17 dic 2013

Dogmas de fe

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Yo siempre consideré cierta la brutal represión que Franco había impuesto sobre el catalán y la cultura catalana en general una vez acabada la Guerra Civil. Era uno de los dogmas de fe, una de aquellas premisas incuestionables dadas honestamente por verdaderas en los años 80. En mi caso, es la llegada de ZP al gobierno la que suscita mi curiosidad por conocer algo de aquella época de la Historia de España, de la que yo, como muchos de mi generación, sólo tenía conocimiento "de oídas". "¿Leer un libro? ¿para qué? -me comentó un conocido hace años- ¿es que no sabes lo que pasó? Franco era un fascista que se cargó la democracia republicana. ¿qué más hace falta saber?"...a este tipo de conocimiento "popular" es al que me refiero.

Jesús Laínz, (Santander, 1965) en su libro “De Santurce a Bizancio. El poder nacionalizador de las palabras”, apunta los siguientes datos que me permito copiar. 
La Guerra Civil terminó en 1939. Dice el autor que:
  1. A partir de 1940 aparecen revistas de todo tipo en catalán: Dau al Set, Germinabit, Canigó, Oriflama, Áncora, Presència, Tele-Estel. 
  2. Desde mediados de 1940 la sardana vuelve a bailarse con normalidad
  3. En 1942 reanuda sus actividades el “Institut d’Estudis Catalanas”.
  4. En 1944 se celebró el primer “Concurs Parroquial de poesía de Cantonigrós”  
  5. En 1945 se celebra el centenario de Verdaguer con actos en toda España. Se funda Esbart Verdaguer, asociación de práctica y difusión de danzas catalanas.
  6. En 1947 se instituyen los premios “Joanot Martorell” de novela.    
  7. En 1951 el “Óssa Menor” de poesía, el “Víctor Catalá” de narración y “La Farándula” de teatro. 
  8. En este mismo año nace la “Nit de Santa Lucía”, la “Festa de Maig de les Lletres Catalanes” y la “Festa dels Premis Literaris de Girona”.
  9. En 1953 el “Aedos” de biografía y el “Josep Yxart” de ensayo. 
  10. En 1955 el premio “Lletra d’Or”. 
  11. En 1956 el de teatro “Joan Santamaría”. 
  12. En 1959 el “Ausiàs Marc” de poesía. 
  13. Desde 1963 el “Joaquín Ruira” de narrativa juvenil y el “Josep M. De Sagarra” de teatro.…………


La lista se extiende durante los años sesenta y setenta. 

Desde mediados de los 50 se organizan concursos regionales de sardanas. A finales de este mismo año destaca el grupo musical “Els Setze Jutges” y Nuria Feliu. Josep María Espinàs en 1962, Raimon y Salomé en 1963, Guillermina Motta en el 64, Serrat en el 65, María del Mar Bonet en 1969, todos…..cantando en catalán.
 
A la vista de estos datos, reconozco que el alcance y la dureza represiva que siempre atribuí al régimen franquista respecto de la cultura catalana, resulta incompatible con la realidad empírica que revelan estos premios y festivales dirigidos a promover y a ensalzar las letras catalanas ya desde 1942 que señala Laínz.  No casa y más bien, parece todo lo contrario. ¿Qué clase de gravísima persecución pudo llevarse a cabo, si al año de terminar la Guerra ya se publicaban revistas en catalán?
No hay duda que hubo represión, pero ni de lejos fue como nos la pintaron.  
En otro de los capítulos del libro, este autor cántabro señala que "a partir del siglo XV, tras doscientos años de glorioso cultivo literario en la lengua de Desclot y Muntaner, los catalanes fueron apartándola y adoptando espontáneamente la lengua castellana sin que nadie se lo impusiera; su mayor prestigio social y literario y su mucho mayor alcance geográfico y económico, así lo determinaron, como señaló Francesc Cambó en 1930 al escribir que «durante más de trescientos años los catalanes hicieron todo lo posible para desprenderse de su propia lengua y ligar la expresión de su pensamiento con la lengua castellana.»


 

7 dic 2013

¡Detestable!

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Esta semana pasada el periódico Canarias 7 refería una conferencia de prensa ofrecida por el presidente de Nueva Canarias Román Rodríguez. El diario acompañaba la noticia con la siguiente foto, supuestamente, tomada en la sede del partido, en la que aparece flanqueado por la bandera de las siete estrellas verdes.

La bandera canaria con las siete estrellas verdes delante de la cual parece mostrarse didáctico el diputado Rodríguez, es la bandera del MPAIAC y no es la bandera que el Parlamento de Canarias, del que él mismo forma parte como diputado, ha establecido como la representativa de nuestra Comunidad Autónoma. ¡Lamentable!
Por cierto, MPAIAC son las siglas del “Movimiento por la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario”, un grupo terrorista fundado por Antonio Cubillo en Argel en 1964 con varios muertos y atentados en su haber.
Y es que…….los nacionalistas canarios también quieren ser nación. La extracción del petróleo que se intuye existe en aguas cercanas al Archipiélago, se ha elegido como nuevo banderín de enganche de la “construcción Nacional Canaria” con la finalidad de seguir en “el machito”. El presidente Paulino Rivero ha dicho que “el intento de imponer las prospecciones de petróleo de Repsol en Canarias, sin tener en cuenta la opinión de las instituciones de las islas, es un trato colonial hacia este territorio alejado de la Península y una falta de respeto hacia el archipiélago no haberles tenido en cuenta, así como la imposición sin diálogo que quieren hacer” o que “debemos decir basta a España porque el futuro de Canarias no puede depender del Gobierno de Madrid”. Román Rodríguez también lo cree y no ha dudado en afirmar que "si hubiera que explicarle a alguien lo que es un godo, habría que escuchar a Brufau". Repsol quiere invertir 260 millones de euros en las islas a partir de abril o mayo próximo, pero su presidente “es un godo de mierda”. 
No sorprende la carga emocional y peyorativa de los términos elegidos por ambos políticos regionales en la defensa del orgullo herido, porque es lo que marca el manual. “Trato colonial”, “falta de respeto a los canarios”, “el futuro de Canarias”, “hay que decir ¡basta! a Madrid” o “Brufau ¡godo!”, no son más que recursos al victimismo para señalar al inexistente pero a la vez “infame enemigo que ahoga a nuestro pueblo a sabiendas”. Es otra versión del “España nos roba” de los nacionalistas catalanes.
Pero claro, viendo lo que han sacado otros nacionalismos tras manipular la Historia de España para adecuarla a sus intereses particulares -esto es, para seguir en "el machito"-, los nacionalistas canarios han encontrado en el petróleo la ocasión de decir ¡pues yo también soy nación! Empezamos con el rechazo público de la bandera institucional de la Comunidad Autónoma de Canarias, por parte de un diputado autonómico.
Al hilo de la hoja de ruta ya trazada por los nacionalistas catalanes y vascos desde finales del siglo XIX, lo primero sería re-escribir la Historia para “reivindicar de una vez por todas aquellos aspectos de la misma que la intolerancia que gobernó España desde los Reyes Católicos se encargó de exterminar”. ¡Sin problema! ¡Oiga, que lo sepa!, mil años antes de la conquista castellana, las Islas Canarias ya eran un país independiente y soberano, igual que Escocia, con sus propias instituciones democráticas y libres, con unas tradiciones que hunden sus raíces en los anales de la historia y que si han desaparecido ha sido por culpa del elemento de Julio del 36. Esto repetido mil veces se convierte en dogma.
Lo siguiente será darle alguna subvención a un amigo para que con el objeto de potenciar “la construcción nacional” investigue las posibilidades de recuperar el guanche, porque, en definitiva, hay un catedrático de bereber de la Universidad de Cádiz, que dice que ello es factible y puede volverse a hablar. Una vez en uso la lengua, habría que, primero, invitar a rotular comercios en el idioma de “la patria canaria” para más tarde multar al que lo haga en español. El guanche se convertirá en lengua vehicular de esta Comunidad Autónoma porque “después de 500 años de colonización e imposición lingüística, hemos de decir basta”.
La Guanchancha ya la tenemos. No es como la Ertzainza, ni como los Mossos, pero sí similar. De los dos canales de la TV autonómica, uno pasará a emitir completamente en el idioma de los Guanartemes. Se considerarán irrelevantes los datos de audiencia.
Encima estamos de suerte porque para estigmatizar a nuestros opresores no tenemos que inventar nada. Ni maketos, ni charnegos, sino……¡godos!
A continuación y al objeto de guanchizarlos, habría que cambiar los nombres de los pueblos y ciudades, así como sus respectivos rótulos de carreteras y autopistas. Las islas se rebautizarán con sus nombres originales. Tamarán, Benahoare, Achinech, Eseró, Erbania, Gomahara y Titerogakaet. Acto seguido se procederá de igual forma con los apellidos. Román Rodríguez, en pura lógica, se lo cambiaría, por ejemplo, por el de Bentor Román Rodrinichech. Si un vasco cambió el de su mujer de Hernández a Hernandorena para darle caché euskaldún a su esposa, no veo por qué no podemos hacer nosotros lo mismo……..
En fin, resulta detestable comprobar como los políticos no se paran en barras a la hora de elegir formas para obtener votos, aunque eso implique promover la división en el seno de la sociedad a la que representan. Román Rodríguez, a pesar del escaso rédito electoral que va a conseguir con su abrazo al “sentimiento nacional canario”, a pesar del poco predicamento del independentismo entre la población de las islas, no ha dudado en agitar una bandera –nunca mejor dicho- con la que siembra una semilla de la que sólo crecerá discordia, enfrentamiento, hostilidad y enemistad entre los canarios y aún así, lo ha hecho. 
Por supuesto, la división que sufre la sociedad catalana por culpa de un nacionalismo aplicado durante quinquenios, resulta irrelevante para este diputado regional a la hora de tirarse al monte.
Se nota a las claras que al nacionalismo, el interés del ciudadano le trae al pairo y es probable que también con los demás partidos del arco parlamentario pueda ocurrir lo mismo, pero resulta que son los nacionalistas los únicos que para conseguir sus objetivos están dispuestos a exacerbar a la población, a dividirla y a enfrentarla.

Moto