 23:59 horas de mañana jueves para presentar una nueva propuesta.  Europa no puede permitir que este asunto se siga dilatando ad infinitum. Si el próximo domingo no hay acuerdo, Grecia quedará fuera de la Unión y espero que esta vez, sea así.

En cualquier caso y aunque un Grexit nos va a perjudicar a todos, lo cierto es que a los ciudadanos griegos se les presenta un futuro tan verdaderamente terrible, que me cuesta entender cómo Tsipras está decidido a empujar a sus compatriotas a la miseria y al desastre absoluto. La banca griega ha pedido a su gobierno esta mañana reducir la retirada de efectivo de los cajeros de 60 a 30 euros por persona y día.

También hoy el diario británico "The Economist" publica una editorial tan contundente y aterradora como la del Wall Street Journal de ayer. 

Ahí va traducida.


Consecuencias económicas derivadas del gobierno de Syriza

Tras la celebración de la victoria del "NO" en la plaza Sintagma después del referéndum del domingo, ahora llega la resaca. Los griegos estaban desatados "porque estamos cansados de todo, de todas las mentiras, de estar pagando a los ricos y de años de austeridad especialmente para los jóvenes" tal y como nos comentó uno de los jóvenes que participaban en la celebración. 

Sin embargo, poniendo los pies en el suelo, con una tasa de desempleo juvenil del 50 %, muchos tendrán muy poco que celebrar durante mucho tiempo. La juventud griega ha apoyado la actitud agresiva adoptada por Syriza y por su lider, el primer ministro Alexis Tsipras para con los prestamistas de Grecia, cuya posición dentro del país se ha visto reforzada con el resultado del referéndum.

Pero dos días después del cierre de las urnas, lo único cierto es que la economía real de Grecia se está desmoronando. La imposición de control de capitales fijada por Tsipras después de convocar el referéndum el 26 de junio ha mantenido los bancos cerrados. Los ciudadanos griegos de a pie han visto limitados sus reintegros de cajeros automáticos a 60 euros al día (ahora 50 al empezar a escasear los billetes más pequeños). Muchos cajeros en Atenas ya se han quedado completamente vacíos.

Las empresas han sido golpeadas duramente. Las transferencias bancarias al extranjero han sido prohibidas con unas pocas excepciones. Fuera del país nadie acepta dar crédito a los griegos. Este hecho ha dañado gravemente, no sólo a las empresas que se apoyan, precisamente, en ese crédito para importar bienes, sino también a los turistas helenos desconcertados al comprobar que sus tarjetas de crédito dejaban de funcionar. El suministro de alimentos y el de algunas medicinas ha empezado a escasear; un incipiente mercado negro de medicinas contra el cáncer se atisba ya en el horizonte. Como informábamos el pasado domingo: 

"Grecia se apoya, casi totalmente, en importaciones extranjeras para procurarse el suministro de medicinas. Pero desde que la imposición del control de capitales establecida el pasado domingo trajo aparejada la parada repentina del sistema bancario, algunos proveedores han dejado de suministrar medicamentos clave porque no se les puede pagar. Así las cosas, (esta farmacéutica) todavía tiene insulina en stock para una semana más, pero a partir de entonces, tendrá que empezar a rechazar pacientes. "Sabes lo que eso significa?" -me pregunta intentando mostrarse orgullosa-, "¿sabes para qué sirve la insulina?"

Obviamente y a resultas de ello, el crecimiento económico griego -que empezó a caer justo después de que Syriza llegase al poder- se ha parado en seco. El consumo ha caído un 70% desde que se impuso el control de capitales según señala la Confederación Griega de Comercio.

Ciudadanos y empresas acaparan dinero efectivo a la misma vez que bienes de consumo esenciales empiezan a escasear, todo lo cual genera una mezcla que resulta altamente tóxica para cualquier economía. La decisión adoptada ayer por el BCE de mantener la línea de ayuda de emergencia a los bancos griegos y el incremento de los descuentos aplicados a los bonos griegos, aceptado como algo colateral, sólo conseguirán acentuar aún más el crujido financiero en el corto plazo.

Grecia se queda sin tiempo. En los próximos días, o se consigue un acuerdo que permita al BCE reabrir la espita de la liquidez o la caída del sistema bancario conducirá a la salida de Grecia de la zona euro. En cualquier caso, el daño ocasionado por este período de incertidumbre y sequía financiera será muy grave.

La historia de la economía sugiere que un sistema económico puede, sorprendentemente, recuperarse cuando es golpeado con dureza, con medidas como la imposición temporal de controles de capital o con la reducción de la capacidad de suministro de dicha economía. La economía chipriota, por ejemplo, empezó a crecer otra vez al año de haber impuesto un control de capitales. Y como señala la experiencia británica en materia de huelgas generales, una interrupcción temporal de una o dos semanas en el suministro nacional no suelen producir mucho impacto hasta pasado un año. Abandonar la unión monetaria no sería un completo desastre; países como Irlanda (que dejó la libra esterlina en 1978) lo han logrado con anterioridad. Y a otros países, manejando los tipos de cambio fijo -como Inglaterra en 1931 y 1992- les permitió salir de largas recesiones inmediatamente después de haber probado el sabor del aceite de ricino.

Pero hay tres razones fundamentales en las que los economistas se basan para asegurar que la economía griega va a sufrir bastante más que otros desafortunados. En primer lugar, la incertidumbre que se vive a día de hoy, está probablemente dañando la demanda futura a un nivel al menos tan grave a como lo está haciendo con la demanda actual. Por ejemplo, las reservas turísticas de futuro han caído alrededor de una tercera parte desde que se impuso el corralito, extremo que afecta sobremanera en la medida en que el turismo supone para Grecia 1/6 de su PIB. Y siendo tan vitales las reservas veraniegas, la conclusión evidente es que no podía haberse elegido una fecha más desastrosa para desencadenar esta crisis que a principios del mes de Julio, es decir, en el peor momento del año.

En segundo lugar, la mayoría de los países que han experimentado una rápida recuperación tras una interrupción temporal de suministros y de salidas de tipo de cambio fijo son capaces de disponer de un sistema bancario solvente y con una liquidez suficiente para financias la inversión y el crecimiento por medio de préstamos.

Pero la economía griega, que está a punto de venirse abajo como consecuencia del corralito y de la fuga de capitales, se encuentra en una posición mucho más incómoda. En tercer lugar, la rapidísima introducción de nuevas reformas económicas en una Grecia fuera del euro, combinada con una gestión seria de las cuestiones macroeconómicas, tampoco significaría un cojín con el que la economía helena pudiese amortiguar los peores efectos que se derivarían de una salida y que los conducirían hacia un repunte de la situación anterior. Encima, son pocos los que fuera de Grecia conceden a Syriza la intención o incluso la capacidad y competencia para ejecutar esta transición de forma tranquila y responsable.  

Cualquiera que sea el destino político de Grecia, su economía va a empeorar muchísimo antes de que empiece a mostrar signos de recuperación.

6 jul 2015

Un avión oficial

¿Cómo ayudamos a Grecia? ¿Les prestamos el dinero que están pidiendo y que obviamente necesitan desesperadamente o  no? Si lo hacemos ¿deben los griegos devolvérnoslo o tal vez no es necesario porque eso significaría humillar su dignidad soberana? ¿Y si deciden hacerlo? ¿tenemos algo que decir como acreedores o ya las condiciones de la devolución las establecen ellos como consideren? ¿Debe el BCE ampliar la línea de liquidez para los bancos griegos tal y como hace 17 horas ha solicitado el gobierno heleno?

Leí el otro día en el diario El Mundo una anécdota que implicaba a Mariano Rajoy, a Pedro Passos Coelho y a Alexis Tsipras. Tuvo lugar la última vez que se reunieron en Bruselas. El español y el portugués veían en aquel momento cómo despegaba el avión oficial del Gobierno de Grecia en el que Alexis Tsipras regresaba a Atenas. El Primer Ministro portugués se volvió hacia Mariano Rajoy y le dijo: "Ves, yo por los recortes he suprimido el avión oficial, en cambio, Alexis mantiene el suyo". El gasto en Defensa de Grecia es el mayor de la UE en PIB tras Reino Unido. Ni Francia, potencia nuclear, gasta tanto. Ahí Tsipras tampoco recorta.
 
Ayer domingo, los griegos han dicho al resto de los europeos que no están dispuestos a cumplir las normas que hemos aceptado como socios de este club. Portugueses, italianos, españoles, irlandeses. Todos hemos aplicado medidas dolorosas pero a todos parece que empieza a irnos mejor. Tal y como le iba a Grecia antes de que llegase Syriza, que su economía crecía por primera vez después de seis años de estancamiento.
He traducido una de las editoriales sin ambages que publica hoy el diario norteamericano Wall Street Journal. Directo a la raíz del problema.

Grecia dice No
A pesar del dolor que presagiaba, el rotundo “No” del referéndum heleno, al menos, revela sin atisbo de duda qué quieren los ciudadanos de aquel país y dónde se sitúan. Los griegos han rechazado la última oferta de rescate que les ha ofrecido la UE, incluso después de haber probado un poco de las desagradables y potenciales consecuencias de esa negativa, esto es, control de capitales, corralito y crisis bancaria. Ahora tendrán que vivir con esas consecuencias.

Es cierto que a los helenos se les dio a elegir entre dos  opciones malas, pero aún así, eligieron la peor. Europa estaba ofreciendo más dinero para evitar una crisis a cambio de recortes en pensiones y otras reformas. El primer ministro griego Alexis Tsipras afirmó que el respaldo de un "No" le colocaría en una mejor situación a la hora de obtener condiciones más beneficiosas -él entiende que incluso mayor crecimiento- eliminando impuestos a cambio de menores recortes en las pensiones. Han sido los griegos los que han elegido esta estrategia de ultimátum propuesta por Alexis Tsipras, así que ya no podrán culpar a los alemanes de todo lo que les suceda a partir de ahora.

La gran pregunta reside en saber si Ángela Merkel y los otros líderes europeos se arrugarán o no. La canciller alemana no ha querido ser vista como aquella que ha conducido a Grecia fuera de la eurozona, pero es que el resultado del referéndum significa que habrían sido los propios griegos los que habrían decidido abandonar el euro, si esto es lo que ocurre a lo largo de esta semana. Tsipras afirmará que tiene un mandato para exigir más concesiones, pero es que ese mandato finaliza en las fronteras de Grecia. Fuera de ahí, no tiene poder para que exigir nada al resto de los contribuyentes europeos.

A medida que el gobierno griego se vaya quedando sin liquidez este mes, la señora Merkel y el BCE van a sentirse presionados para ceder. Esta presión irá en aumento si comienzan a aparecer episodios de miseria o de violencia en las calles.

Tsipras y sus ministros intentarán también utilizar la influencia derivada de la condición de miembro de la UE. Ésta generalmente actúa por consenso y Syriza no dudará en utilizar las sanciones a Rusia y cualquier otra política de semejante índole para conseguir sus propósitos. Los ministros griegos ya han considerado seriamente permitir que Grecia se convierta en una puerta abierta a la UE para inmigrantes de África y Oriente Medio. Habrá que asumir más amenazas desagradables y más chantaje político.

Pero si la señora Merkel y sus aliados se derrumban ante Alexis Tsipras, los costes serán incluso mucho más severos. El mensaje será que otros países deudores europeos podrán usar esta política de extorsión para bloquear la ejecución de medidas pro-crecimiento. La izquierda italiana, la portuguesa y la española tendrían nuevos argumentos con los que atacar las reformas aplicadas en sus respectivos estados, reformas que ya han empezado a mostrar resultados: “vota rechazar las reformas que  exigen los prestamistas y ellos te recompensarán de igual modo”. Una fatalidad para el gobierno de centro derecha de Mariano Rajoy en España, si las cosas van como señalan las últimas encuestas de este año.

Este contagio político supone una amenaza mucho mayor para la integridad de la zona euro que una caída inmediata derivada de la crisis financiera griega o incluso de la salida de Grecia del bloque monetario. Si la adhesión al euro garantiza un cheque de asistencia social permanente, entonces ninguna nación deudora hará reformas. Esta es una receta que sólo garantiza crecimiento lento y crisis económica sin fin. Los economistas progresistas más reconocidos del mundo -Joseph Stiglitz, entre otros-, han animado a votar "no", afirmando que una salida de la zona euro permitiría que el elixir mágico de la devaluación llevase la recuperación a Grecia. Resulta muy cortés por parte de todos ellos proponer como voluntarios al pueblo heleno para este experimento, pero deberían aceptar también la responsabilidad del sufrimiento que los griegos pobres en particular, tendrán que soportar en el camino a esa tierra prometida del nuevo dracma.

La mejor opción para Europa es dejar que Grecia abandone el Euro si así lo decide, reduciendo al mínimo las consecuencias en la medida en que sea posible. La experiencia va a ser dolorosa, pero puede salvar el euro en el largo plazo.http://www.wsj.com/articles/the-greeks-say-no-1436128437 

A pesar de que los griegos no han dudado en meternos a los demás en una espiral de inestabilidad económica con su voto, es que no se puede ayudar a Grecia a cualquier precio y menos aún cuando -como comenta el editorial- es el propio pueblo griego el que ha votado quedarse fuera de la UE.



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