8 jul 2015

¡Es el comunismo, estúpido!

Lo de Syriza y el gobierno de Grecia ya raya lo intolerable. Son muchísimos los ciudadanos europeos que están hasta el gorro de la insolencia irresponsable desplegada por Tsipras hasta ahora y son otros muchos europeos, pequeños ahorradores, titulares de cinco o diez acciones de, por ejemplo Telefónica, que han perdido dinero cada vez que la bolsa se ha visto sacudida por culpa de la incertidumbre en que Grecia nos tiene sumidos. Única y exclusivamente por Tsipras

Hoy han solicitado un tercer rescate en un ejercicio de incoherencia lamentable ya que a la misma vez Tsipras ha ido al Parlamento europeo y en lugar de presentar en ese momento alguna propuesta seria, ha vuelto a ofrecer humo, colmando definitivamente la paciencia del resto de miembros de la UE. Tienen hasta las 23:59 horas de mañana jueves para presentar una nueva propuesta.  Europa no puede permitir que este asunto se siga dilatando ad infinitum. Si el próximo domingo no hay acuerdo, Grecia quedará fuera de la Unión y espero que esta vez, sea así.

En cualquier caso y aunque un Grexit nos va a perjudicar a todos, lo cierto es que a los ciudadanos griegos se les presenta un futuro tan verdaderamente terrible, que me cuesta entender cómo Tsipras está decidido a empujar a sus compatriotas a la miseria y al desastre absoluto. La banca griega ha pedido a su gobierno esta mañana reducir la retirada de efectivo de los cajeros de 60 a 30 euros por persona y día.

También hoy el diario británico "The Economist" publica una editorial tan contundente y aterradora como la del Wall Street Journal de ayer. 

Ahí va traducida.


Consecuencias económicas derivadas del gobierno de Syriza

Tras la celebración de la victoria del "NO" en la plaza Sintagma después del referéndum del domingo, ahora llega la resaca. Los griegos estaban desatados "porque estamos cansados de todo, de todas las mentiras, de estar pagando a los ricos y de años de austeridad especialmente para los jóvenes" tal y como nos comentó uno de los jóvenes que participaban en la celebración. 

Sin embargo, poniendo los pies en el suelo, con una tasa de desempleo juvenil del 50 %, muchos tendrán muy poco que celebrar durante mucho tiempo. La juventud griega ha apoyado la actitud agresiva adoptada por Syriza y por su lider, el primer ministro Alexis Tsipras para con los prestamistas de Grecia, cuya posición dentro del país se ha visto reforzada con el resultado del referéndum.

Pero dos días después del cierre de las urnas, lo único cierto es que la economía real de Grecia se está desmoronando. La imposición de control de capitales fijada por Tsipras después de convocar el referéndum el 26 de junio ha mantenido los bancos cerrados. Los ciudadanos griegos de a pie han visto limitados sus reintegros de cajeros automáticos a 60 euros al día (ahora 50 al empezar a escasear los billetes más pequeños). Muchos cajeros en Atenas ya se han quedado completamente vacíos.

Las empresas han sido golpeadas duramente. Las transferencias bancarias al extranjero han sido prohibidas con unas pocas excepciones. Fuera del país nadie acepta dar crédito a los griegos. Este hecho ha dañado gravemente, no sólo a las empresas que se apoyan, precisamente, en ese crédito para importar bienes, sino también a los turistas helenos desconcertados al comprobar que sus tarjetas de crédito dejaban de funcionar. El suministro de alimentos y el de algunas medicinas ha empezado a escasear; un incipiente mercado negro de medicinas contra el cáncer se atisba ya en el horizonte. Como informábamos el pasado domingo: 

"Grecia se apoya, casi totalmente, en importaciones extranjeras para procurarse el suministro de medicinas. Pero desde que la imposición del control de capitales establecida el pasado domingo trajo aparejada la parada repentina del sistema bancario, algunos proveedores han dejado de suministrar medicamentos clave porque no se les puede pagar. Así las cosas, (esta farmacéutica) todavía tiene insulina en stock para una semana más, pero a partir de entonces, tendrá que empezar a rechazar pacientes. "Sabes lo que eso significa?" -me pregunta intentando mostrarse orgullosa-, "¿sabes para qué sirve la insulina?"

Obviamente y a resultas de ello, el crecimiento económico griego -que empezó a caer justo después de que Syriza llegase al poder- se ha parado en seco. El consumo ha caído un 70% desde que se impuso el control de capitales según señala la Confederación Griega de Comercio.

Ciudadanos y empresas acaparan dinero efectivo a la misma vez que bienes de consumo esenciales empiezan a escasear, todo lo cual genera una mezcla que resulta altamente tóxica para cualquier economía. La decisión adoptada ayer por el BCE de mantener la línea de ayuda de emergencia a los bancos griegos y el incremento de los descuentos aplicados a los bonos griegos, aceptado como algo colateral, sólo conseguirán acentuar aún más el crujido financiero en el corto plazo.

Grecia se queda sin tiempo. En los próximos días, o se consigue un acuerdo que permita al BCE reabrir la espita de la liquidez o la caída del sistema bancario conducirá a la salida de Grecia de la zona euro. En cualquier caso, el daño ocasionado por este período de incertidumbre y sequía financiera será muy grave.

La historia de la economía sugiere que un sistema económico puede, sorprendentemente, recuperarse cuando es golpeado con dureza, con medidas como la imposición temporal de controles de capital o con la reducción de la capacidad de suministro de dicha economía. La economía chipriota, por ejemplo, empezó a crecer otra vez al año de haber impuesto un control de capitales. Y como señala la experiencia británica en materia de huelgas generales, una interrupcción temporal de una o dos semanas en el suministro nacional no suelen producir mucho impacto hasta pasado un año. Abandonar la unión monetaria no sería un completo desastre; países como Irlanda (que dejó la libra esterlina en 1978) lo han logrado con anterioridad. Y a otros países, manejando los tipos de cambio fijo -como Inglaterra en 1931 y 1992- les permitió salir de largas recesiones inmediatamente después de haber probado el sabor del aceite de ricino.

Pero hay tres razones fundamentales en las que los economistas se basan para asegurar que la economía griega va a sufrir bastante más que otros desafortunados. En primer lugar, la incertidumbre que se vive a día de hoy, está probablemente dañando la demanda futura a un nivel al menos tan grave a como lo está haciendo con la demanda actual. Por ejemplo, las reservas turísticas de futuro han caído alrededor de una tercera parte desde que se impuso el corralito, extremo que afecta sobremanera en la medida en que el turismo supone para Grecia 1/6 de su PIB. Y siendo tan vitales las reservas veraniegas, la conclusión evidente es que no podía haberse elegido una fecha más desastrosa para desencadenar esta crisis que a principios del mes de Julio, es decir, en el peor momento del año.

En segundo lugar, la mayoría de los países que han experimentado una rápida recuperación tras una interrupción temporal de suministros y de salidas de tipo de cambio fijo son capaces de disponer de un sistema bancario solvente y con una liquidez suficiente para financias la inversión y el crecimiento por medio de préstamos.

Pero la economía griega, que está a punto de venirse abajo como consecuencia del corralito y de la fuga de capitales, se encuentra en una posición mucho más incómoda. En tercer lugar, la rapidísima introducción de nuevas reformas económicas en una Grecia fuera del euro, combinada con una gestión seria de las cuestiones macroeconómicas, tampoco significaría un cojín con el que la economía helena pudiese amortiguar los peores efectos que se derivarían de una salida y que los conducirían hacia un repunte de la situación anterior. Encima, son pocos los que fuera de Grecia conceden a Syriza la intención o incluso la capacidad y competencia para ejecutar esta transición de forma tranquila y responsable.  

Cualquiera que sea el destino político de Grecia, su economía va a empeorar muchísimo antes de que empiece a mostrar signos de recuperación.

1 comentario:

  1. Acabo de leer el artículo de “The Economist”, y viendo semejante panorama me reafirmo aún más en mis apreciaciones. ¿Cómo puede Syriza y el Gobierno griego ir tan de sobrado, con tanta soberbia, cuando estás donde estás? A veces hay que tragarse el orgullo y bajar la cabeza. En este caso ni siquiera te obligaban a ello.



    Pasarán unos años y se podrá valorar qué aportó el partido comunista griego a Grecia. Qué había justamente antes y cómo resultó después, tras la llegada de esta gente al poder. Será interesante, seguro. Al final, como políticos que son, mirarán a otro lado y culparán a los demás, responsables de todos los males sufridos y por sufrir, cuando lo único que han hecho ha sido no querer seguir pagando la fiesta de otro.



    Mi amigo Matthias sigue el tema desde la perspectiva alemana y dice que el pueblo alemán, mayoritariamente, está harto de los griegos y está pidiendo a Merkel que les deje ir (o les empuje a irse, que tanto monta). El dicho “no se muerde la mano que te da de comer” parece que los griegos no lo conocen o son tan terriblemente estúpidos de pasárselo por el arco del triunfo. De Aristóteles a Tsipras, ¡menuda involución!



    Saludos

    ResponderEliminar

Moto