22 feb 2019

Se ha roto mi Mac

Tengo un iMac 24 desde finales de 2008. Es uno de los aparatos que más felicidad me ha reportado desde que lo compré. Después de años utilizando PC, la llegada del iMac 24 fue gloria bendita. De pronto todo era más fácil. Podía cargar fotografías, ponerles una banda sonora y hacer un video montaje en cuestión de minutos. Podía cargar un vídeo y editarlo, ponerle créditos y efectos de imagen. Y finalmente la posibilidad de hacer canciones. Los tres programas que más he usado son GarageBand para la música, iMovie para los vídeos e iPhoto para las fotos. Desde cualquiera de ellos se puede acceder a los otros dos, es decir, si estoy haciendo un vídeo montaje con iMovie y quiero añadirle tres fotos, sin salir del iMovie, pico en un icono, accedo al iPhoto y allí elijo las fotos que me interesan. Es tan absolutamente intuitiva la interacción con estos programas que teniendo vagos conocimientos de vídeo/audio, se puede crear un producto acabado que, siendo absolutamente doméstico, resulta bastante correcto. 
 
Total que empezó a fallar a finales de noviembre pasado. Lo llevé al servicio oficial y me dijeron que mi equipo tenía un fallo en los sensores de la placa madre, que era un equipo vintage y que ya Apple no fabricaba piezas de recambio para modelos tan antiguos. ¿Solución? Ninguna.............con urgencia tuve que encender mi marcapasos portátil en ese mismo momento para evitar que me diera un infarto ante las trágicas noticias que me daba el pibe del servicio técnico oficial. Me fui calentando allí frente al mostrador -"¿En serio me dices que tengo que tirarlo a la basura?, pero ¿no ves que está nuevo?"- aunque pronto me di cuenta que aquella gente no tenía culpa de nada. Me jode esta vaina de Apple. Una sola pieza de recambio y mi iMac24 quedaría plenamente operativo. ¡K-brones!

Ahora funciona durante unos 60/80 minutos seguidos a la perfección. A partir de ahí, el muy cabrón, empieza a ponerse en reposo de forma aleatoria cada vez con más frecuencia.

Los problemas ahora son dos, uno, no puedo vivir sin un Mac; toda la inversión de tiempo hecha para aprender el funcionamiento de sus distintos programas no puedo tirarla a la basura y empezar a volverme loco intentando funcionar con otro software distino. Dos, ¡de dónde rayos voy a sacar los 1900 euros que cuesta el nuevo iMac 27!

¡Qué dilema!

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