12 sept 2017

Hasta Los Llanos de Ana López



Colgué el casco en el manillar, me puse la gafas y leí el mensaje de Rafa 

- "¿Estás en la calle?"
- "Si"
- "¿Salimos a dar una vuelta?"
- "Estoy en el Parque de Santa Catalina. Tiro para tu casa."
- "OK"


Decidimos ir hasta a San Mateo. 

Llegamos al Teatro Pérez Galdós y subimos por la carretera del centro hasta la rotonda de la circunvalación, pero seguimos por la carretera vieja, la que sube por La Favorita. 



Como era temprano no había tráfico salvo nosotros dos. 

Era el momento. 

Dejé atrás La Tropical y..........(véase ahora la foto del tramo cronometrado, marcado en el azul discontinuo de la "alegría").....la entrada en la primera curva fue un verdadero placer, pero la salida de esa misma curva, con las ruedas casi nuevas, tirando de segunda, de tercera y de cuarta como si no hubiera mañana para ninguna de ellas hasta entrar en tercera en la siguiente curva fue bestial. Pura adrenalina.

Ya luego viene la recta que lleva hasta arriba y que, en mi caso, no me resulta tan excitante, por lo que volví a la velocidad de paseo.

Dejamos atrás el Hotel Escuela de Santa Brígida, cuando al poco vi que Rafa ponía el intermitente a la izquierda y entrábamos en dirección a La Atalaya de Santa Brígida.

Estuvimos circulando por carreteras de interior, estrechas aunque bien asfaltadas durante un buen rato, paseando a veinte por hora sin necesidad casi de cambiar a tercera. Podíamos ver el paisaje y llegamos hasta la Cruz de La Grama.

La ciudad de Telde desde allá arriba

Salimos por la calle La Palmita a la carretera general en El Madroñal y llegamos a San Mateo. 


Nos echamos un cortado en el Bar Marrero y mientras decidíamos a dónde ir, la camarera nos puso al corriente:

- "Si siguen pa' Tejeda, allí hay fiesta. Si van pa' Teror, están Las Marías, así que....les queda Valsequillo".

Como no estábamos por la labor de ir a ningún sitio lleno de gente y como tampoco íbamos a comernos los 10 infinitos kilómetros de curvas hasta Valsequillo, decidimos seguir subiendo.

En cuanto llegamos al cruce de Cueva Grande giramos a la izquierda y para allá nos fuimos. 


Seguimos hasta Los Llanos de Ana López. Hacía un día espléndido, pero seguir hacia arriba significaba como me comentaba Rafa, "hacer cumbre", así que estuvimos allí descansando diez o quince minutos y nos volvimos por dónde habíamos venido.

¡Magnífico domingo!

















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