18 jul 2014

Tres adolescentes



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Como es habitual para gran parte de la prensa de nuestro país y no digamos en las redes sociales, el último episodio del conflicto palestino-israelí tiene al culpable designado por anticipado.
Estos incidentes se producen en Oriente próximo de forma periódica, en mi opinión, con el único objetivo de provocar la respuesta militar de Israel que parece no debe/no puede/no-tiene-derecho-a defenderse. La secuencia de hechos también es invariablemente idéntica: Israel es atacado, responde a la agresión y acto seguido es machacado en la prensa internacional.
Los ejemplos en el tiempo son variados, pero por centrarnos en el que vivimos desde hace semanas y en pocas palabras, los hechos son los siguientes:
1.- Tres adolescentes israelíes son secuestrados el 12 de junio.
2.- Israel responde lanzando una potentísima operación de búsqueda por Cisjordania utilizando para ello a su Ejército.
3.- Los jóvenes israelitas aparecen asesinados tras dos semanas siguiendo infructuosamente su rastro
La provocación o, directamente la agresión, tiene que ser siempre inadmisible o brutal para generar una respuesta militar contundente y expeditiva por parte de Israel. Ese es el objetivo. No se busca nada distinto de la utilización mediática de la dureza que esa respuesta pueda alcanzar.
Basta recordar el episodio de la “Flota de la Libertad” que intentando romper el bloqueo que la Marina de Guerra de Israel había impuesto en la zona, a pesar de haber sido amenazada con la intervención de comandos de boinas verdes si lo hacía, no dudó en mantener el desafío para terminar con nueve activistas muertos y treinta más heridos.
Según el diario El Mundo, hasta el 14 de julio Hamas ha lanzado más de 1000 misiles sobre suelo judío, cubriendo su autonomía más del 60 % del territorio de Israel.
A pesar de que con su enorme superioridad militar podrían arrasar la zona, veo como los aviones de combate israelíes atacan edificios con precisión milimétrica. Bombardean uno y el inmueble de al lado casi ni lo siente. Han aceptado las treguas que se le han propuesto desde el inicio de este nuevo episodio. La última fijada para ayer día 17 entre las diez de la mañana y las tres de la tarde, ha sido rota por Hamas, una vez más, a las dos horas de su comienzo con fuego de mortero. Avisan a los habitantes de las zonas palestinas donde hay lanzaderas de largo alcance para que abandonen sus casas antes del ataque aéreo. El Ejército israelita –continúa el diario- ha atacado 1470 objetivos, incluyendo 730 lanzaderas y más de 200 túneles.
Recuerdo haber leído una entrevista a un palestino: “De repente entraron en mi vivienda cuatro o cinco hombres armados y sin mediar palabra empezaron a instalar una lanzadera de misiles en nuestro patio. Les pedí por favor que no lo hicieran, que la aviación israelí la localizaría, que respondería para eliminarla y me quedaría sin mi casa. Uno de ellos se volvió, me apuntó con su fusil y me dijo que me callase si quería seguir vivo”.
Escuché a Netanyahu ayer o anteayer: “debe entenderse que nuestro enemigo se esconde en mezquitas, construye depósitos de armas debajo de hospitales y sitúa puestos de mando junto a guarderías”.
Hamas afirma por el contrario que “el ejército israelí, con la excusa de buscar a los tres israelíes que desaparecieron el 12 de junio a la salida de un centro escolar localizado cerca de la ciudad de Al-Jalil (Hebrón), en Cisjordania, emprendió una operación que ha devenido en la detención de al menos 340 palestinos”
En fin, que la realidad de los hechos muestra que mientras que unos disparan indiscriminadamente misiles sobre una población civil, otros responden a esa agresión avisando a los civiles de la otra parte antes de lanzar su ataque de respuesta, para que desalojen la zona y minimizar así daños entre éstos. Cuando se ha pactado una tregua, unos la han respetado y otros la han quebrantado. Cuando se trata de valorar la vida de los propios ciudadanos, Israel no duda un segundo en liberar a 450 prisioneros palestinos, a cambio de uno sólo de los suyos: el soldado Gilad Shalit. La vida humana para Hamas no merece el mismo valor y los treinta segundos subtitulados de este portavoz de Hamás en este primer vídeo o los cuarenta y siete segundos del otro son prueba irrefutable de ello.



El Primer Ministro israelí a preguntas de periodistas señalaba, “mire, aquí hay una gran diferencia, mientras que nosotros utilizamos misiles para proteger a nuestra población civil, ellos utilizan a la suya para proteger sus misiles". Youtube ofrece más ejemplos que ratifican lo manifestado por Netanyahu

Me temo que la realidad diaria de muchos de los habitantes de Gaza y Cisjordania es la de ser rehenes de los terroristas sunitas de Hamas y de los terroristas chiitas de Hizbolláh, dos grupos que se odian a muerte, para los que la vida humana en general no vale un pimiento si no te sometes a sus pretensiones -véase los salvajes que están en Irak-y que por eso mismo, hacen más que verosímiles las acusaciones de utilización de civiles palestinos como escudos humanos.


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