No
tengo dudas que ha sido la acertada estrategia planeada por Mariano Rajoy en
todo el asunto catalán, -su no hacer, su “tancredismo”,
su falta de arrestos, su “maricomplejines”, me da igual cómo lo califiquen- la que ha colocado a Pedro Sánchez en la tesitura
de retratarse y de ponerse de lado del Gobierno de forma irremediable, sí o sí. Rajoy
lo ha situado entre España y la pared y Sánchez ha tenido que tragar. El
jaque del Presidente le ha obligado a apoyarle a pesar del sobado “no es no”.
Todos
hemos visto cómo se ha desarrollado la vaina catalana y hemos podido comprobar
que en cuanto el PSOE respaldó al Gobierno del PP en la aplicación del artículo
155 de la Constitución, las cosas han “caminado” más rápido de lo que lo habían
hecho hasta ahora, lo cual me lleva a pensar que si ese acuerdo hubiese llegado
antes, hace tiempo que todo estaría solucionado o en vías de estarlo.
Pero no
cabe engañarse, Pedro Sánchez constituye el gran peligro que acecha a nuestro
país.
El
pueblo español de forma inequívoca –los escaños obtenidos lo acreditan- le ha dicho en
las dos últimas elecciones generales, “Pedro
gracias por ofrecerte pero ¡NO! te queremos para dirigir España” y sin
embargo, no hizo más que maquinar para colocarse al frente del país a pesar de
la orden concreta que le dio el pueblo soberano para que no lo hiciera. ¡Que
rara idea de la democracia tiene este chico! Si no es por la soberbia ambición
de Pablo Iglesias - la tontuna utilidad de Albert Rivera ya la tenía-, casi lo consigue.
No
ha hecho más que torpedear iniciativas que sólo buscaban el reforzamiento del Estado ante el desafío
independentista.
“El PSOE tumba el apoyo del Congreso a
Rajoy frente al 1-O”, porque Pedro
Sánchez cree que Rajoy no ha hecho lo que debía "que es hablar, dialogar y encontrar una solución política". ¿Hablar
y dialogar con los que quieren romper el país? Es sencillamente inadmisible.
El
más imbécil sabe que una imagen vale más que mil palabras, pero no ha habido
manera de conseguir una foto de los líderes máximos de Ciudadanos, PP y PSOE en
apoyo cerrado a la Constitución y al Estado de Derecho frente a la amenaza
secesionista, única y exclusivamente, porque, en un acto de repulsiva deslealtad con
España, Pedro Sánchez se ha negado a ello.
¿Alguien
puede entender que haya ordenado la reprobación de la Vicepresidenta del
Gobierno por “la brutalidad policial” en los incidentes catalanes?
Una medida crucial como la de intervenir TV3 no se ha llevado a cabo porque Pedro Sánchez, en un ejercicio de intolerable equilibrio equidistante, lo ha impedido.
¿Es
comprensible que Sánchez ponga al PSOE del lado de la Constitución y a la vez esté
con Kichi en Cádiz, con Carmena en Madrid, con Colau en Barcelona, con
Compromis en Valencia, y con Podemos en Castilla La Mancha, en Aragón, en
Baleares, cuando el denominador común de estos socios, es estar en contra de la
Constitución y de la unidad del país?
En España tenemos
partidos capitalistas (PP, PSOE y Ciudadanos) y partidos socialistas
(Podemos y toda la patulea de extrema izquierda) ¿Por qué insiste Sánchez en afirmar que el PSOE "es la
izquierda", si capitalismo y socialismo son ideologías políticas
antagónicas? ¿Cómo es que tras apoyar la Constitución, no ha roto de inmediato todos los pactos políticos que mantiene con la extrema izquierda de Podemos y confluencias?
Pedro
Sánchez está dispuesto a todo y a la vista queda que no va a pararse en barras. Consciente de que jamás será Presidente con el respaldo legítimo del pueblo español, busca el sillón de La Moncloa por cualquier medio aunque sea en comandita con aquellos que desean las destrucción de España.
Como el PP no
obtenga mayoría absoluta en las próximas elecciones vamos a tener que salir
corriendo hasta Estocolmo.