Desde que compré mi cámara de fotos, allá por el 2007, he venido utilizando un objetivo 18-70mm que es la lente con la que me la vendieron. La verdad es que este rango focal ha cubierto bastante bien mis necesidades, pero pronto eché en falta poder "llegar más lejos" de aquellos 70mm. Primero estuve un tiempo pensando en pillar otra lente, un 70-200mm, continuación focal de la que ya tenía, pero hablando con un buen compañero de trabajo, también aficionado a la fotografía, -¡gracias Juanfra!- me comentó: "¡Olvídalo niño! ¿qué quieres?, ¿tener que estar cambiando de objetivo cada vez que la foto lo requiera? Vete a por un 18-200, es el todoterreno perfecto" Y en esas estaba, buscando alguno de segunda mano desde hacía meses, hasta que este año
los Reyes Magos, haciendo caso omiso a las instrucciones fijadas por el
mando que expresamente había ordenado que de objetivos nada, han dejado un 18-200mm para mi cámara que es la
bomba. ¡Estos tipos de Oriente se gobiernan solos!
El pasado 9 tuve el día libre y aproveché para hacer la primera salida con la nueva lente. Tiré muy pocas fotos.
Estas están sacadas desde la avenida marítima. El edificio Jinámar donde vivía mi amigo Pepe, a la mínima y a la máxima distancia focal
Estas las saqué desde el monumento a la vela latina, a la altura del parque de San Telmo
El pasado domingo fue la salida del estreno oficial.
Fuerteventura se veía claramente desde que salí de mi casa, pero por esto y por lo de más allá, tardé una eternidad en encontrar un sitio desde donde disparar, así que perdí un tiempo precioso en el que casi no había nubes y sólo pude tirar esta subido en el paso aéreo que hay a la altura de La Favorita.
De allí enfilé hacia la playa de Las Canteras por si pillaba a algún surfero, pero el día estaba bastante gris y pocos se habían atrevido a meterse en el agua.
Y ya que estaba por el Auditorio, me enfundé el pasamontañas, el casco, los guantes y tiré en dirección a Arucas. A las nueve y media de la mañana la ciudad casi no se había levantado. Los bares, con camareros ordenado y limpiando cosas, acababan de abrir pero aún estaban cerrados al público, así que después de una vuelta volvía a subirme a la moto y me llegué hasta el mirador de la montaña de Arucas. Las siguientes fotos las saqué desde allí.
La iglesia matriz de San Juan Bautista en el centro de Arucas.
Una parte de La Isleta desde allá arriba.
Aquí La Isleta entera con la playa del Confital en el centro
Este tramo que lleva a Firgas, con la moto, a primera hora y sin tráfico..............es para morirse.
Creo que es el tramo de la isla en dónde más he tirado de cada una de las marchas de mi Kawasaki, llevándola desde tercera casi hasta las 8 mil rpm antes de cambiar a cuarta y a quinta y a sexta. Lo que más me gusta es el reprise, sentir como la moto se dispara en cuestión de segundos y este trozo de carretera es de los que llevan mis índices de adrenalina a niveles máximos. Aquí echo de menos una moto con más potencia y, sobre todo, con más rueda trasera porque la Kawa, aunque su respuesta sigue siendo espectacular, se vuelve inestable por encima de una velocidad determinada.
Una parte de la ciudad con el Muelle detrás. El barco de Armas entraba en el puerto en aquel momento.
Otra más con el edificio de los Taxistas en segundo término
Las Coloradas
La Playa del Confital con una fila de coches aparcados. Las chabolas que solían poblar aquella zona de la ciudad hace tiempo desaparecieron.
La playa de Las Canteras con la barra a punto de aparecer en primer término y las enormes grúas del muelle detrás.
Varios edificios del barrio de Escaleritas.
Sobre las doce y media, una menos veinte aparcaba la moto en mi casa. Guardé casco, cámara, chaqueta y guantes y le pedí a mi joven hija que me echara una mano para preparar la pizza con la que íbamos a almorzar y con la delicada educación y amabilidad propia de los adolescentes de hoy día, mostrándome el dedo medio de su mano derecha me dijo, "no la chasques papá" y me salió una pizza del quince.
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