7 ago 2018

Por Juncalillo y hasta Artenara

Este pasado domingo volví a salir con la moto. 

Había previsión de altas temperaturas y ya el fin de semana anterior que anduve por el Sureste de la isla hacía bastante calor, así que me puse unos vaqueros, una camiseta de manga corta y la chaqueta de la moto encima, cogí los guantes de verano, el casco y sobre las 8.15 estaba, como siempre, por el Muelle Deportivo.

Un fleje de gente, caña en ristre, ocupaba una gran parte de la escollera. Pensé que o era una coincidencia o se trataba de algún concurso de pesca deportiva. 

Salí por el norte dejando atrás el Auditorio Alfredo Kraus y la ciudad cubierta por la panza de burro. La conducción maravillosa. A esas horas no hay casi tráfico y sin darme cuenta había llegado a Bañaderos a una velocidad constante de 80 km/h. Entré en la primera rotonda y seguí recto respetando al máximo el límite de 50 km/h porque por esa zona la Guardia Civil....hace su trabajo y así continué hasta que llegué a la subida de los puentes de Silva.......y claro, ya allí pues...............¡juro que no había nadie en la carretera!........¡los cuatro carrilles estaban vacíos!...........en fin, que tiré de cada marcha como si no hubiera mañana para ellas y seguí allí arriba, en la parte alta de revoluciones del motor, bajando de sexta a quinta para entrar trazando las dos o tres curvas que hay hasta que llegas al primero de los túneles, en donde aflojé porque apareció un coche...., quinta, cuarta.....y luego cuando ya el coche había quedado atrás........¡pongo a Dios por testigo que volvía a no haber nadie en la carretera! Cuarta, quinta y sexta a full.......luego llegué al final de los puentes, -unos 1000 metros más adelante-, y ya volví a mis 80km/h habituales. Hay un mundo distinto conduciendo por encima de las 5 mil revoluciones y reconozco que ese mundo me encanta. 

Total que llegué a Guía, pasé Gáldar y terminé subiendo por Hoya Pineda. De pronto había nubes y una especie de ligera bruma envolvía la zona. Continué hacia arriba con la esperanza de encontrar el calor previsto pero nada, aquello iba a más. Al poco la bruma se convirtió en una fina lluvia que el viento llevaba de un lado a otro de la calzada. Pasé el barrio de El Agazal, el de Los Silos, el de Hoya Pineda, el de Tegueste y antes de llegar al de Saucillo.................................
 
................tuve que parar.

Los dedos de las manos se me habían enfriado tanto que ya me costaba tirar de la maneta del embrague. Con la moto al ralentí, las puse a calentar delante del tubo de escape.

Ahí mismo


San José de Caideros era el último barrio antes de tirar para Fagajesto que ya por fin trajo el sol que llevaba buscando desde hacía kilómetros

Las nubes y el frío ya quedaban allá abajo

Y de ahí ya enfilé hacia Juncalillo

Esta fue otra de las partes altamente gratificantes de la ruta. Carreteras vacías, sin tráfico y con una visión plena en la distancia del sentido contrario de la circulación. Estuve kilómetros rodando a 40km/h, en segunda y en tercera, aprovechando el freno del motor en las bajadas para entrar en una curva con la moto tumbada,  girarla hacia el otro lado y trazar la siguiente y así hasta que llegué a Juncalillo. Otro placer inmenso. Y no creo que pasase de 50 km/h en ningún momento
 


Juncalillo desde la entrada del pueblo y el cementerio municipal a continuación

Una vista por encima de las nubes

El pueblo estaba en fiestas. De hecho, la noche anterior había habido verbena

 En un muro, junto a un chiringuito


Estuve un rato por allí esperando a ver si abría la iglesia y hacer fotos del interior pero me fui y seguía cerrada. 

 

  Algunos detalles



De allí seguí hacia Artenara aunque reconozco que paré en un mirador a la entrada del pueblo, tiré un par de fotos y ya me volví para casa


  Las torres de la iglesia de Artenara


 De aquí bajé hacia Valleseco, luego Teror y ya a casa


Sobre las 12.15 dejaba la moto aparcada en mi casa.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Moto