Hablando en román paladino, el señor
Tsipras viene a decirnos que aunque Grecia nos debe dinero, no sabe cómo nos lo
va a devolver, ni siquiera sabe si finalmente va a hacerlo, pero nos informa
que ha dado marcha atrás a gran parte de las medidas de austeridad adoptadas
por su antecesor con el objeto de garantizar el pago de esa deuda y a la vez,
nos pide no olvidemos que necesita le prestemos más dinero aún, eso sí, este
nuevo préstamo debe hacerse bajo las condiciones que el propio gobierno griego
establezca.
Creo que cualquiera que se encuentre con que su deudor le viene con estas pretensiones, no
vuelve a fiarle un duro y le da con la puerta en las narices. Menos aún si se
entera de en qué y cómo se ha gastado lo prestado.
Todos los datos en términos anuales.
Olvidando el asunto de las cuentas falsas que
remitieron en su día a la UE y dejando de lado el hecho de que Grecia sea uno
de los tres únicos países de la OTAN, -los EEUU, el Reino Unido son los otros
dos- que cumplen con la recomendación de la Alianza de destinar el 2% del PIB
a Defensa, -ni Francia invierte tanto- resulta que la Renfe griega ingresa 100
millones de euros y gasta 400, que el salario medio de un empleado de los
trenes helenos alcanza los 66 mil euros, unos 4.700 al mes, que menos de 5 mil
de ellos declaran ganar más de 100 mil euros mientras que en España tributan
por ese salario 200 mil ciudadanos, que el metro ateniense ingresa por venta de
billetes 90 millones de euros y gasta 500, que más de 600 profesiones están
catalogadas como de “alto riesgo para la salud”, permitiendo la jubilación a
los 55 o 60 años, incluyendo trabajos tan peligrosos como el de peluquera,
locutor de radio o camarero, que sólo 324 atenienses reconocieron en su declaración
de la renta poseer piscina en su domicilio y que investigaciones de la agencia
tributaria griega utilizando satélites descubre que son casi 17 mil viviendas
las que cuentan con una, que además afloran 40 mil casos de fraude en las
pensiones, incluyendo decenas de miles de hijas de funcionarios solteras o
divorciadas, cobrando la de sus padres fallecidos, que tienen una línea de
ayuda económica para casi 40 mil mujeres con un coste de 550 millones de euros,
funcionarios con jubilación a los 40, con pluses por hablar una lengua
extranjera o por llegar puntual al trabajo o por utilizar un ordenador, con
jardineros cobrando extra por trabajar al aire libre. Dos terceras partes de
los médicos griegos declaran ingresos inferiores a 12 mil euros al año. Cientos
de comités adscritos a la Administración pública para gestionar diversos
asuntos como el encargado del lago Kopais, sin agua desde 1935……… y, ¿quieren
más dinero……bajo sus propias condiciones? ¡Pero tu de qué vas Tsipras!
Todos estos datos están publicados aquí:
Y bueno, aquello de que la culpa de la situación que vive Grecia
la han tenido “las políticas de austeridad, los manejos de los mercados financieros y la dictadura usuraria de
los prestamistas internacionales”, ¡pues vale, podría ser que sí!, pero suena muy poco creíble a la vista de la
alege prodigalidad con que se han conducido gestionando el dinero de otras personas.
Y entonces, no sé cómo, llegué a una editorial titulada “Más cerca del precipicio” del
martes 17 de febrero en el británico “The Economist”, un diario que según
Wikipedia se viene publicando regularmente desde septiembre de 1843. Cierta
“auctoritas” creo innegable reconocerle.
El artículo arrancaba con un demoledor “Eran 18 contra uno el pasado 16 de febrero por segunda vez en menos de
una semana”.
Aquí copio la traducción de los dos últimos párrafos de esta
editorial:
A
pesar de este sentimiento optimista del pueblo, -Tsipras tiene una nivel de aprobación de entre el 74% y el 79%- los
griegos siguen sacando sus ahorros de los bancos locales, aunque a un ritmo más
lento que antes de las elecciones de enero. Los depósitos se han reducido en
más de 3000 millones de euros en las últimas dos semanas, después de haber
retirado alrededor de 12 mil millones de euros en enero y 4000 millones más en
diciembre. Esta actitud de los ahorradores griegos refleja los temores a una
crisis financiera similar a la sufrida por Chipre en 2013, cuando el Banco
Central Europeo dejó de brindar la asistencia de liquidez de emergencia (ELA).
Las entidades financieras griegas están hoy mejor capitalizadas que lo que lo
estaban sus colegas chipriotas, pero todavía dependen de inyecciones semanales
del fondo de liquidez (ELA). Algunos banqueros temen que, si el BCE no está
dispuesto a aumentar el flujo de fondos de emergencia, Grecia se verá obligada
a seguir el ejemplo de Chipre y deberá imponer controles al capital. El gobierno de
Syriza ya se ve corto de dinero. Los ingresos tributarios de enero estuvieron
un 20% por debajo del objetivo previsto. El superávit presupuestario primario
(es decir, antes de intereses de la deuda) se quedó corto por casi el 60%. Los
planes para abolir el impopular impuesto sobre la propiedad y aumentar el
umbral para el pago de impuesto sobre la renta reducirá aún más los ingresos.
El riesgo de que Grecia se quede sin dinero en cuestión de semanas en lugar de
meses está creciendo día a día.
Como decía el ministro de economía alemán, el señor
Schäuble, “las promesas a costa de terceros no son realistas”.
La frase de Schäuble define perfectamente la esencia, el poso populista que rezuma la oferta política de Syriza y de
Podemos y gracias a Tsipras muchos españoles lo estamos comprobando al ver que las perspectivas reales, tangibles a corto plazo de sus políticas para Grecia son desastrosas y sólo auguran un futuro aterrador que nadie con un mínimo sentido común querría para su país y para sus hijos. Más fuga de capital, más huída de la inversión, mayor temor del pueblo a perder los ahorros, aumento de la prima de riesgo, del desempleo, aislamiento internacional, la posibilidad de salida del euro para volver al dracma, en definitiva, la
quiebra absoluta.
Pablo Iglesias en Atenas, a donde había ido a apoyar a Tsipras, dijo que "en este país las cosas pueden ir a mejor con Syriza, se merece un
presidente griego, no subordinado a nadie, un presidente patriota que defienda
los derechos de los griegos y negocie con sentido común".
No parece que los presagios del líder de Podemos se estén cumpliendo, más bien ocurre lo contrario. Tsipras y Varoufakis se han visto obligados a
recular en todas las reuniones que ha mantenido con la UE.
Ayer día 19, Grecia
ha presentado una nueva propuesta manifestando además que acata todo aquello que a principios de esta semana aseguró que ni
con una pistola en la sien aceptaría. A las pocas horas, Alemania, tras echarle un ojo al documento, ha dicho que resulta insustancial. ¡Más agua fría!
Hoy día 20 se debate esa nueva propuesta griega. La reunión aún no ha comenzado al escribir esto, pero los titulares de los principales diarios económicos anuncian que "Bruselas cree que no habrá acuerdo sobre el rescate de Grecia", "Der Spiegel afirma que el BCE está preparando la salida de Atenas del euro", "El Eurogrupo ve muy difícil llegar a un acuerdo hoy"
El 28 de febrero expira el programa de asistencia financiera que los mantiene respirando.........
Al pueblo griego no le queda otra que asumir y sufrir las consecuencias derivadas de la desastrosa gestión protagonizada por los representantes políticos que democráticamente eligieron. El mismo padecimiento que vienen sufriendo los portugueses, los irlandeses o los españoles por culpa de los suyos
¿Quién tiene que devolver los préstamos que España solicitó para construir los 3.500 aeropuertos que tanto falta nos hacían? ¡Pues los españoles!
Al pueblo griego no le queda otra que asumir y sufrir las consecuencias derivadas de la desastrosa gestión protagonizada por los representantes políticos que democráticamente eligieron. El mismo padecimiento que vienen sufriendo los portugueses, los irlandeses o los españoles por culpa de los suyos
¿Quién tiene que devolver los préstamos que España solicitó para construir los 3.500 aeropuertos que tanto falta nos hacían? ¡Pues los españoles!
No hay comentarios:
Publicar un comentario