El sábado pasado, de camino a Valsequillo con mi padre, hablábamos en el coche de esto y de lo de más allá, cuando en la conversación salió el tema de algunas frases históricas, citas famosas, que por su profundidad y alcance, habían terminado por convertirse en sentencias aplastantes, demoledoras, absolutamente descriptivas y expresivas de una situación vivida. Expresiones que transmitían con claridad diáfana ideas relacionadas con el honor, la lealtad o la determinación para llevar a cabo lo que honestamente se creía se debía hacer.
Una de ellas era la que el Coronel Moscardó dirigió al General Varela, “Sin novedad en El Alcázar, mi General”, tras resistir durante 72 días el asedio al que las tropas del bando republicano lo habían sometido.
Recuerdo que cuando era chico, mis padres nos llevaron de viaje a Madrid a mí y a mis hermanos. Debía ser el año 1977 o 1978. Una de las visitas que hicimos fue al Alcázar de Toledo y hablando con mi padre, le decía que allí, en el despacho del Coronel, yo había escuchado aquellas palabras de Moscardó.
Ya por la tarde, de vuelta en mi casa, me dediqué a buscar en la red para ver si encontraba aquellas grabaciones de audio, en la confianza de que sería relativamente sencillo hallarlas, pero me equivoqué.
Dice Wikipedia que el asedio del Alcázar de Toledo fue una batalla altamente simbólica que ocurrió en los comienzos de la Guerra Civil. En ella se enfrentaron milicianos gubernamentales del Frente Popular y militares sublevados contra la República, en favor del bando nacional en Toledo. Éstos últimos se refugiaron en el Alcázar de Toledo, acompañados de sus familias. Las fuerzas republicanas empezaron el asedio sobre el fortín de los sublevados el 21 de julio de 1936 y no lo levantarían hasta el 27 de septiembre, tras la llegada del Ejército de África al mando del general Varela, haciendo Franco su entrada en la ciudad al día siguiente.
La defensa del Alcázar, en sí misma, fue un acto de heroísmo y valentía superlativo, en el que la determinación inquebrantable de Moscardó jugó un papel fundamental. Militarmente, simplemente excepcional. Mantuvo la plaza frente al asedio de unas tropas más numerosas y más equipadas. Resulta indiferente –al menos en mi opinión- si Moscardó pertenecía al bando nacional o al republicano. Lo que me resulta admirable es la nobleza, las agallas, el honor, los arrestos, en definitiva, la extrema lealtad que demostró en el cumplimiento de las órdenes recibidas.
En el interior de edificio se encerraron casi 1200 militares, 500 mujeres y 50 niños. Las tropas republicanas que tomaban parte en el asedio, rondaban los 8 mil milicianos pertenecientes a UGT, FAI y CNT, a los que había que sumar efectivos de la aviación, que bombardearon el Alcázar en repetidas ocasiones.
Yo estaba seguro que en el Alcázar de Toledo había escuchado otra grabación distinta de la de “Sin novedad en El Alcázar, mi General”, pero no recordaba cuál hasta que leí una reseña en un periódico digital que hacía referencia a ella: era la conversación mantenida por el Coronel Moscardó con su hijo Luis.
Estuve un muy buen rato navegando a la búsqueda de las grabaciones, pero los resultados eran negativos. No aparecían por ningún sitio, hasta que encontré esta noticia de 2010, publicada en el diario “El Confidencial Digital” y referida al nuevo Museo del Ejército, ahora ubicado en El Alcázar de Toledo.:
Martes, 27 de abril de 2010
Defensa retira del Museo del Ejército el despacho de Moscardó y la conversación con su hijo antes de ser fusilado.
Una vez que quede abierto al público no podrán contemplarse algunas estancias de gran calado histórico como la sala que sirvió de despacho al entonces coronel José Moscardó. En esta sala era tradicional poder escuchar una recreación de la conversación que mantuvieron el coronel y su hijo cuando éste estaba a punto de ser fusilado por las milicias.
Fuentes del Museo han confirmado a El Confidencial Digital que “en aplicación de la Ley de Memoria Histórica tanto la sala como la audición han quedado fuera del acceso al público, se han suprimido”.
¡Resulta dolorosamente lamentable e indignante!
Como las grabaciones “han desaparecido” como consecuencia de este "particular" enfoque de la Ley de Memoria Histórica, sólo he podido conseguir la versión escrita.
Ésta es la transcripción de la conversación telefónica mantenida:
Cándido Cabello (socialista y jefe de las milicias de Toledo, habla por teléfono al coronel Moscardó): "Son Uds. responsables de los crímenes y de todo lo que está ocurriendo en Toledo, y le doy un plazo de diez minutos para que rinda el Alcázar, y de no hacerlo fusilaré a su hijo Luis que lo tengo aquí a mi lado"
Al escuchar la voz de su hijo Luis, el Coronel Moscardó le pregunta: "¿Qué hay hijo?"
Luis: "Que dicen que me van a fusilar si no rindes el Alcázar".
El Coronel: "Pues, encomienda tu alma a Dios, da un grito de VIVA ESPAÑA ! y muere como un Patriota"
Luis apenas responde: "Un beso muy fuerte, papá...."
Y dirigiéndose nuevamente al jefe miliciano, el Coronel le grita: "¡¡¡Puede ahorrarse el plazo que me ha dado, pues el Alcázar no se rendirás jamás!!!"
Los sitiados siguieron resistiendo durante dos meses y seis días hasta que finalmente fueron liberados por las Fuerzas Nacionales del General Varela el 27 de setiembre. Y ahí la frase célebre del Coronel al General Varela: "Sin novedad en el Alcázar mi general".
Al día siguiente Moscardó a Franco: "Mi general, le entrego el Alcázar destruido, pero el honor queda intacto".
Franco: "Héroes del Alcázar, vuestro ejemplo perdurará a través de las generaciones. Yo os saludo y abrazo en nombre del Patria. La Historia será pequeña para la grandeza de vuestros hechos".
Hoy, cualquier español normal señalaría sin atisbo de duda quién actuó con honor y quién lo hizo con ignominia en el episodio del asedio del Alcázar de Toledo. No es admisible hurtar a los españoles esta parte de la Historia de España, sólo porque son "los tuyos" los que protagonizaron la infamia y la bajeza.