29 nov 2015

Yellowjackets - "Jazz Otoño 2015"




El pasado 19 de noviembre a las 20:30 asistimos al segundo de los conciertos que habíamos elegido dentro del festival “Jazz Otoño 2015”. Esta vez le tocó el turno a la banda norteamericana "Yellowjackets" en el Teatro Guiniguada.

Mi Special Musical Advisor (SMA) acertó –una vez más- de pleno cuando semanas antes ya me anticipaba que a estos elementos no debíamos perdérnoslos. Al término del espectáculo le dije: “¡niño.....has vuelto a dar en el clavo!" y es que el recital de los “Yellowjackets” se ha metido de lleno dentro de ese grupo de conciertos memorables que he tenido ocasión de disfrutar. Como el de Spyro Gyra en el Estadio Insular en los años 80 o como el de Bill Evans y la Soulgrass Band en 2009 o los de Tuck y Patti o el de Larry Carlton o el de la Glenn Miller Band en el Pérez Galdós………

Llegué con tiempo a los alrededores del Teatro en donde había quedado con mi SMA. Dejé la moto aparcada en el Mercado de Vegueta y estuve tirando fotos aprovechando los 16MP de la cámara de mi nuevo teléfono móvil.

En mi opinión, el Teatro Guiniguada es una de las salas de la ciudad con buena acústica. El recinto resulta bastante acogedor y el hecho de no ser muy grande colabora sin duda a crear esa atmósfera íntima que en un concierto de jazz me resulta casi imprescindible.

Nuestros asientos estaban en el patio de butacas. Perfecta visión del escenario. (Mi móvil en acción)


    
En la actualidad, los “Yellowjackets” están formados, -de izquierda a derecha- por Russell Ferrante a los teclados, Bob Mintzer al saxo, Dane Alderson al bajo y William Kennedy a la batería.


   
Nunca había oído hablar de ellos, así que entré en la red a indagar por dónde nos podrían venir los tiros.

Según Wikipedia la banda se formó en 1977 en Los Ángeles con reputados músicos de estudio de aquella ciudad. Llevan casi cuarenta años sobre los escenarios.   

De la formación inicial sólo queda Russell Ferrante. William Kennedy se unió a la banda en 1981 y Bob Mintzer en 1990. El australiano Alderson ha sido incorporado este mismo año para la gira que la banda está ofreciendo por Europa y Canadá y que culminará con los conciertos previstos en los EEUU entre febrero y marzo de 2016.  

Lo primero que escuché en Youtube me sonó completamente a los “Weather Report” de Joe Zawinul y Jaco Pastorius, extremo que me confirmó la propia Wikipedia que señala que cuando Robben Ford -guitarrista fundador de los “Yellowjackets”- abandonó el grupo, “el tecladista Russell Ferrante y el nuevo batería William Kennedy le dieron al sonido de la banda un aire de R&B muy parecido al sonido de Zawinul.” Este hecho, en principio, me puso algo en guardia. A mí la música de los “Weather Report” siempre me había parecido un poco abstracta, así que reconozco que iba algo predispuesto. 

Los temas ejecutados no fueron muchos, pero sí de considerable duración.

El primero de todos –como yo temía- arrancó a lo Zawinul/Pastorious, pero aún no había acabado y ya Dane Alderson me había atrapado con una digitación espectacular, absoluta, completa, rotunda, precisa, delicada, contundente………….infinita, algo por encima de todo lo que había visto hasta ahora en un bajista. Con Richard Bona estaba sentado tan lejos del escenario que sólo lo escuchaba. A Alderson lo tenía a diez metros y vamos……...¡aquello no era imposible porque lo estaba viendo con mis propios ojos!

La banda californiana –en mi opinión- ejecuta un jazz complejo, altamente elaborado y con un punto de sofisticada abstracción disonante que al principio puede resultar difícil de entender, pero que muy pronto me envolvió haciéndome sentir que todas aquellas múltiples inarmonías que venían inundando mi cerebro y chocando a mi oído desde que arrancaba un tema, iban encontrando poco a poco su perfecto encaje dentro de un enorme todo exquisitamente arreglado, redondo y rebosante de los matices que cada músico sacaba de su instrumento respectivo. ¡Soberbios tema tras tema!

Los “Yellowjackets” no tenían guitarrista porque con Alderson no hacía falta. El bajista australiano me hipnotizó desde el primer acorde con un discurso musical inmenso e inacabable. Me revolvió en la butaca más de una vez

Salvo en los momentos en los que les tocaba ejecutar sus solos, juro que intenté varias veces centrar mi atención en el resto de los músicos pero me fue casi imposible. Aquella digitación del australiano que yo intentaba dejar en segundo plano, se imponía al poco sobre mi voluntad y cuando me daba cuenta, mi cerebro hacía ya rato que estaba derritiéndose con la ejecución de Alderson. 

“¡Pongo a Dios por testigo!” que en varias ocasiones traté de localizar el bucle habitual con el que la línea de bajo configura la base rítmica de cualquier tema, pero no pude encontrar el final de ninguno. Los patrones rítmicos de Alderson eran infinitos. Empezaba en la parte alta del mástil y continuaba ejecutando escalas recorriendo todo el diapasón arriba y abajo. Era como si algo le impidiese dejar cuerda o traste sin digitar.

Bob Minzt iba presentando los temas de dos en dos. El concierto alcanzó el ecuador y Minzt nos dijo que harían un descanso de quince minutos para continuar luego con la segunda parte, pero como lo dijo en inglés parte del público no lo entendió y cuando se encendieron las luces de la sala muchos se fueron pensando que aquello había sido todo. Al poco salió Minzt al escenario y dijo “We are not finish” (no hemos terminado) pero era demasiado tarde para algunos que ya habían abandonado el local. 

Tras el descanso la banda norteamericana volvió al escenario para deleitarnos con una segunda parte igual de soberbia que la primera.

La brillantez y sensibilidad de los solos ejecutados por los restantes “Yellowjackets” explican el porqué de la calificación de “Top session musicians from LA” con la que se refería a ellos una de las páginas en las que estuve buscando información para esta reseña. Bob Minzt al saxo genial. William Kennedy a la batería……ejecutó el sólo más largo de todo el recital. Una exhibición tan formidable que levanto al respetable de sus asientos y Russell Ferrante a los teclados, el más que gustó de los tres. 

El concierto acabó  tras una hora y media larga con el público puesto en pie aplaudiendo a rabiar y yo gritando bravo en más de una ocasión.

Salí encantado del Teatro. Me despedí de mi SMA y con el exquisito sabor que me habían dejado de los “Yellowjackets”, me fui a por la moto pensando en  Zawinul, en Pastorious y en “Weather Report".




3 comentarios:

  1. No es solo que no entendamos el ingles sino que se encendieron las luces y el publico empezo a aplaudir como pidiendo otra y eso llevo a la confusión. Hay que criticar a la organización por no tener a alguien que hable en castellano y que por lo menos haga una presentación en el idioma de Cervantes. Respecto al concierto efectivamente el bajista era muy bueno y le sacaba muchos sonidos al bajo pero también me gusta el safsonista.

    ResponderEliminar
  2. Coincido plenamente contigo Luis. Además, tampoco era tan complicado. Seguro que la organización ya sabía que los Yellowjackets hacían un descanso. De igual forma que nos avisan para que apaguemos los móviles o no hagamos fotos, podrían habernos advertido del receso.
    Saludos y gracias por tus comentarios. Eres el único que escribe directamente en el blog.

    ResponderEliminar
  3. “¡Pongo a Dios por testigo!” que fue una experiencia total y memorable.
    Un abrazo
    Tu SMA.

    Nota: Con un bajista así, como con casi cualquier músico de ese calado, no se encuentran "bucles" repetitivos.

    ResponderEliminar

Moto