27 feb 2011

El garaje

Este Sábado llegamos sobre las ocho y media, nueve menos cuarto de la mañana. El día estaba radiante.


Hace unas semanas decidimos meterle mano al garaje porque estaba francamente desordenado y el espacio mal aprovechado. Había sitios por los que no se podía caminar. Herramientas, cables, cosas en general, a las que, por ese motivo, no podíamos acceder; otras de las que desconocíamos su existencia y otras a las que habíamos perdido la pista. Muchas han ido directamente a la basura y hemos ordenado las restantes. Ya no hay restos de juguetes, ni de tizas de colores, ni brazos ni piernas de muñecas. Los azulejos, baldosas, rodapiés y perfiles de madera los hemos colocado en el invernadero. Los trozos de hierro y metal en el cuarto de la bomba. Creo que es la primera vez que veo esta mesa de carpintería totalmente despejada.


Este lado del garaje lo hemos ordenado este sábado, pero sólo respecto de las cosas en el suelo, es decir, las herramientas todavía no han sido objeto de "cambios"


La parte trasera la arreglamos la semana pasada. Por aquí detrás no se podía casi ni pasar. Ahora, las pinturas han quedado colocadas a la derecha, mientras que en el lado izquierdo hemos colocado cosas que rara vez utilizamos.

En esta estantería central estaba todo lo relacionado con pintura. Ahora están las máquinas que más habitualmente usamos. Taladro, caladora, lijadora o la radial
Esta mesa es otra de las que creo es la primera vez que veo totalmente despejada
El próximo sábado le toca al lado izquierdo. Los toldos y esteras que hay en la parte alta y en la baja del mueble van a salir de ahí. Se puede ver en la foto una diana con latas de tónica Swcheps, invento de mi padre, preparada para si mi sobrino Pablo decide subir a Valsequillo y disparar unos tiros con la escopeta de balines
La música es algo que ha cambiado definitivamente. Hay un antes y un después de esta foto.


Mi hermano Óscar ha comprado un tresillo nuevo para su casa y éste, que es el que tenía previamente, ha terminado en Valsequillo. La casa ha ganado bastante con él
El almendro en flor que está detrás de la casa, como todos los años, luce espectacular. De todas formas la foto la hice pensando en la hiedra, que como se ve, sigue creciendo sin que podamos hacer nada que no sea ir podándola a medida que va cayendo sobre los parterres
La tunera que se ve en el centro, está completamente invadida
Aquí un detalle

23 feb 2011

Foros

Desde hace varios años participo en la red en un foro en lengua inglesa integrado por una mayoría de norteamericanos y unos cuantos australianos. Los miembros somos unos treinta y pico largos aproximadamente. Yo soy el único español. Muchos tenemos hijos y estamos en los cuarenta, aunque hay unos cuantos más jóvenes.

Lo que empezó como una especie de obligación que me medio impuse para evitar que mi inglés muriese para siempre, terminó por convertirse en algo entretenido.

Tengo que reconocer que mis intervenciones son pocas. Mientras que las de todos ellos –lógicamente- varían entre tres y cuatro mil, las mías sólo alcanzan las quinientas desde que uno de ellos me invitó a unirme al foro.

Pero estos años de conversación me han dado la oportunidad de conocer, de primera mano, múltiples aspectos de sus vidas extranjeras: qué comen, cómo viven, con qué perspectivas deciden casarse, cómo afrontan un desahucio, cómo son capaces de cambiar, ya no sólo de ciudad, sino de estado una docena de veces a lo largo de sus vidas, cómo asumen el hecho de tener que vender la casa para ir a vivir en un remolque, qué música prefieren, qué piensan de la excesiva intromisión del Estado en sus asuntos particulares, de la Sanidad pública universal, de las armas, de Dios……….. y por supuesto de política.

Con el tiempo me di cuenta que cuando yo les preguntaba, por ejemplo, sobre el Tea Party o sobre el por qué de su negativa a la sanidad pública universal, las respuestas que obtenía eran las de norteamericanos normales, igual de normales que yo. Sus comentarios eran honestos, expresaban el parecer de ciudadanos corrientes que tienen de afrontar la vida diaria como cualquiera de nosotros aquí. Recuerdo que en esta Navidad pasada se abrió un tema típico: “¡Pide un deseo para 2011!” . Uno de los que replicó dijo, “si consigo terminar el 2011, con un dólar en el bolsillo, lo consideraré un premio”. No hay medio de comunicación en el mundo capaz de superar esta precisión y objetividad en la definición de una situación.

El tema de las armas en manos de los ciudadanos, era una de esas cuestiones que para mí siempre estuvieron claras: eran el signo distintivo del “imperialismo de los yanquis”, pero, claro, cuando les pregunté por ellas y sus opiniones al respecto, -como decía más atrás-, me di cuenta que no obtenía la información a través de un medio de comunicación interpuesto, como era habitual, sino que la recibía directamente de la fuente. Esta información me resultó más valiosa y reveladora. Pronto, leyendo los comentarios que iban haciendo, comprobé que había muchos más argumentos de los que yo creía, detrás de la defensa del derecho de los ciudadanos a usar armas. Podían convencerme o no, pero desde luego, aportaban razonamientos sólidos, completamente alejados de esa idea fija y única, que tenía en la cabeza respecto de esa afición yanqui por las armas de fuego.

Otro día, uno comentó que había ido con su hijo a un evento, del que sólo logré entender que había presencia de armas, así que le pregunté. La respuesta me dejó sorprendido. Iban a una especie de feria organizada en su ciudad en la que se podía disparar casi cualquier cosa. Hablaba de armas más pesadas que una ametralladora, de las que tienen que montarse en trípodes. Por supuesto todo tipo de fusiles, Kalashnikov, M-16, Uzi……y hablaba con normalidad. Iba con su familia a pasar el día, como podríamos ir nosotros, yo que sé, a Fisaldo o al Circo o a cualquier otro evento organizado por nuestro Ayuntamiento y enseñaba a su hijo a disparar, igual que nosotros enseñamos a nuestros hijos a montar en bicicleta.

Es sencillamente su idiosincrasia. Como la nuestra con las tapas o la siesta.

Me asombra también lo relativamente rápido que se amoldan a situaciones sobrevenidas o al menos, éstos que he conocido en el foro. Que no se puede pagar la casa, la vendemos y nos mudamos a un remolque. Que queremos conservarla, pero nos ofrecen trabajo en la otra punta del país, pues la cerramos y nos mudamos. Que nos desahucian, pues los niños con los abuelos, los padres a negociar con el banco una refinanciación y a buscar trabajo. Y comentan todo esto –yo estaría abrumado- con evidente preocupación, pero a la vez con naturalidad. No digo que no lo pasen mal, pero asumen que aunque era difícil que ocurriese lo peor, podía acaecer, resulta que ha ocurrido y, simplemente, hay que ponerle solución. Comentaba uno el pasado 12 de febrero que “llevo seis semanas a la espera de que me reasignen un trabajo. Sin sueldo. Me quedé sin dinero hace cuatro semanas, pero, ¡menos mal!, empiezo a trabajar el próximo Lunes”.

La música country es otra de las cosas con la que estos yanquis han conseguido picar mi curiosidad. Nunca creí mereciese una oportunidad, siempre relacionada por mí con la Norteamérica profunda, entendida como un tipo de música “menor”. Error.

Aunque soy el único de habla no inglesa del foro, he abierto el tema de conversación más longevo y, creo, que más respuestas ha obtenido nunca: “¿Qué estás escuchando ahora?” Lo abrí el 19 de marzo de 2009 y aún sigue recibiendo respuestas, la última del 13 de febrero de este año. Cada cual sube un video de Youtube y muestra la música que está sonando en su equipo en ese momento. Total, que un día uno recomendó a un tal Hank Williams Jr. y como quien no quiere la cosa, le di chance. Hank Williams Jr. ya está en mi disco duro. Junto a él, Shooter Jennings, otro que hace un country que me gusta bastante. Armónicas, voces graves y profundas, guitarras y banjos……….muy recomendable.

En fin, que si no llega a ser por mis viejos, que me obligaron a ir a Inglaterra contra mi voluntad allá por los años ochenta………. me habría perdido todo esto

14 feb 2011

Minúscula


A la vista de la trayectoria de Zapatero, no resulta extraño que “ciertas salas” de El Alcázar de Toledo hayan sido cerradas al público. Los hechos que recreaban no casan adecuadamente con las "ideas de libertad y democracia que inspiraban la II República y que el pueblo tuvo que defender con las armas contra el fascista Franco", pero por otro lado, hay que reconocer que esto de revivir la “memoria histórica” como mecanismo para ganar elecciones, ha sido otra de las torpezas galácticas del Presidente. Gracias a eso, muchos los españoles que jamás habíamos cuestionado la identidad de los culpables de la Guerra Civil o las barbaridades cometidas en el período de posguerra o las bondades de la II República, modelo de respeto de derechos civiles y políticos “que-Franco-se-encargó-de-liquidar”, porque siempre habíamos dado por válida la versión única que escuchábamos en los institutos allá por los años 80, hayamos terminado hasta el gorro del guineo de ZP con lo de los buenos y los malos de aquellos años, y hayamos querido, unos, conocer la versión de la otra parte en el conflicto y otros, estudiarla para contárnosla al resto y la verdad, después de leer lo que dicen los otros contendientes, la cosa no era como nos la contaron. Vamos, que uno no se acuesta esta noche, se levanta mañana y resulta que ha estallado una guerra civil. Como me decía mi abuelo, "la II República era incapaz de mantener el orden en el país. En las arenas de detrás del Estadio Insular, aparecía gente asesinada todos los días" pero yo, nunca le creí.

En el fondo, me temo que esta Ley de memoria histórica - ni la M ni la H, pueden escribirse con mayúsculas- pergeñada por el Psoe, responde más bien a una estrategia dirigida a hacer desaparecer cuanto antes y definitivamente, cualquier vestigio, cualquier huella, indicio o pista que revele la forma en la que se conducía el Frente Popular con todos los españoles que no comulgaban con ellos y a enterrar en el agujero más profundo del averno los comportamientos de la izquierda española, porque su conducta y proceder durante aquellos años, la sitúan acercando la llama a la espita que dio origen a la Guerra Civil.

10 feb 2011

Citas Históricas

El sábado pasado, de camino a Valsequillo con mi padre, hablábamos en el coche de esto y de lo de más allá, cuando en la conversación salió el tema de algunas frases históricas, citas famosas, que por su profundidad y alcance, habían terminado por convertirse en sentencias aplastantes, demoledoras, absolutamente descriptivas y expresivas de una situación vivida. Expresiones que transmitían con claridad diáfana ideas relacionadas con el honor, la lealtad o la determinación para llevar a cabo lo que honestamente se creía se debía hacer.

Una de ellas era la que el Coronel Moscardó dirigió al General Varela, “Sin novedad en El Alcázar, mi General”, tras resistir durante 72 días el asedio al que las tropas del bando republicano lo habían sometido.

Recuerdo que cuando era chico, mis padres nos llevaron de viaje a Madrid a mí y a mis hermanos. Debía ser el año 1977 o 1978. Una de las visitas que hicimos fue al Alcázar de Toledo y hablando con mi padre, le decía que allí, en el despacho del Coronel, yo había escuchado aquellas palabras de Moscardó.

Ya por la tarde, de vuelta en mi casa, me dediqué a buscar en la red para ver si encontraba aquellas grabaciones de audio, en la confianza de que sería relativamente sencillo hallarlas, pero me equivoqué.

Dice Wikipedia que el asedio del Alcázar de Toledo fue una batalla altamente simbólica que ocurrió en los comienzos de la Guerra Civil. En ella se enfrentaron milicianos gubernamentales del Frente Popular y militares sublevados contra la República, en favor del bando nacional en Toledo. Éstos últimos se refugiaron en el Alcázar de Toledo, acompañados de sus familias. Las fuerzas republicanas empezaron el asedio sobre el fortín de los sublevados el 21 de julio de 1936 y no lo levantarían hasta el 27 de septiembre, tras la llegada del Ejército de África al mando del general Varela, haciendo Franco su entrada en la ciudad al día siguiente.

La defensa del Alcázar, en sí misma, fue un acto de heroísmo y valentía superlativo, en el que la determinación inquebrantable de Moscardó jugó un papel fundamental. Militarmente, simplemente excepcional. Mantuvo la plaza frente al asedio de unas tropas más numerosas y más equipadas. Resulta indiferente –al menos en mi opinión- si Moscardó pertenecía al bando nacional o al republicano. Lo que me resulta admirable es la nobleza, las agallas, el honor, los arrestos, en definitiva, la extrema lealtad que demostró en el cumplimiento de las órdenes recibidas.

En el interior de edificio se encerraron casi 1200 militares, 500 mujeres y 50 niños. Las tropas republicanas que tomaban parte en el asedio, rondaban los 8 mil milicianos pertenecientes a UGT, FAI y CNT, a los que había que sumar efectivos de la aviación, que bombardearon el Alcázar en repetidas ocasiones.

Yo estaba seguro que en el Alcázar de Toledo había escuchado otra grabación distinta de la de “Sin novedad en El Alcázar, mi General”, pero no recordaba cuál hasta que leí una reseña en un periódico digital que hacía referencia a ella: era la conversación mantenida por el Coronel Moscardó con su hijo Luis.

Estuve un muy buen rato navegando a la búsqueda de las grabaciones, pero los resultados eran negativos. No aparecían por ningún sitio, hasta que encontré esta noticia de 2010, publicada en el diario “El Confidencial Digital” y referida al nuevo Museo del Ejército, ahora ubicado en El Alcázar de Toledo.:

Martes, 27 de abril de 2010

Defensa retira del Museo del Ejército el despacho de Moscardó y la conversación con su hijo antes de ser fusilado.

Una vez que quede abierto al público no podrán contemplarse algunas estancias de gran calado histórico como la sala que sirvió de despacho al entonces coronel José Moscardó. En esta sala era tradicional poder escuchar una recreación de la conversación que mantuvieron el coronel y su hijo cuando éste estaba a punto de ser fusilado por las milicias.

Fuentes del Museo han confirmado a El Confidencial Digital que “en aplicación de la Ley de Memoria Histórica tanto la sala como la audición han quedado fuera del acceso al público, se han suprimido”.

¡Resulta dolorosamente lamentable e indignante!

Como las grabaciones “han desaparecido” como consecuencia de este "particular" enfoque de la Ley de Memoria Histórica, sólo he podido conseguir la versión escrita.

Ésta es la transcripción de la conversación telefónica mantenida:

Cándido Cabello (socialista y jefe de las milicias de Toledo, habla por teléfono al coronel Moscardó): "Son Uds. responsables de los crímenes y de todo lo que está ocurriendo en Toledo, y le doy un plazo de diez minutos para que rinda el Alcázar, y de no hacerlo fusilaré a su hijo Luis que lo tengo aquí a mi lado"

Al escuchar la voz de su hijo Luis, el Coronel Moscardó le pregunta: "¿Qué hay hijo?"

Luis: "Que dicen que me van a fusilar si no rindes el Alcázar".

El Coronel: "Pues, encomienda tu alma a Dios, da un grito de VIVA ESPAÑA ! y muere como un Patriota"

Luis apenas responde: "Un beso muy fuerte, papá...."

Y dirigiéndose nuevamente al jefe miliciano, el Coronel le grita: "¡¡¡Puede ahorrarse el plazo que me ha dado, pues el Alcázar no se rendirás jamás!!!"

Los sitiados siguieron resistiendo durante dos meses y seis días hasta que finalmente fueron liberados por las Fuerzas Nacionales del General Varela el 27 de setiembre. Y ahí la frase célebre del Coronel al General Varela: "Sin novedad en el Alcázar mi general".

Al día siguiente Moscardó a Franco: "Mi general, le entrego el Alcázar destruido, pero el honor queda intacto".

Franco: "Héroes del Alcázar, vuestro ejemplo perdurará a través de las generaciones. Yo os saludo y abrazo en nombre del Patria. La Historia será pequeña para la grandeza de vuestros hechos".

Hoy, cualquier español normal señalaría sin atisbo de duda quién actuó con honor y quién lo hizo con ignominia en el episodio del asedio del Alcázar de Toledo. No es admisible hurtar a los españoles esta parte de la Historia de España, sólo porque son "los tuyos" los que protagonizaron la infamia y la bajeza.



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