Estas primeras son de la casa en la que se celebró el almuerzo de Navidad con los compañeros de trabajo el pasado viernes.
El inmueble es soberbio. Varias plantas, chimenea, habitaciones espaciosas, amplio aparcamiento, zonas de esparcimiento, barbacoa enorme y finalmente, las vistas espectaculares desde la cristalera de la segunda planta. En alguna se puede ver, aunque cuesta, Fuerteventura en el horizonte.
Esto es lo que quedó de las dos plataneras después del temporal de viento que las arrancó. Sólo quedó este "hijo"
Y estas son las papas que hay que coger proximamente. Este fin de semana pasado ya sacamos un par de surcos y fritas están del 15. Habrá que reclutar tropa. Sé que mi hermano Óscar, que es de los que les encanta madrugar está deseando darle a la gancheta.
Y aquí unas cuantas de la ciudad, junto con otras de un día de pegas de Vela Latina Canaria.
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