26 feb 2019

Dianne Schuur


This is the review of her concert in Las Palmas de Gran Canaria 2009








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To be honest, we never expected that Diane Schuur’s show were going to be so amazing. The night before, Mr. 335 had shocked us out with the precious and soulful guitar playing coming out of his axe, so I thought to myself, “this Diane…will have to work hard to beat last night Carlton’s performance”
The concert took place, once again, at the Alfredo Kraus Auditory. As almost always, we reached the hall right around 21.00 hours, so soon we were sat in our seats ready to give Diane Schuur a fair “chance”.
Our seats were not “The Seats” this time, mainly because of me, that wasted from Monday to Thursday to decide whether to go or not, so when we finally got the tickets, the best seats were all sold out. Anyway, I can’t complaint about it. We had a perfect view of the stage, only that not so close as we are used to.
With just a few minutes delay the show started off.
I had never heard about this girl before, either about her music.
To my surprise, Diane Schuur was not a black woman, but a white one! She was blind too, so she steeped on the stage holding the arm of a man, that I thought could be her husband, although it is just a presumption, I mean, I might be totally wrong, but that’s what I thought then.
The Washington born singer introduced us her band mates: Randy Porter on piano and Scott Steed on contrabass.
Diane Schuur drank a bit of water, grabbed the microphone and suddenly, since the very first track, she had filled up the hall with her warm, sweet and versatile voice.
Schuur faced the show just with a contrabass man and a pianist, as Larry Carlton did with a bass guitar and drums.
They played most of the tracks of her last CD, “Some Other Time” but also several jazz hits.
Diane Schuur’s singing is outstanding! She owns a high-class, soulful jazz style voice, able to make you feel the music with no effort from your side. She grabs you without your permission and then, on the fly, you’ve forgotten everything around you and you see yourself hypnotized by a musician that has disarmed you, simply by her beautiful singing.
The US singer grew up listening to her mother’s Duke Ellington and Dinah Washington albums. She has won several Grammy and is one of the most recognised voices in today’s Jazz.
We listened pure jazz tracks, elegantly arranged, loaded with tons of musical sensibility and good taste, that made me quickly understand why there were so many people in the audience yelling at her “We love you Diane!” and asking her to sing certain tracks………..now,……I love her too!
The show reached the end, she said good-bye but the audience furiously clapping, refused to leave the hall. Diane Schuur came back to the stage for an encore. Two more extra bonus tracks and, once again, she said “thank you, thank you so much” but we still wanted some more. Suddenly we saw her and her band on stage again, but, folks, there was not more song to sing, I mean the repertoire they had set up for us, was already finished, so she began to improvise. I remember I heard her talking to her pianist “do you know the one that goes….” And while singing, she told him “now, B minor” The show finally ended with a superb, precious, a capella version of “Somewhere over the Rainbow” that knocked us out.
What an amazing show!!

25 feb 2019

Eppur si Muove


Hoy, mientras hacía cola para fichar a la salida del trabajo, el compañero que también esperaba a mi lado me dijo “¡joder pero qué guapa la bandera en el casco!, ¿dónde la pillaste?” y me di cuenta que las cosas van cambiando.

Hace cinco o seis años estaba en la sobremesa de la comida de Navidad con los compañeros del trabajo. La escena la forman quince o veinte personas sentadas alrededor de una mesa departiendo amigablemente. En eso me levanté para cambiarme de sitio, cogí el casco, la chaqueta y no me había sentado en la otra silla todavía cuando un  cretino de mi edad que tenía al lado, delante de todos y en plan gracioso me dijo “esa bandera la llevaba una gente en el reloj cuando estaba en el instituto”. Juro que intenté una y otra vez evitar conflicto alguno, pero aquel tolete siguió y siguió insistiendo con chascarrillos, dando a entender que, poco menos, el hecho de llevar la bandera en el casco me convertía en un facha y claro……..,  me encontró. Al poco escuché a lo lejos la voz de una muy buena compañera, más veterana, que me gritaba imperativamente “¡Víctor ya está bien!” Y entonces me callé y volví a la realidad y me di cuenta del silencio ensordecedor que se había adueñado de aquella reunión mientras el cretino estaba medio hundido en su silla encajando los cintazos que le había dado y sin saber muy bien para dónde mirar. Me lo cruzo de vez en cuando en el trabajo y estoy seguro de que jamás volverá a hacerse el graciosillo.

Si hay algo que tengo que agradecer a los golpistas catalanes es que han hecho resurgir el orgullo de ser español en todo el territorio nacional. Aún me produce alegría comprobar los numerosos balcones en los que sigue colgada la bandera Nacional y no juega la selección.

22 feb 2019

Se ha roto mi Mac

Tengo un iMac 24 desde finales de 2008. Es uno de los aparatos que más felicidad me ha reportado desde que lo compré. Después de años utilizando PC, la llegada del iMac 24 fue gloria bendita. De pronto todo era más fácil. Podía cargar fotografías, ponerles una banda sonora y hacer un video montaje en cuestión de minutos. Podía cargar un vídeo y editarlo, ponerle créditos y efectos de imagen. Y finalmente la posibilidad de hacer canciones. Los tres programas que más he usado son GarageBand para la música, iMovie para los vídeos e iPhoto para las fotos. Desde cualquiera de ellos se puede acceder a los otros dos, es decir, si estoy haciendo un vídeo montaje con iMovie y quiero añadirle tres fotos, sin salir del iMovie, pico en un icono, accedo al iPhoto y allí elijo las fotos que me interesan. Es tan absolutamente intuitiva la interacción con estos programas que teniendo vagos conocimientos de vídeo/audio, se puede crear un producto acabado que, siendo absolutamente doméstico, resulta bastante correcto. 
 
Total que empezó a fallar a finales de noviembre pasado. Lo llevé al servicio oficial y me dijeron que mi equipo tenía un fallo en los sensores de la placa madre, que era un equipo vintage y que ya Apple no fabricaba piezas de recambio para modelos tan antiguos. ¿Solución? Ninguna.............con urgencia tuve que encender mi marcapasos portátil en ese mismo momento para evitar que me diera un infarto ante las trágicas noticias que me daba el pibe del servicio técnico oficial. Me fui calentando allí frente al mostrador -"¿En serio me dices que tengo que tirarlo a la basura?, pero ¿no ves que está nuevo?"- aunque pronto me di cuenta que aquella gente no tenía culpa de nada. Me jode esta vaina de Apple. Una sola pieza de recambio y mi iMac24 quedaría plenamente operativo. ¡K-brones!

Ahora funciona durante unos 60/80 minutos seguidos a la perfección. A partir de ahí, el muy cabrón, empieza a ponerse en reposo de forma aleatoria cada vez con más frecuencia.

Los problemas ahora son dos, uno, no puedo vivir sin un Mac; toda la inversión de tiempo hecha para aprender el funcionamiento de sus distintos programas no puedo tirarla a la basura y empezar a volverme loco intentando funcionar con otro software distino. Dos, ¡de dónde rayos voy a sacar los 1900 euros que cuesta el nuevo iMac 27!

¡Qué dilema!

21 feb 2019

Votar Pedro


El último bandazo del joven Albert declarando su negativa a cualquier tipo de pacto con el PSOE para después de las próximas elecciones, clarifica bastante, en mi opinión, el panorama electoral.

Los inventores del “cordón sanitario” del que hablaba el cómico argentino Federico Luppi, se ven ahora gracias a Ciudadanos frente a la realidad. Los únicos socios ciertos con los que (léase como Penélope en los Oscar) ¡¡Peeeedro!! podría conformar una mayoría de gobierno, se reducen a enemigos declarados de España, por lo que en puridad y como comentaba un articulista, votar Pedro significa votar a Puigdemont, a Torra y a sus CDR, votar Pedro supone votar a Podemos, a Otegui y a las 150 mil mareas. Votar Pedro implica votar el indulto a los golpistas y asumir la presencia de un relator. Votar Pedro supone aceptar la mutilación de nuestro país y el hundimiento de la economía.  Contra los hechos no valen los argumentos y los hechos de Pedro para con España los hemos visto todos.

Ciudadanos es siempre un ejercicio de equilibrio equidistante. Ha tratado la corrupción del PP de Madrid blandiendo mano de hierro, mientras que en Andalucía con la del PSOE se ha manejado con guante de seda, siendo ésta, sin lugar a dudas, la mayor de todo el arco parlamentario, cuantitativa y cualitativamente hablando. Por otro lado, tras haber quedado tercero en las elecciones andaluzas, pretendió, ¡nada menos!, que la presidencia de la Junta. Sus líderes regionales se han dedicado a menospreciar pública e inaceptablemente a los de Abascal y a su casi medio millón de votantes, a pesar de haber necesitado su respaldo para dirigir Andalucía. Y es que Ciudadanos, -aunque lo oculta para arañar votos al PP- es un partido de centro izquierda y por eso, hace unas semanas el joven Albert hablaba ya de pactos post electorales con un PSOE sin Sánchez, pero la toxicidad electoral de los futuribles aliados de ¡¡Peeeedro!! está calando tanto en la opinión pública que han tenido que cambiar de tercio una vez más. El temor a perder votos en el caladero del PP y lo que es peor, a que los que abandonaron a Rajoy para irse con Albert, decidan volver “a casa”, ha hecho que en horas veinticuatro hayan replegado velas y ahora renieguen de todo el PSOE en general. A la vista del grave peligro que afrontamos con un golpe de estado de por medio, con uno de los dos grandes partidos nacionales dispuesto a aliarse sin dudarlo con los golpistas, esta indefinición de Ciudadanos resulta inexplicable, como tampoco se explica su rechazo a ir junto al PP al Senado para garantizar la aplicación del 155.

Al final y como también señalaba otro articulista, resultan ser solo dos los partidos que garantizan que tu voto no irá a Pedro Sánchez
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Moto