25 feb 2019

Eppur si Muove


Hoy, mientras hacía cola para fichar a la salida del trabajo, el compañero que también esperaba a mi lado me dijo “¡joder pero qué guapa la bandera en el casco!, ¿dónde la pillaste?” y me di cuenta que las cosas van cambiando.

Hace cinco o seis años estaba en la sobremesa de la comida de Navidad con los compañeros del trabajo. La escena la forman quince o veinte personas sentadas alrededor de una mesa departiendo amigablemente. En eso me levanté para cambiarme de sitio, cogí el casco, la chaqueta y no me había sentado en la otra silla todavía cuando un  cretino de mi edad que tenía al lado, delante de todos y en plan gracioso me dijo “esa bandera la llevaba una gente en el reloj cuando estaba en el instituto”. Juro que intenté una y otra vez evitar conflicto alguno, pero aquel tolete siguió y siguió insistiendo con chascarrillos, dando a entender que, poco menos, el hecho de llevar la bandera en el casco me convertía en un facha y claro……..,  me encontró. Al poco escuché a lo lejos la voz de una muy buena compañera, más veterana, que me gritaba imperativamente “¡Víctor ya está bien!” Y entonces me callé y volví a la realidad y me di cuenta del silencio ensordecedor que se había adueñado de aquella reunión mientras el cretino estaba medio hundido en su silla encajando los cintazos que le había dado y sin saber muy bien para dónde mirar. Me lo cruzo de vez en cuando en el trabajo y estoy seguro de que jamás volverá a hacerse el graciosillo.

Si hay algo que tengo que agradecer a los golpistas catalanes es que han hecho resurgir el orgullo de ser español en todo el territorio nacional. Aún me produce alegría comprobar los numerosos balcones en los que sigue colgada la bandera Nacional y no juega la selección.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Moto