Alfonso
Guerra recomendó ayer a
Pedro Sánchez que "tenga en cuenta, sobre todo, los
intereses del país antes que los intereses del partido y también, si puede, los
intereses del partido".
Felipe
González afirmó esta semana que Podemos "quiere liquidar, no reformar, el marco democrático de convivencia
y, de paso, a los socialistas". Y que "Actúa desde posiciones parecidas a las de sus aliados en
Venezuela, pero lo ocultan de manera oportunista. Son puro leninismo.”
José Luis Corcuera ha dicho anoche que “Me parecería un terrible error, no beneficiaría a España ni al PSOE,
de ninguna de las maneras”.
Nicolás Redondo Terreros hoy en el diario “El Mundo” se
pregunta, “Pero, ¿es acomodable la idea
de Europa que tienen ellos y la que tiene la socialdemocracia española? ¿No es
cierto que nuestra visión de lo público y lo privado es diferente? ¿Estamos de
acuerdo en materia laboral, educativa o internacional con un partido como
Podemos? Las
diferencias no son de grado, son sustanciales y giran alrededor de la base de
la igualdad, santo y seña del ideario socialista. Mientras
nosotros defendemos la libertad individual como motor de la igualdad, ellos
defienden la igualdad a expensas de la libertad.”
A pesar de la
insolente y malcriada efebocracia política que sufrimos hoy día,
instalada ya como forma habitual de debate político y de la que Pedro Sánchez es partícipe, el Secretario General del PSOE debe entender que los Ere de Andalucía, la Gurtel, la Púnica, las
tarjetas Black, Acuamed……son nimiedades irrelevantes comparadas con las terribles consecuencias que deberíamos afrontar tras un pacto con Podemos.
Y Pedro
Sánchez debe asumir que si se presta a poner nuestro
país en manos del comunismo, en manos de aquellos que quieren desintegrarlo, deberá responder ante la
Historia de España de semejante traición y jamás podrá alegar en su defensa
que no le advirtieron de los infinitos riesgos que su temerario empecinamiento iba a causar a los españoles.
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