Alfredo
Pérez Rubalcaba ha calificado hace unos días los presupuestos presentados por
el gobierno de Rajoy como “increíbles”.
Increíble,
del latín "incredibilis". Según la RAE significa “Muy difícil de creer” o “que no
puede creerse”.
Mire
señor “Llámame Alfredo”, increíble es que el PSOE engañase a España y a Europa
con la cifra de déficit y que esta mentira desleal nos haya costado a todos 30
mil millones extras.
Increíble
es que el PSOE de Andalucía se haya “bailado” más de mil millones de euros de
los trabajadores en el asunto de los ERES, y que el BOE de hoy, 27 de abril,
publique una Resolución de la Agencia Española de Cooperación internacional,
por la que se deja sin efecto otra, de fecha 14 de junio de 2011 por la que ustedes
concedían subvenciones a organizaciones no gubernamentales para la
realización de convenios de cooperación al desarrollo, con un presupuesto,
¡nada menos! de 290 millones con cargo a los ejercicios presupuestarios
2012-2015. Es decir, hace 10 meses, ustedes estaban
dispuestos a conceder ayudas a ONGs por valor de casi 50 mil millones de
pesetas.
Increíble
es que después de la prodigalidad impúdica con que se ha dilapidado el dinero
de todos en los últimos ocho años y de los niveles de endeudamiento a los que
el PSOE nos ha conducido con su trágica gestión, se atreva a calificar los
presupuestos populares como “económicamente ineficaces y socialmente injustos”.
Increíble
es que tras haber recortado el PSOE 15.000 millones de euros en el 2010 en
pensiones y sueldo de funcionarios, el mayor recorte de derechos sociales de
toda la democracia, venga ahora con que los 10 mil millones recortados por el
PP en sanidad y educación , son “un delirio jacobino” o que “llevan la
xenofobia a la sanidad”
Increíble
es que hayan votado a favor de la fijación en la Constitución de un límite de
endeudamiento hace cuatro meses y lo contrario anteayer.
Resulta desgraciadamente increíble, la completa ausencia de conciencia alguna de
haberlo hecho requetemal. No hay autocrítica. Parece que su pasada gestión no
tiene nada que ver con el momento que vivimos. La culpa es de otros. De la
crisis, de Leehmann Brothers, del capital y los mercados, de la derechona, de
Merkel y Sarkozy, de la “profe que me tiene manía”……..es decir, el PSOE,
después de ocho años dirigiendo España de la forma que lo ha hecho y que le ha
valido el castigo del pueblo en las urnas -los 110 diputados son reflejo
irrefutable-, no siente remordimiento, ni turbación alguna; más
bien, todo lo contrario. Se lanza altanero al ataque, conduciéndose como si las
dos últimas legislaturas las hubiese pasado en la oposición y no en el Gobierno.
Encima han interiorizado de tal forma este hecho, que han terminado
por creerse que ellos no tienen nada que ver con cómo nos va la vaina,
cuando la realidad es que todos y cada uno de los recortes, pérdidas de
derechos laborales y sociales que Rajoy se ha visto obligado a aplicar,
lo han sido para corregir el desastre dejado por el PSOE.
Me
comentaba un amigo que esta negativa a asumir culpa alguna, residía en el
convencimiento absoluto de la izquierda española, de que sólo es legítimo un
Gobierno en este país si son ellos los que están al frente, es decir, “creen
que si ellos no gobiernan España, es porque se ha producido un error, un fallo
general en el sistema y por esto mismo, - este Gobierno es producto de un mal
funcionamiento-, su legitimidad, de alguna manera, queda disminuida, devaluada. Así, todo
vale y queda justificado. El resultado de las urnas se torna un aspecto secundario que decae frente a la trascendencia de este defecto sobrevenido en el
método. Esta falta de legitimidad –según entienden- es tan grave y dañina para
la sociedad, que cualquier latrocinio cometido ayer queda automáticamente
eliminado de la memoria o se convierte en minucia, ante el alcance de los peligrosísimos
perjuicios que el error del sistema produce y que ellos se sienten obligados a extirpar
como sea”.
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