28 feb 2014

Un programa de cocina

Anoche estaba viendo en la tele un reality show yanqui de esos de cocineros, en la onda del que presenta Chicote en nuestro país y que consiste en que un afamado Chef examina un restaurante, tanto desde el punto de vista de su funcionamiento, como de su oferta gastronómica y calidad del servicio prestado. El local elegido siempre presenta graves problemas operativos que oscilan entre la horripilante calidad de la comida servida, la penosa imagen que transmite el local al cliente, la suciedad extrema que preside la cocina o el odio que se profesan los trabajadores entre ellos, por citar algunos. La forma en que conducen su crítica estos Chef  es siempre despiadada, cruel, feroz,…sanguinaria, pero sobreactuada. Vamos, toda la horterada habitual que un reality show necesita ofrecer para que los índices de audiencia aseguren la continuidad del programa y que, en este caso, terminan con un local totalmente reformado donde antes había un antro, una carta exquisita bendecida por “uno de los grandes” y una nueva cartera de clientes haciendo cola en la puerta del local.

En la versión yanqui, el papel de nuestro Chicote lo protagoniza un tal Gordon Ramsay, según Wikipedia, un hijo de la Gran……Bretaña galardonado con 16 estrellas Michelín a lo largo de su carrera. Aquí, una foto suya.
 

  
Nunca me paro a ver estos programas pero es que el episodio de ayer me impidió cambiar de canal. Era un "Grill Italiano" el sometido a escrutinio.

El dueño del local era un impresentable. La sopa del día se había preparado anteayer y desde entonces venía sirviéndose como si fuera hecha diariamente. La lasaña que se ofrecía como “fresca”, es decir, elaborada ad hoc, no sólo era congelada, sino que la sacaba del envoltorio y la preparaba en el microondas. Cobraba 30 $ por un plato de pescado con no se qué de cangrejo fresco, que resultó no ser cangrejo, ni fresco, sino un sucedáneo. Cuando el cliente pedía le hicieran un poco más el filete por encontrarlo crudo, en lugar de devolver el trozo de carne a la parrilla, ordenaba al cocinero que lo metiese en el microondas con el mismo fin. La carta entera, pollo relleno, ternera en salsa, pescados en salsa, todo estaba preparado y congelado desde hacía semanas. Lo sacaba de la nevera, lo colocaba en el microondas y lo servía al cliente.…….

Total, que al final del programa, llega el feliz desenlace. Eliminados los males detectados, con local reformado, con pocos, pero selectos menús renovados bajo las estrictas recomendaciones del Chef Ramsay, éste, orgulloso, enseñó a la cámara su plato estrella, mientras el realizador fundía la imagen con la de numerosas personas en la calle, que conocedores del prestigio del cocinero inglés, se precipitaban hacia la puerta del local muriéndose por poder paladear los nuevos y suculentos manjares. 

Juro que cuando vi aquello, - medio langostino insulso coronado con perejil, relleno con algo y presentado en el centro de un plato blanco inmenso, al que cruzaba una raya de salsa amarilla- lo primero que me dije fue ………..”mira Ramsay, viendo esta mariconada que has preparado…..es que pruebas los callos que hace mi madre y………..¡se te caen los huevos al suelo!"





23 feb 2014

Por el muelle de La Luz


Este es el último vídeo que he subido a mi cuenta de Youtube. Incluye fotos tomadas en distintas ocasiones en mis paseos por las instalaciones portuarias de Las Palmas de Gran Canaria. 

Las plataformas petrolíferas -espero que saquen el petróleo, si lo hay, cuanto antes- se han constituido en visitantes asiduas de  nuestra ciudad. Atracadas en las dársenas para reparaciones, fondeadas en la bahía a la espera de vitualla o de camino hacia las zonas asignadas de prospección. 

Las plataformas ya forman parte del paisaje propio de la ciudad y gracias a su inmenso tamaño son visibles desde casi cualquier punto. 

La música la hice durante la baja laboral de dos días, que me dio el médico como consecuencia de un accidente de trabajo de caracter leve. 

Mayormente suenan instrumentos virtuales, es decir, sacados del ordenador, armónicas, sintetizadores, bajo, baterías, efectos sonoros, junto con sonidos de guitarras de verdad que he metido en el ordenador a través de una interface de audio.

La verdad es que hacer la música con un Mac no es muy complicado y todo se basa bastante o en copiar, cortar y pegar o en  arrastrar con el ratón el sonido seleccionado para colocarlo en el lugar deseado del tema. Dos son los programas que trae de serie. Con el "Garage Band" compongo la música y con el "IMovie" el vídeo. Eso sí, exige un mínimo de "oído" y echar algo de tiempo seleccionando las secuencias sonoras y los efectos. Y otro rato, ordenando las imágenes para hacerlas coincidir, de alguna manera, con la música.






2 feb 2014

Bipartidismo


Un muy buen amigacho de izquierdas –¡perdónalo Señor, porque no sabe lo que hace!- me envió por correo electrónico un artículo sobre Alberto Garzón, un elemento que pertenece a Izquierda Unida y que ha diseñado la campaña por la “radicalidad democrática” que el partido mayoritario de los comunistas españoles piensa impulsar en todo el territorio nacional, al objeto de promover una “revolución democrática y social” y un “proceso constituyente”. Ya anticipo que el Parlamento, sede de la soberanía nacional, no se nombra ni una sola vez, ni parece resultar útil a IU como foro en donde intentar la puesta en práctica de sus propuestas. Me temo que el objetivo es “ganar la calle”.

Al hilo de esta campaña de IU cayó en mis manos el otro día un artículo del profesor Carlos Rodríguez Braun en el que señalaba, más o menos, que cuando un comunista utilizaba el término “democrático”, se refería a la democracia como se entendía anteayer en la República Democrática de Alemania o como se concibe hoy en la República Popular Democrática de Corea del Norte. Muy clarificador de por dónde van los tiros.

En la URSS, después de más de 70 años detentando un poder absoluto, con todos los resortes del Estado en una misma mano para poder desarrollar y aplicar el socialismo sin cortapisas, el sistema sólo funcionó en tanto en cuanto hubo un fusil apuntando a la cabeza del ciudadano. No se consiguió el reparto equitativo de la riqueza, ni el desarrollo económico, ni se colmaron las expectativas de los ciudadanos y encima no había libertad. En 1917 Rusia inició un proceso revolucionario que sólo trajo miseria, hambrunas, escasez y, finalmente, el colapso social y económico. Hoy es un país completamente capitalista.

China, el estado comunista más grande del mundo es en la actualidad el país que más adora el dinero. De los 1200 millones de almas que habitan este gigante asiático, sólo 400 millones viven como nosotros inmersos en una economía capitalista plena, libres para comprar y vender Iphones y Ferraris, bolsos de Loewe y yates, hacer turismo y hasta enviar a sus hijos a estudiar en el extranjero. Esta semana, sin ir más lejos, leía acerca de un chino que ofrecía 100 millones de euros al que se casase con su hija lesbiana……..es decir, otro país completamente capitalista. Sin embargo, la vida de los 800 millones de ciudadanos restantes se desenvuelve en la más completa estrechez y penuria, la misma que ha mostrado a lo largo del siglo XX la realidad empírica del socialismo puesto en práctica, la misma que se vive hoy en Corea del Norte. Es verdad que el fusil sigue dirigido a la cabeza del ciudadano chino, pero el capitalismo es una realidad para una parte del pueblo que gracias a ello, goza de un nivel de vida bastante superior al que disfrutan, en el mismo país, los que viven bajo el socialismo. En veinte años los 800 millones de pobres reventarán y la situación en China se volverá explosiva. Hay ya más un millón de ellos con una renta anual superior al millón de euros y es de dominio público que la élite comunista china oculta dinero en paraísos fiscales. ¡Los que odiaban el capital y lo culpaban de todos los males!

Esta renuncia explícita a las ideas socialistas junto a la asunción plena del sistema capitalista por parte de dos bastiones del comunismo de la talla de China y Rusia son razones suficiente para reconocer este fracaso ¿Qué más hace falta acreditar para enterrar al marxismo definitivamente? El PSOE ya renunció a él en 1976

¡Pues no! Alberto Garzón, comunista de IU, pretende impulsar una “revolución democrática y social” y un “proceso constituyente”, con aquellas mismas recetas fracasadas.  

De entrada, una de las siete acepciones que el diccionario de la RAE recoge del término “revolución”, lo define como “cambio violento en las instituciones políticas, económicas o sociales de una nación”. ¡Empezamos bien!

Propone este diputado de IU que para llevar a cabo la revolución social hace falta “lanzar a la clase trabajadora una propuesta de choque para crear empleo, una propuesta de cambio del modelo productivo desde la planificación democrática de la economía y una postura clara sobre la deuda soberana que establezca prioridad constitucional sobre el pago de la deuda a la defensa de las necesidades básicas del ser humano.”

Es increíble, pero no aprenden. Les resbala la nefasta y terrible experiencia obtenida de la Historia. ¿Generó tal vez empleo la URSS con su modelo productivo “de planificación democrática de la economía”? ¿Es que acaso sus ciudadanos vivían en la opulencia, ajenos a la escasez y a la necesidad gracias a la aplicación de políticas socialistas? ¿Sirvió de algo otorgar todo el poder al proletariado y acabar con la iniciativa privada? ¿Seguro que en una sociedad capitalista, es a la clase trabajadora a la que hay que lanzarle un propuesta de choque para generar empleo? ¿No se saca ninguna conclusión al comprobar que todos los países socialistas de Europa del Este, antaño satélites de la URSS, han adoptado ahora el capitalismo puro y duro?.........Ya digo.......resulta..........inexplicable.

Continúa Garzón apuntando que esta primera revolución social debe complementarse con una “revolución política”, que exige una “rebelión democrática, para poner en marcha un proceso constituyente que desemboque en una democracia republicana con nuevas reglas y nuevas instituciones para una sociedad que anhela la democracia y la participación política”.

Curiosamente, del término “rebelión” señala el diccionario de la RAE, entre otras acepciones, que es un “delito contra el orden público, penado por la ley ordinaria y la militar consistente en el levantamiento público y en cierta hostilidad contra los poderes del estado con el fin de derrocarlos”. ¡¡Yuupiii!!

La elección de expresiones como “revolución” y “rebelión”, que indudablemente llevan aparejada una evidente carga de violencia no es ni casual ni menor, sino que configura ésta como elemento intrínseco de la propuesta, eso sí, como ambos términos vienen adornados con el adjetivo “democrático”, -recordemos lo democrática que es Corea del Norte- se acepta como justificable si llega a producirse. Esto, en román paladino significa que si los españoles en las urnas no te otorgan su confianza, hay que rebelarse. Y lo que hay que hacer es sustituir al Parlamento como sede de la voluntad popular y trasladarlo “la calle”.

En fin, he leído la propuesta casi entera y reconozco que alguien que propone “revoluciones y rebeliones” callejeras como mecanismos para obtener sus pretensiones, obliga a seguir considerando el bipartidismo como el mejor antídoto frente este tipo de iniciativas intolerantes que únicamente aventuran la agitación y la desobediencia social de la que la izquierda ha echado siempre mano cuando sirve a sus intereses. 


Moto