16 dic 2015

Y ahora... en serio. Cinco días en Barcelona (y III)

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A pesar de lo dicho en el artículo anterior y en lo que me reafirmo, -mi mujer se lo pasó fenomenal y eso me basta-  el viaje a Barcelona tiene también otra lectura más personal y reposada.

Insisto, a mi me pone malo viajar. Ya sé que para muchos es apasionante y hasta conmovedor en ocasiones, pero, qué le voy a hacer, es algo que no me cautiva en absoluto. Hay otras personas a las que no les gustan los caracoles o el pimiento o los callos a la madrileña –hasta que prueben los de mi madre- y la generalidad del mundo lo comprende. 

Así que para qué vamos a estar con medias tintas. Hablando “en plata”, este viaje me viene tocando los “güevos” desde que el día de salida me levanté a las cuatro de la mañana para coger el vuelo de las 07:00 horas. A las cuatro y cinco sólo deseaba estar de vuelta. Me desagrada tener que despertarme de madrugada para ir a un Aeropuerto, aunque me molesta igual tener que ir a otra hora. Duermo mal la noche antes. No me resultan emocionantes los preparativos que implica un viaje, ni tener que hacer una lista con las cosas que debo llevarme. Luego llego a destino tras tres horas sentado en un avión y me incomoda sobremanera encontrarme en una ciudad desconocida que me importa un comino, en la que todo es extraño, ajeno y en la que nada me interesa conocer. La maneta del agua caliente y de la fría de la ducha del hotel no funcionan igual que la mía, la almohada tampoco es la mía, ni el mando de la tele, ni los canales disponibles y me veo ineludiblemente condenado a tener que destinar recursos para buscar la manera de orientarme una vez estoy en la calle. ¿Dónde comer? ¿dónde cenar? ¿se irá por aquí o por allí? ¿en guagua o en metro? ¿dónde está la parada? ¡Fuerte agobio más chungo!

Y luego en todos los viajes siempre hay frases o palabras que sólo profetizan crueles y perniciosos suplicios. En este viaje hubo dos. Una, “ya que estamos aquí hay que ir a………”  “He ido a” lo que no está escrito. La otra es "outlet", es decir, tienda-que-vende-ropa-zapatos-blusas-a-precio-de-saldo. Leer esa publicidad en cualquier escaparate sólo prometía terribles sufrimientos.

Por describir con precisión el alcance real y tangible de esta frase y de aquella palabra, basta con saber que mi nuevo móvil tiene una aplicación de salud que contabiliza los pasos que doy cada día. Me recomienda dar 10 mil diarios. Solo he superado esta cifra una vez desde que lo compré el pasado julio. El primer día en Barcelona di 25 mil. ¿Y cuántos kilómetros son 25 mil pasos?........ Yo también me lo pregunté con curiosidad superlativa, sobre todo tras comprobar cómo me dolían los pies…….. Son 19’5. El segundo día fueron 16 mil pasos, 12’4 kilómetros. El tercero 19 mil, 15 kilómetros. El cuarto 25 mil, 19’5 y el quinto 20 mil, 15 kilómetros……………"¡Oye pues qué divertido es todo esto! ¿Cuándo volvemos?" 

En fin, que un día cualquiera de mi rutina diaria habitual es infinitamente más satisfactorio y gratificante que cinco en Barcelona o en Nueva York o en La Palma o incluso en la exótica Ulán Bator, capital de Mongolia, en donde se ofrecen unas rutas turísticas en yak que dicen son super excitantes. Uno sólo de mis días le da treinta vueltas a Barcelona y nada, repito, nada en absoluto de lo que he visto, fotografiado o comido en este viaje, habiendo sido todo bueno, tiene nivel suficiente como para haberme hecho salir voluntariamente de mi casa. Ni loco se me habría ocurrido planear algo semejante. No me resultó atractivo ni interesante conocer el parque Güell, que me pareció en medio bluff, ni la Sagrada Familia, -lo primero que se me vino a la cabeza mientras hacía fotos de detalle de una de sus fachadas es que Gaudí tenía que estar como una cabra-, ni el Raval, ni el barrio Gótico, ni aquella catedral en la que los chinos hacían fotos hasta a la gente que se estaba confesando dentro del confesionario, ni la zona vieja ni la nueva del puerto, ni la Barceloneta……¡por favor!..........¿el mercado de la Boquería?.........pero ¡vamos a ver! ¿qué rayos se me perdió a mi allí?. 

En conclusión, el trastorno que me supone un viaje que me obliga a salir de mi entorno y a romper mi rutina, no merita la visita pero ni de coña y si encima lo comparo con un medallón de solomillo medio hecho con un balde de papas fritas y una botella de vino sentado tranquilamente en mi casa……….los viajes se puede ir a freir bogas.

Aquí dejo un video un vídeo de 4 minutos bastante descriptivo. 

Aprovechando el centenario del nacimiento de Frank Sinatra hay una primera pista de audio de 2’10” de duración titulada “Love and Marriage”, (Amor y Matrimonio) interpretada por "La Voz" y que se prestaba perfectamente a la ocasión. 

Medio segundo después de que Frank termine de cantar, empieza una mezcla de audio un poco chapucera, pero que sin embargo expresa con todo su alcance y amplitud el momento más feliz de todo el viaje. Hay mucha información en esos últimos 64”.

Es 1080 HD







15 dic 2015

Cinco días en Barcelona (II)

Hace un par de meses a mi mujer le entró la matraquilla de conocer Barcelona. Como a mi viajar no me agrada en absoluto, tan pronto me informó de sus descabellados planes me negué en redondo y con enérgica e inflexible firmeza le advertí señalándola con mi dedo índice: “¡Que te quede claro, ni de bromas voy a salir de viaje a ningún lado!” 

El martes pasado día 8 de diciembre, el vuelo VY-3000 de la compañía Vueling nos traía de vuelta a Gran Canaria después de cinco días en la capital de Cataluña. De jueves a martes. (Léase con derrotado pesar) ¡No somos nada!

Barcelona es una ciudad espectacular, llena de calles infinitamente largas y amplísimas avenidas con hasta 6 carriles en un sólo sentido, más un carril bici y dos aceras a los lados de 10 metros de ancho...todo.........en la misma vía.......
Un compañero de trabajo me había comentado, “vas a un parque temático” y desde luego, lo que vimos de Barcelona era exactamente eso. 

Reconozco que gracias al mar me encontré mejor que en Madrid. El frío y la humedad son más parecidas a las nuestras aquí. Nunca se me secó el interior de la nariz como me ocurre siempre con el clima madrileño. 

Hay gente por todos lados a todas horas. Fruterías, peluquerías, tiendas de ropa y supermercados “Spar” y “Supercat” abiertos a las 23:18 y las calles abarrotadas de gente a esa hora.........miles de personas...........Cruzaba por una, miraba al paso de peatones que había mil metros más adelante y allí había otra muchedumbre cruzando……..El volumen de turismo que visita la ciudad Condal es descomunal. Gente de todo el mundo la inundaba. Rusos, norteamericanos a montones, italianos también había muchísimos, franceses, alemanes y españoles, pero el turismo chino, en grupos de hasta treinta orientales se llevaba la palma. Incluso llegaron a resultarme agobiantes en algunos momentos.

Estuvimos en el Ayuntamiento de Barcelona. Visitamos la sala de plenos del Consistorio y la famosa sala del Consejo de Ciento y coincidimos en que Ada Colau ni se lo cree. Y en la Sagrada Familia pero no entramos por la cantidad de gente que había. También en el Parque Güell donde pagamos una entrada de ocho euros por barba para acceder. Dentro del parque hay tres edificios diseñados por Gaudí que son visitables. Uno de ellos es la casa en la que vivió el propio arquitecto catalán. Es la primera construcción que uno se encuentra al principio del parque. Mi mujer fue a entrar a verla, pero…..había que pagar otra vez: “la visita a esta vivienda no está incluida en el precio de la entrada. Es un precio extra de 5 euros.” Con la compresión propia que exigen estas situaciones, declinamos con respeto el ticket de 5 euros que nos ofrecían y no entramos. La visita a la otra si estaba cubierta por los ocho euros. Tras 25 minutos de cola, entramos en una casa vacía, sin un solo mueble, con un proyector repitiendo un bucle de imágenes de principios del siglo XX en una habitación y paneles con recortes de periódicos de 1907 en otras. La tercera la habían convertido en una tienda de souvenirs. 

Nos habían recomendado un par de bares en el mercado de La Boquería. “Pinotxo”, era uno de ellos. Nos fue imposible conseguir sitio. No cabía un alma todos los días que lo intentamos.

En cuanto llegamos al Paseo de Gracia y a las Ramblas.....a mi mujer dejaron de afectarle cuestiones terrenales como el cansancio o el hambre o la sed. A mi sin embargo, no. Entramos en más tiendas de las que he entrado aquí en toda mi vida. Me tuvo en la calle jornadas de 8 y hasta 10 horas sin parar. No sé ni cuántas veces subimos y bajamos ese Paseo, ni cuántas las Ramblas. Cenamos como salvajes todas las noches y no hemos engordado ni un gramo.

Paseamos por el Raval, por el Barrio Gótico y visitamos la Catedral de Barcelona en la que nadie en su sano juicio puede rezar. Frente al edificio de la Generalidad nos pilló una manifestación de “Catalanes por España” a la que por supuesto, nos unimos. Vimos la zona nueva y la vieja del Puerto, la Barceloneta, la estatua de Colón, la Casa Batlló y la Casa Milá, conocida como "La Pedrera" y hasta el interior de la Capitanía General de Cataluña que celebraba unas jornadas de puertas abiertas y que te recibía engalanada de esta guisa. Uno de los momentos más gratificantes del viaje sin duda
 

La hostelería en Barcelona está copada por trabajadores latinoamericanos super educados y amables en el trato. Los catalanes/as con los que tuvimos que lidiar al entrar en bares o comercios, al coger la guagua o un taxi, se mostraban correctos, pero secos y distantes, como si les debieses algo. También dimos con otros encantadores, pero reconozco que fueron menos. En el restaurante “Bosque Palermo”, calle Valencia, 163 fuimos tratados magníficamente por sus camareros catalanes. Las cuatro últimas noches  cenamos allí. 

Por otro lado, Dios Nuestro Señor en su infinita sabiduría, -sus designios son inescrutables- no ha sido particularmente generoso con las mujeres de aquella capital peninsular, porque uno se sienta en una terraza de la avenida de Las Canteras durante una hora y ve más gran canarias guapas que todas las barcelonesas que vi en cinco días. La mayoría de las que me crucé por la calle eran o poco agraciadas o muy poco agraciadas.

En fin, que lo más positivo es que vengo con la certeza plena de que mi mujer se lo pasó fenomenal y ese hecho concreto hace que lo demás se vuelva irrelevante. ¿Cuánto costó  todo? ¡Por favor! ¡No hay precio si de la felicidad de mi santa se trata! Me limité a cumplir las instrucciones que iba recibiendo del mando con una sonrisa en la boca y a ir tachando secretamente los días que faltaban para volver a casa. 

Eso sí, aún estábamos en el Aeropuerto del Prat cuando le dije que después de lo heroico de mi gesta viniendo a Barcelona, hasta el 2020 no saldría de Gran Canaria, e inmediatamente me comunicó que  Sevilla nos espera el añó próximo por estas fechas.........y entonces, una alegría desmedida inundó mi corazón.

12 dic 2015

Cinco días en Barcelona



He pasado cinco días en Barcelona aprovechando el puente de la Constitución. Ahí dejo un fleje de fotos de la ciudad. 

Las fotos de noche las hice con el móvil. Las de interior con el móvil y con la cámara. Las de exterior con ésta última.

No hay más comentarios, así que lo mejor es picar la primera foto y verlas todas seguidas a mayor tamaño.





 
 
 
 
 








 










 
 











1 dic 2015

Madrid 2004 - París 2015 (y III)

Hoy subo un tercer y último documento de los muchos que recoge José María de Pablo en su libro "La Cuarta Trama". 

Los tres ofrecen datos suficientes para que cualquiera con un mínimo de sentido común pueda hacer un juicio de valor, sin olvidar que la principal acusación contra Gobierno de Aznar fue la de mentir a los españoles. 

Los acontecimientos relatados en las dos entradas anteriores tienen lugar el mismo día de los atentados. El de esta transcurre entre la noche del 11 al 12 de marzo. 

Dice De Pablo en la página 272:  

La mentira de los suicidas 

La noche del 11 al 12 de marzo significó el comienzo de una lamentable campaña de acoso y derribo contra el gobierno popular, una campaña sin escrúpulos, repleta de mentiras y vulneraciones de la Ley Electoral, cuyo fin era asegurar el éxito de los terroristas en su gran objetivo: el vuelco electoral. Y en esa campaña de acoso y derribo la Cadena SER jugó un papel fundamental. 

La campaña de intoxicación lanzada desde los micrófonos de la Cadena SER comienza a las diez de la noche del 11 de marzo, hora en la que la cadena de PRISA abre su informativo con una noticia manifiestamente falsa: en uno de los trenes habría aparecido el cadáver de un terrorista suicida. El cadáver, según la SER, presentaba los mismos rasgos que los cadáveres de los islamistas que se inmolan en Oriente Próximo. 

Las palabras que leyó la periodista Ana Terradillos en el informativo de Iñaki Gabilondo fueron estas: 

"Las fuentes consultadas por la SER confirman que una persona llevaba tres capas de ropa interior y estaba muy afeitada. Una práctica muy habitual entre los comandos suicidas islámicos antes de inmolarse." 

Durante el juicio del 11-M quedó acreditado que la noticia difundida por la emisora de Iñaki Gabilondo era completamente falsa. En ningún momento de la investigación apareció ni el más mínimo indicio de que nadie se hubiera suicidado en los trenes. Carmen Baladía Olmedo fue la médico forense que dirigió las autopsias que a lo largo de todo el día 11 se realizaron a los fallecidos en el pabellón 6 de IFEMA, y en el juicio se le preguntó concretamente por este extremo. Afirmó de manera rotunda que no es que no hubiera terroristas suicidas en los trenes, es que no hubo nunca ni siquiera el más mínimo indicio de que los hubiera. 

La noticia de la Cadena SER era rotundamente falsa y los detalles con los que la emisora adornaba la mentira (datos como las tres capas de ropa interior o la piel afeitada del supuesto suicida) para dotarla de mayor credibilidad demuestran la mala fe de aquella intoxicación. A la misma hora que la Cadena SER difundía a los cuatro vientos la mentira de los terroristas suicidas, el candidato socialista Zapatero estaba llamando por teléfono a los directores de los principales medios de comunicación, tratando de convencerles de que «su gente en la policía» le había confirmado la existencia de los suicidas. El director del diario El Mundo, Pedro J. Ramírez, desveló años después en las páginas de su periódico que él también recibió la llamada de Zapatero, y que el candidato socialista le aseguró que entre los muertos habían aparecido dos suicidas y trató de convencerle para que lo publicase. Así que no sabemos si la fuente de Gabilondo era Zapatero, si la fuente de Zapatero era Gabilondo, o si la difusión de la noticia falsa la idearon entre ambos y se repartieron los papeles (en plan «yo voy dando la noticia en mi informativo y tú llama a los directores de los periódicos a ver si alguno pica, lo publica, y le damos más credibilidad a esto»). Ninguno de los dos , ni Gabilondo ni Zapatero, ha explicado aún cómo surgió esa noticia falsa y a quién de los dos se le ocurrió la idea de difundirla. Tampoco ha pedido perdón ninguno de los dos. Pero lo cierto es que la jugada fue inteligente y la mentira de los suicidas proporcionó grandes réditos a los socialistas en las elecciones del día 14. 

Por cierto, la noticia falsa de los suicidas la difundieron entre la SER y Zapatero muy pocas horas después de que el CNI elaborase su informe en el que señalaba que era precisamente la ausencia de terroristas suicidas el principal hecho que llevaba a los servicios de inteligencia a descartar la autoría islamista en el ll-M. Y ese informe lo tenía Zapatero. 

El Partido Socialista - y su longa manus la SER- siempre ha demostrado gran habilidad para este tipo de jugadas, y vio claramente que la manera de convencer a la opinión pública antes de las elecciones de que el atentado era islamista era convencer a todo el mundo de que se habían inmolado terroristas suicidas. 

A las doce de la noche Edudardo Zaplana desmentía la presencia de suicidas, pero la Ser no se bajaba del burro: era clave difundir la mentira a los cuatro vientos. García Ferreras en “El Larguero” de esa noche arranco diciendo que: “La Cadena Ser ha podido confirmar que al menos uno o dos de los posibles terroristas suicidas están entre los muertos. Es una información que ni el Ministro ni el Ministerio de Interior han querido confirmar. Es una información muy seria de la lucha antiterrorista”.  

Remataba Pedro de Hoyos el artículo citado en la primera entrega señalando que "Por cierto, ni durante ni después de la tragedia ningún francés tuvo nunca la tentación de acosar las sedes de ningún partido, estuviese en el poder o en la oposición; antes al contrario, nos dieron a todo el mundo un ejemplo de responsabilidad y saber hacer. Como en España cuando lo de Atocha"

De Pablo rara vez da su opinión en todo el libro. Se limita a exponer hechos que han sido declarados ante el juez o ante la Policía y a señalar con una profusión de citas inmensa, ante qué autoridad se realizaron dichas manifestaciones. 

Y cómo repite en numerosas ocasiones, "¡que cada cual concluya lo que le parezca!" . 


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