Me
encontré este gráfico el otro día referido a la corrupción en España.
Comentaba
Pedro Sánchez el pasado 25 de mayo en Alicante que "no hay letras en el abecedario para definir la corrupción en el Partido Popular" y ha enumerado: "La a de Arístegui, la b de Bárcenas,
la c de Camps, la d de De la Serna, la e de Esperanza Aguirre, la f de
Francisco Correa, la g de Granados".
En
su propio blog escribía en abril que “El
hedor de la corrupción del PP empieza a ser insoportable”
La ligereza con la que este chico distorsiona la realidad, inventando una nueva a su conveniencia sin ruborizarse, cuando está al frente del partido más manchado por la corrupción, evidencia un déficit de sensatez aterrador que resulta inadmisble y que acentúa la falta de idoneidad de Pedro Sánchez para dirigir nuestro país.
Antonio
Hernando ha dicho a finales del mes pasado en Almería que “Pedro Sánchez quiere hacer de España lo que Susana Díaz está haciendo
en Andalucía”. El 30 de mayo, el periodista Manuel del Rosal en uno de sus
artículos y al respecto apuntaba que “la
comunidad con más paro de España es Andalucía con el 29,7%, es la tercera en
analfabetismo y la corrupción es de tal calibre que se va a llevar por delante
a dos ex presidentes”.
El
1 de junio de 2016, dos ex presidentes socialistas de la Junta de Andalucía,
junto con otros veintisiete altos cargos del gobierno andaluz, han resultado
procesados por el caso de los ERE y por el de los cursos de formación. Los de los 3.200 millones del gráfico.
Esta es la nueva política de los que como Pedro Sánchez, vienen a "renovar". Las frases ingeniosas, perspicaces y
ocurrentes bastan para soslayar la realidad objetiva y empírica de los hechos. La falta de exeperiencia en la gestión pública o privada antes de enfrentar una magistratura de semejante altura se considera irrelevante.
Aquello de que "contra factum non valet argumentum" era un error.
¡Pues sí que le va a ir bien a España con este despropósito como presidente de gobierno!
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