Me lo encontré navegando por foros en inglés. Es de un canadiense. Se refiere a
la candidata de su circunscripción.
Sólo quería algún consejo. He apoyado
firmemente al partido Conservador a nivel federal y a nivel provincial aquí en
Ontario. Recientemente tuve una mala experiencia con la nueva candidata
provincial. No respondía mis correos electrónicos y no lo hizo hasta que se lo
pidió mi Diputado federal. Este hecho me ha predispuesto contra ella. La razón
por la que contacté con ella en un principio, fue para ofrecerle mis servicios
como voluntario. Representará a la provincia en las próximas elecciones en
Ontario. ¿Qué haré cuando llegue el día de la votación? Me pregunto cómo
pretende representar a los votantes de su circunscripción, cuando no se ha
molestado ni siquiera en contestarme.
El
elemento se ha molestado porque su representante político ¡¡no respondía sus correos
electrónicos!! Pero no sólo eso, la candidata le ha contestado porque un
Diputado Federal, es decir, lo que aquí un Diputado nacional, la ha llamado a
capítulo. Me quedo soprendido. Del texto se deduce que este canadiense ante la falta de respuesta de
su candidata local, sin ningún tipo de cortapisa, ni filtros, secretarias, ni vuelva usted mañana, se dirige directamente a su
Diputado nacional, seguro que también a través de e-mail, para pedirle explicaciones. Vínculo directo, sin duda.
Los
yanquis eligen a su presidente y a mitad de legislatura, vuelven a celebrar comicios para designar a los representantes de una de las dos cámaras,
-no sé cuál exactamente-, así que el votante norteamericano que ha confiado, en
este caso en Obama, tiene la posibilidad de castigar o premiar a su propio
candidato. Estas elecciones hacen de contrapeso en el ecuador del mandato,
permitiendo la intervención del ciudadano, no como nosotros, que votamos y
hasta dentro de cuatro años, si te ví………..
Coincido
con Esperanza Aguirre cuando afirma que nuestra democracia debe ser objeto de
una regeneración, haciendo los cambios que haya que hacer para otorgar más
poder a los ciudadanos y menos a los partidos.
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