Me he encontrado otra editorial del diario "The Economist" del 21 de febrero, titulada "Outgamed" que me resultó interesante. La traducción del título me costó proporcionalmente mucho más que la del texto entero. Hace referencia a la reunión mantenida el pasado viernes entre Grecia y el Eurogrupo en donde finalmente los griegos aceptaron los términos propuestos. Ahí va.....
Jactancia
Según los estándares de la zona euro
parecía un asunto benditamente sencillo. A las relativamente civilizadas 20:30 del
viernes por la noche el Eurogrupo de ministros de Finanzas de la zona euro
acordaron extender el segundo rescate de Grecia, -que expiraba el 28 de febrero-,
por cuatro meses. Un acuerdo que a duras penas apenas se esperaba. Dos reuniones
anteriores mantenidas por el Eurogrupo no terminaron bien y una disputa entre el
gobierno griego y el alemán el 19 de febrero echaron más leña al fuego. Jeroen
Dijsselbloem, el presidente del grupo, comenzó ayer rebajando las expectativas.
Pero por la noche, después de haber promovido con éxito negociaciones entre los
griegos, los alemanes y la Comisión Europea, describió el resultado como "muy positivo". (Parece ser
que el reciente incremento de la fuga de depósitos de los bancos griegos, en
parte, pueda haber forzado a Atenas a torcer su brazo). La extensión desbloquea
la financiación que Grecia necesita para mantenerse a flote en los próximos
meses y, al menos por ahora, acalla el debate sobre su salida del euro.
Esa es la buena noticia. Pero los euro-pesimistas
no tienen que buscar mucho para impulsar ese debate. Las dudas comienzan con
los términos del acuerdo de la noche del viernes. Para el lunes el gobierno
griego debe presentar una lista con las reformas que pretende llevar a cabo
bajo las condiciones establecidas por el nuevo rescate. La Comisión Europea, el
Banco Central Europeo y el FMI, antes conocidos como la "troika" y que ahora se llaman las "instituciones" –un gesto a favor de la sensibilidad semántica
de los griegos- deben dar su asentimiento a aquéllas. Si no lo hacen, el propio
Yanis Varoufakis ha dicho que "el
acuerdo está muerto". Los acuerdos permiten, al menos, que los griegos
puedan recuperar cierto control respecto de las políticas que se aplican en su
país, pero en realidad es probable que tengan que hacer algunas concesiones
dolorosas, sobre la reforma de pensiones por ejemplo. Será un fin de semana de
ajetreo en Atenas.
Pero el gobierno del Sr. Varoufakis tiene también un variopinto electorado al que satisfacer: la opinión en casa.
Alexis Tsipras, el primer ministro, fue elegido por su promesa de acabar con
los rescates y por su compromiso de dejar atrás las políticas austeridad. Yanis Varoufakis
ha pasado las últimas semanas buscando un "acuerdo
puente" como alternativa explícita a una extensión de rescate. Es
difícil conciliar las promesas realizadas con el acuerdo suscrito la noche del pasado
viernes. Grecia no ha conseguido ningún cambio en los términos de su deuda
épica, que se sitúa en más de 175 % del PIB. Su gestión continuará siendo
supervisada por las instituciones anteriormente conocidas como la troika. Está
obligada a detener la aprobación de cualquier medida que pueda socavar los
objetivos fiscales fijados y esto torpedea la línea de flotación de su programa
electoral que incluía todo tipo de promesas de gasto.
Los miembros de línea dura del partido
del señor Tsipras encontrarán todo esto difícil de digerir, al igual que los
griegos que pensaban que habían votado a favor de la ruptura. "Los griegos, sin duda tendrá
dificultades para explicar el acuerdo a sus votantes", fue el
veredicto poco cortés de Wolfgang Schäuble, ministro de Finanzas de Alemania y
feroz adversario de Grecia en las negociaciones de las últimas semanas. No
duden que el señor Tsipras intentará magnificar la mayor parte de los pocos
premios que Grecia ha obtenido, incluyendo el permiso para ejecutar una
política fiscal un poco más suelta y, con suerte, una decisión del Banco Central
Europeo para permitir el uso de la deuda pública griega como garantía.
Aun suponiendo que la plancha elimine las
arrugas, Grecia aún se enfrenta a una restricción en la financiación inmediata.
Los fondos de rescate sólo serán liberados tras una "revisión" de las
disposiciones fijadas por el rescate financiero, lo cual, según el acuerdo, no
va a ocurrir antes de finales de abril. Y Grecia ya estaba bajo presión
financiera. Debe devolver al FMI un crédito por importe de 1500 millones € a
mediados de marzo, y los ingresos fiscales han caído en picado en las últimas
semanas. El gobierno ha llegado al techo de 15 mil millones € en la emisión del
Tesoro impuesto por la troika, y no había ningún indicio ayer por la noche que
pudiese elevarse. Los próximos dos meses serán verdaderamente dolorosos.
Sin embargo, las turbulencias de las
últimas semanas pueden llegar a ser recordadas con cariño ante los problemas
que están por llegar. Grecia no será capaz de volver a los mercados de capital
cuando la extensión de rescate expire a finales de junio, y por lo tanto tendrá
que asegurar un acuerdo de financiación a largo plazo con sus socios de la zona
euro antes de ese momento. La mayoría hablaría en este caso de un tercer
rescate, pero el término preferido del señor Varoufakis suena más a sol a y a
buen tiempo: "contrato para la recuperación y el crecimiento".
Independientemente de la nomenclatura, los términos del acuerdo serán
extremadamente difíciles de solucionar. La condicionalidad que los alemanes y
otros exigirán y el precio de un mayor apoyo proveniente de la UE, se aplicará
directamente en contra de las promesas de Syriza de cortar las cadenas que atan
a Grecia a sus acreedores. A diferencia del segundo rescate, este acuerdo será
"propiedad" de Tsipras; no podrá culpar a su predecesor por ello. Y
el plazo llega en el peor momento posible para los griegos porque enfrentan
amortizaciones de bonos por valor de casi 7 mil millones € en julio y agosto.
Este es el motivo por el que originalmente habían buscado una extensión de seis
meses. Tsipras puede sentirse obligado a consultar el resultado de las
negociaciones en un referéndum o a convocar a nuevas elecciones.
En medio de las fricciones que ha vivido
el euro en las últimas semanas, hay otra moneda que ha sido devaluada: la de la
confianza. Los alemanes y los otros países tal vez fueron culpables al pretender
demasiado en tan poco tiempo de un partido elegido por las promesas explícitas
de romper con las viejas costumbres, pero Syriza se lleva la peor parte de la
culpa. Ha postureado y provocado, haciendo referencias al pasado nazi de
Alemania, ha puesto en riesgo a sus aliados potenciales en la lucha de éstos
contra la austeridad. Ha manejado muy mal la negociación de la extensión de
rescate, pretendiendo dar lecciones a sus socios de la zona euro cuando debería
haber buscado techo para refugiarse. Y al final de todo esto, resulta que
vendrán nuevas conversaciones que serán más dolorosas y que la capacidad
negociadora de Grecia está más limitada de lo que podría haber sido.
Dijsselbloem, un hombre normalmente no dado
a la elocuencia, lo expresó mejor: " La confianza llega a pie, pero se va
a caballo”
¡Qué poca sutileza han mostrado los griegos tocándoles los eggs a los alemanes con las reclamaciones por reparaciones de guerra! La cara de doña Ángela lo dice todo.
ResponderEliminarLa situación de Grecia prácticamente no tiene remedio. Prestarles a corto plazo, durante cuatro meses más, es solo tirar dinero al mar. Euro que prestes, euro que se va por el desagüe. En esta coyuntura lo mejor, en mi opinión, sería diseñar con premura, pero con la mayor sensibilidad y coherencia posible, la salida de Grecia de la Comunidad. Declarar la quiebra y darles tiempo para que pongan las máquinas a imprimir papel moneda, cuyo valor no pasará del propio del papel en que se imprima, al menos, fuera del país. ¿Cuál es la alternativa? La elección de este nuevo Gobierno ha generado un “gap” de incertidumbre extrema; ha vaciado los bancos; ha generado una conciencia de “no pagar los impuestos debidos, a ver qué pasa”, destrozando, aún más si cabe, las maltrechas cuentas públicas; han dado un enorme salto hacia atrás en la confianza que se les había prestado; deja como único resultado inmediato muchísimo esfuerzo y sacrificio realizado en vano. Y a todo eso y muchas más cosas, habría que sumarle la enorme frustración que dejará en su población cuando miren atrás y contemplen el resultado de su elección política.
Aunque Siryza se plegara mañana mismo, de forma absoluta, plena e incondicional, al plan de reformas que había asumido el anterior gobierno griego, el daño ya estaría hecho. El retroceso generado en tan cortísimo espacio de tiempo por Grecia nos recuerda que votar con las entrañas es lo que te pide el cuerpo, pero votar con la razón es lo que dejas a tus hijos. Y yo no quisiera que mis hijos sufrieran las consecuencias de vivir en un país quebrado.
Preguntado acerca de la nueva ley presentada ante el Parlamento por Tsipras para combatir la pobreza en Grecia, Hollande dijo que "no le choca" que el Gobierno griego haga esfuerzos para los pobres, pero subrayó que lo que se le pide a Atenas es que se aseguren de que los ricos pagan impuestos.
Esto ultimo es importante, pues los anteriores Gobiernos Griegos hicieron recortes pero no hicieron una reforma fiscal.
Ya lo hemos comentado algunas veces antes Filterarrow,sencillamente esta gente no tiene remedio, la altanería y sobrebioa demostrada no les va a permitir lograr sus sueños, harían bien en bajarse de la nuve , porque todos coinciden en pensar justo lo contrario que tú debes darte cuenta que estás equivocado, pero ya sabes que el comunismo es así, no ocasiona más que muerte y desesperación. Si no fuera porque su expulsión del euro puede ser negativa para los restante 27 miembros de la unión, estoy seguro que la echarían fuera, no es justo que el resto de miembros hayan tenido que exigir sacrificios a sus ciudadanos(por ejemplo España), y estos señoritos quieran imponernos la deisión de sus votantes al resto de europeos. Menos mal que Alemania se mantiene en su sitio, de lo contrario esto sería un cachondéo
ResponderEliminar¿Otra vez el canto al voto útil?, seras nº 1 en los cuarenta principales. Los anteriores gobiernos griegos no hicieron la reforma fiscal, por eso nadie paga impuestos, con este verás como si se produce esa reforma
ResponderEliminarNo, el voto útil no: el sentido común. De todas formas, sí que repito, una vez más, que el “proceso” griego nos marcará el camino antes de que lleguen las próximas legislativas. Para entonces ya veremos los resultados de votar cantos de sirenas, pero en cabeza ajena (afortunadamente).
ResponderEliminarPero vamos a ver, ¿qué tiene que ver que los anteriores gobiernos griegos no hicieran la reforma fiscal con la actual pretensión de Grecia de no cumplir con aquello a lo se comprometió a cambio de recibir prestado nuestro dinero? Cuando afirmas que "con este verás como si se produce esa reforma fiscal", estás diciendo lo mismo que Podemos/Syriza cuando afirman que ellos van a acabar con el fraude fiscal...........ya, ya...........Ni tu mismo te lo crees y es más, como apuntaba el diario The Economist, "Cada vez se hace más difícil ver qué resultado se ha obtenido de las tácticas de Syriza"......¡pues me temo que ninguno! aparte de dirigir el país directamente hacia el abismo.
ResponderEliminarCoincido con uno de los comentarios anónimos cuando señala el sentido común que demanda el voto en las próximas elecciones: "Votar con la razón es lo que dejas a tus hijos"..........
Yo lo que creo es que España (y cuando digo España me refiero estrictamente al país que queda para el futuro de mi hija) necesita otra legislatura con un gobierno que no tenga que depender de alianzas con otros partidos (ya sé que no va a ser así) para seguir adoptando medidas que terminen de apuntalar los logros conseguidos hasta ahora, logros que resultan incuestionables. Estas medidas que nos falta poner en marcha van a ser dolorosas también, quizás no tanto como las del principio de legislatura, pero hay que hacerlo y para eso, en mi opinión, es mejor que el que gobierne tenga las manos libres para ello. Los experimentos del tipo Ciudadanos (es una opción electoral que me gusta) no resultan convenientes en el momento actual que exige una estabilidad política que impida que España vuelva a no ser de fiar, como ahora le ocurre a Grecia. A partir de 2019 es probable que estemos en otra situación (espero que mejor) y ahí podremos hablar de esos nuevos experimentos sin poner en riesgo la delicada situaciónpor la que pasamos ahora mismo. Y lo de Podemos..............pues lo estamos viendo con Syriza y más claramente con la Venezuela chavista
Lo que quiero decir es que los anteriores Gobiernos de Grecia no cumplían lo acordado y no se les crucificaba como se hace con Syriza.
ResponderEliminarMe alegra que aflojes un puntito y que tu desprecio a gran parte de los españoles ya tenga fecha de caducidad y a partir de 2019, puedan haber compatriotas (no necesariamente comunistas) que accedan al poder.
Al hilo de tu comentario: tu frase inicial merece un pequeño contrapunto. ¿De dónde sacas que el Gobierno de Sartas no cumplía lo acordado? Ése es precisamente el caso, que sí estaba actuando en la línea de acción marcada por la Troika. De hecho, ¿quién crees que puso en la calle a los 300.000 funcionarios que Syriza quiere “recontratar”? No te equivoques, Grecia mostraba signos de recuperación ya en los dos o tres últimos trimestres de 2014, inmediatamente antes de las elecciones. Aún así, la mayor parte de sus votantes votaron “con las entrañas” y así les está yendo.
ResponderEliminarPor otra parte, al Gobierno de Sartas y a los inmediatamente anteriores gobiernos griegos se les estaba dando el voto de confianza y decenas o cientos de miles de millones en ayuda, porque la Unión quería salvarles del default. Y sí, estaban asumiendo sus compromisos, con el enorme descontento de la población y el enorme desgaste político que conlleva, al punto de perder las elecciones. A Syriza no es que nadie les quiera crucificar, pero entenderás que su planteamiento es algo más que inaceptable, es casi una provocación. Es un deudor que llama a tu puerta, te dice que tu ayuda es “un crimen contra la humanidad” (Varoufakis), que no te lo devolverán todo o nada, que de tus condiciones nanai, que desprecian las medidas impuestas y que lo hecho se va a deshacer y que, además, y esto sí que es el colmo, quieren más dinero. Y según tú, se les está crucificando porque sus socios comunitarios –QUE SON QUIENES HAN PUESTO EL DINERO DE SUS CIUDADANOS- no se pliegan a estas propuestas. Desde luego, no puedo estar más en desacuerdo contigo. Mañana el cien por cien de los deudores hipotecarios de este país van a ir a sus bancos y les van a decir lo mismo: que sus hipotecas al 1% sobre el euribor son abusivas, que por su culpa no van a poder irse de vacaciones a Eurodisney y que al igual que el conductor del tranvía del anuncio, no pueden dormir pensando en el nuevo Ranger Rover y necesitan imperiosamente comprarse uno. En consecuencia, no solo no van a seguir pagando sus créditos sino que, además, necesitan 60.000 euritos para sus “necesidades” perentorias –antes mencionadas-; eso sí, sin garantías de devolución. ¡Ah! y a también quieren una disculpa, ya puestos, por haberles dado un crédito con el que comprar sus casas, aunque ahora ya no vayan a seguir pagándolas, porque el Banco fue malvado al hacerlo.
En fin, vivir para ver.
Lo querrás ver o no, pero el artículo del The Economist es riguroso. La realidad es la que es y negar la mayor carece de sentido. Un grupo político canaliza el descontento popular y promete, y promete aún más, sin tener en cuenta las consecuencias de sus promesas en el mundo real, no en el de los mítines. Resultado: el daño en la economía producido es el que es, y éste sí que es muy real.
ResponderEliminarComo te comentaba hace algunos días, Syriza tiene pocas opciones; básicamente es recular (en todo) o declarar la bancarrota, lo que asolará a todo el país. En mi opinión, Varoufakis ayer sentenció definitivamente al país, si es que quedaba algún resquicio.
Devolver la deuda vs "disolución como un azucarillo - condonación". Carlos, todos los países occidentales tienen elevadísimos niveles de deuda con respecto a su PIB, y nadie duda de estos países. La amortización de la deuda no se contempla como una necesidad sometida a fecha, simplemente basta con cumplir con tus obligaciones de pago. Se trata de cumplir con el Capítulo IX de gastos financieros del Presupuesto. El coste de la deuda pública se ha asumido en todas las economías como una carga más, de naturaleza casi permanente en el presupuesto de gastos. Solo eso. Ningún Gobierno se plantea como una prioridad amortizar la Deuda Pública, porque si tuvieras algún superavit presupuestario, el rédito político de aplicarlo en gasto social o mejora de la sanidad, la educación, etc., es muchísimo mayor. La ciudadanía, sobre todo la de menores recursos, que son la mayoría, solo ven la acción de Gobierno que les afecta directamente (véase, y permítaseme la licencia, Andalucía-PSOE; tras treinta años de Gobierno, siguen votándoles aunque sus cifras macro -tasas de desempleo incluidas- son las que son).
El problema se produce cuanto tu Gobierno, democráticamente elegido, genera una situación de pánico en la economía del país de tal calibre, con sus propuestas irrealizables y su órdago a los acreedores, que provoca un crack en la ya muy delicada situación de las cuentas públicas. Y eso es lo que ha pasado en Grecia. Estaban encauzando su economía, comenzando a crecer y en lugar de dar continuidad a ese Gobierno, con todas sus sombras, eligieron lanzarse al vacio. Y eso es lo que van a tener, desgraciadamente.
No creo que los que pensamos que el nuevo Gobierno griego ha sido un error de tremendas consecuencias nos felicitemos porque los peores augurios parecen que se cumplen irremediablemente. Nada más lejos de la realidad. El sufrimiento de cualquier pueblo es una desgracia que todos lamentamos, pero en el particular caso de España se da la circunstancia de que tenemos un partido espejo -de corte comunista- que propugna, te guste verlo o no, las mismas líneas de actuación que ofrecía Syriza a sus votantes. Y ahí radica básicamente nuestra preocupación y el interés porque el resultado de las elecciones griegas puedan probar a sus propios votantes que una cosa es predicar y otra, muy distinta, dar trigo; si eso sirve para que algunos se den cuenta de que no se trata de una "estrategia del miedo", sino que las acciones tienen consecuencias y los experimentos se tienen que hacer con gaseosa, al menos eso que ganamos. Ver el resultado del "experimento" de los griegos puede ser de gran valor para nuestro país, al que no quisiéramos ver en el punto en que se encuentras aquellos ciudadanos a día de hoy.
Y de verdad, lo siento muchísimo por Grecia, incluso si son unos cafres. El sufrimiento de los griegos me apena, pero estos comentarios, al menos en mi fuero interno, carecen de carga política alguna. No se trata de que Podemos sean comunistas. Si fueran liberales ultraradicales mantendría respecto de su ¿programa? el mismo desasosiego. Exactamente igual.