14 nov 2017

Marc Márquez pegado a un clavo ardiendo

Ya he escrito varias veces que me encanta leer prensa anglosajona cuando por motivos deportivos algún español sobresale. Ha sido el caso del nuevo campeonato de MotoGP ganado por Marc Márquez el pasado domingo en el circuito valenciano de Cheste.

La verdad es que ayer estuve navegando por la sección deportiva de varios periódicos en lengua inglesa y el asombro con Márquez es no solo generalizado, sino que tiende al infinito.

Me he quedao con el artículo que Max Otley ha escrito ayer lunes en la revista norteamericana especializada "Motor Sport Magazine" por lo rendido que se muestra ante el poderío de nuestro compatriota.

El título es un juego de palabras que he adaptado libremente al español como el resto del artículo

Ahí va traducido

Márquez: the ledge beyond the edge
by Mat Oxley on 13th November 2017
Antes de empezar conviene poner en perspectiva algunos datos estadísticos. Ayer Marc Márquez ganó su sexto campeonato mundial en ocho años, pero lo probablemente más relevante es que destrozó dos de los records más importantes, en manos hasta ayer de algunos de los corredores considerados como los mejores de todos los tiempos: Valentino Rossi y Mike Hailwood.
Con 24 años, es actualmente el piloto más joven en ganar cuatro títulos de primera clase, arrebatando este honor a Hailwood que tenía 25 cuando ganó su cuarto entorchado en 1965. También es el piloto más joven en ganar seis títulos mundiales, record en poder de Valentino Rossi que ganó su sexto título cuando tenía 25, la corona de MotoGP 2004.
Más aún, Márquez es el primer piloto en 69 años de carreras de GP en ganar al menos cinco GP por temporada en ocho años y en tres categorías diferentes.
Se aseguró el título ayer con un estilo de conducción alucinante.
Ten claro que no hay ni un solo piloto “top” en este planeta que no haya estado rebobinando y re-analizando el espectacular “momento curva 1” de Márquez en el pasado gran premio de Cheste, y ni uno que no haya sacudido la cabeza con incredulidad murmurando:“….Pero……..¿cómo?........se ha caído, ¿no?............el neumático delantero está sin tracción……….sale humo de la rueda…..su pierna izquierda está levantada hacia el cielo…..se estrelló…….Pero ¿cómo hace eso? ¿cómo puedo aprender a hacer eso?” Y Márquez ha estado haciendo lo mismo hace un par de semanas cuando perdió el delantero en los entrenamientos del GP de Malasia.
En el “momento curva 1” de Sepang, Márquez conducía a 65 kms/h y ya aquello fue lo suficientemente fuera de lo común. El neumático delantero estuvo unos 10 metros bloqueado, dejando un  resto embadurnado de goma en la pista, su Honda RC213V era incapaz incluso de iniciar la entrada en la curva y entonces, la moto se cayó. ¿Se había salido de la pista?…….no. Se había lanzado a pelear colocándose entre la moto y el asfalto y le funcionó. Márquez salvó ese momento como si hubiese estado manejando una minibike en lugar de una máquina de MotoGP de 150 kilos y 260 caballos de fuerza. Veinte minutos más tarde estaba de vuelta en las clasificatorias, marcando el asfalto con más goma en la curva 1 pero con la rueda trasera esta vez.
Mi comediante favorito de todos los tiempos, Bill Hicks, fallecido hace algunos años, explicó perfectamente este talento “de fuera de este mundo” de Marc Márquez. No hablaba específicamente de corredores de motos, sino de personas que vivían al límite y concretamente se refería al Rolling Stone, Keith Richard, quien pasó su vida viviendo en  el borde del rock and roll.  "Keith fue más allá del límite; después todos miramos hacia abajo, comprobamos que efectivamente había un límite y que Keith había aterrizado encima", bromeó, recordando la capacidad de Richards para llevar las cosas al extremo como nadie más. "¿Habrá un asidero más allá del barranco?,…..¿lo sabía alguien? Keith encontró ese asidero: ¡qué explorador, qué hombre más audaz!”
La conducción de Márquez lo convierten en un “explorador”, al igual que Kenny Roberts, quien introdujo arte en el manejo de las ruedas traseras en una parrilla de Grand Prix a finales de los años setenta. Los rivales se quedaron asombrados ante la habilidad de "King" Kenny utilizando el tren trasero, al igual que admiran los de ahora la capacidad de Márquez para controlar el delantero.
Roberts y Márquez llevaron las cosas al siguiente nivel. Se necesitaron varios años para que todos se familiarizaran con la técnica del estadounidense y lo más probable es que pasará un tiempo antes de que todos se pongan al día con Márquez.
La salvada del domingo ha sido la más portentosa hasta ahora y no hablamos de ir a 65 kms/h como en Sepang, porque en Cheste Márquez entraba en la curva a 150 kms/h. El grip delantero fue tan impreciso en toda la prueba que se produjeron nueve caídas, más que en cualquier otra carrera en seco este año. Márquez pilotó de forma relativamente conservadora la mayor parte de las 30 vueltas hasta que finalmente comprobó que Andrea Dovizioso no iba a obtener la victoria que necesitaba para llevarse el título y comenzó a empujar hacia la victoria, razón por la cual casi se convierte en el décimo en caerse al piso.
 "Antes que nada, cuando llegué al final de la recta sentí que tenía otra moto muy cerca de mi y frené demasiado tarde", dijo. "Este fue el primer error. Luego entré en la curva demasiado rápido y de repente noté en el tren delantero la vibración con la que habíamos estado luchando todo el fin de semana, perdí la delantera y me dije, OK, no voy a soltar moto, con ella hasta el final. No sé si terminaremos en la grava, en la pared, o ... No sé, pero no pienso soltarla. Sabía que había perdido el tren delantero, pero pude salvar la caída utilizando el codo. Empecé a empujar con él y con la rodilla al 100 por ciento. Creo que la razón por la que salvé el accidente fue debido a la tensión de la carrera. Estaba demasiado rígido sobre la moto pero a la vez realmente atento todo el tiempo. Luego, cuando tiré de la moto, tal vez podría haber intentado quedarme en el asfalto, pero……..bueno, preferí ir a la grava"
Márquez recuperó la pista en el quinto lugar, pero se colocó en tercera posición tras la caída de Jorge Lorenzo primero y la de Dovizioso a continuación.
Se ha caído veintisiete veces en la última temporada –compáralo con las seis de Dovizioso- lo que constituye otro record de todos los tiempos para el ganador de un Campeonato. En realidad, él mismo bromeaba tras la carrera, señalando que se había caído veintisiete veces y media y que quizás habría otras cincuenta ocasiones en las que había estado a punto.
“Es demasiado” añadía riéndose. “También es cierto que he tenido suerte con las lesiones, pero me di cuenta que esta era la manera de pelear por el título de 2017: empujar desde el primero de los entrenamientos libres (FP1)

Yo salgo a la pista y en la segunda o tercera vuelta ya estoy casi en tiempos de record, siempre tirando y empujando la moto al límite. Eso hace que me vaya sintiendo más y más cómodo con ella y me ayuda a dar información más amplia a los mecánicos. Más tarde en la carrera pienso, "ya tuviste un aviso en esa curva o en aquella otra, así que intenta calmarte. Ya se que arriesgo un montón, pero para mi, es la manera de hacerlo”

Este es el método para la locura de Márquez. Algunos argumentan que los pilotos se caen porque no saben lo que están haciendo, pero cuando Márquez se cae, él sabe exactamente lo que está haciendo: está confirmando de forma absoluta y definitiva la localización del extremo máximo para absorber y procesar toda esa información. Muchos pilotos afirman no poder ir más rápido por estar yendo al límite, pero ¿cómo van a saber realmente si lo están, sin empujar un poco más allá? Como decía Bill Hicks “hay un clavo ardiendo más allá del precipicio con el que es posible sobrevivir si eres audaz y atrevido”. Es ahí donde vive Marc Márquez: agarrado al clavo hirviente que hay en el precipicio y que hasta ahora nadie más ha encontrado.

Los grandes pilotos de motociclismo no solo tiene muñecas derechas rápidas, también sus cerebros funcionan con mucha rapidez. Probablemente son Rossi y Márquez los más brillantes de los que he entrevistado. Los dos hablan usando su segundo idioma y aunque se expresan claramente, sabes que mientras están charlando contigo tienen la mente en otras cosas más importantes. Así es como hacen lo que hacen en la pista: tienen ese ancho de banda mental para poder pensar en la técnica del pilotaje, en la estrategia de carrera, en la configuración de la moto y en todo lo demás, a la vez que tiran a muerte en el circuito.

Nadie debería tampoco olvidar que Márquez ganó su cuarto título de MotoGP en cinco años, mientras desarrollaba un nuevo motor. El big-bang en los motores de Honda puede hacer que la RC213V sea ligeramente más facil de manejar a lo largo de la distancia de una carrera, pero su par motor y las características de su potencia alteran todo en la moto, desde el ratio de las marchas, a los ajustes electrónicos y de suspensión. Por eso sólo tiene una victoria en las primeras ocho pruebas del campeonato de 2017 y cinco en  las últimas diez.

Márquez es también el primer piloto desde Mick Doohan en 1998 en ganar un título de primera clase, a pesar de tres abandonos. Las dos caídas en las primeras cinco carreras, le aclararon que debía ser más inteligente con el tren delantero, exactamente igual que hizo ayer

Nadie sabe cuál es el piloto más grande de todos los tiempos, pero cualquier piloto de élite te dirá que nunca ha habido nadie como Marc Márquez, un tipo que baila alegremente por el borde del precipicio, que viaja colgado de un pie sobre el abismo y que de repente es capaz de rescatarse a sí mismo con sus huellas dactilares pegadas a un clavo ardiendo

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