11 ago 2010

Hipocresía militante

De todo el revuelo formado por la negativa del Secretario General de los socialistas madrileños a renunciar a su candidatura a la presidencia del Gobierno autonómico, a mi no me cabe la menor duda de que nada había más alejado de las intenciones de Zapatero que la celebración de unas primarias para elegir al candidato madrileño.

Pienso que la experiencia gallega con Touriño, al que Pepiño Blanco, es decir, el aparatchik, había "recomendado", por activa y por pasiva, pero de forma infructuosa, el adelantamiento de las elecciones, como mecanismo para evitar una derrota severa, a la vista de unas encuestas que no auguraban más que el desastre, sirvió para que a ZP no le costase mucho aceptar la intromisión descarada, -aunque por otro lado, absolutamente normal en nuestra democracia- que le proponía su número dos, para evitar que, un desconocido, esto es, un tal Tomás Gómez, pudiese convertirse en el candidato socialista de Madrid.

Por eso Trinidad Jiménez. Una cara agradable, una persona con una larga trayectoria política, que parece gustaba más al partido, es decir, a Pepiño, que el
Secretario General de los socialistas madrileños.

Total, que después de todo este guirigay sólo me queda claro que ni la dirección del Psoe, ni Pepiño, ni Zapatero querían primarias en Madrid para elegir el candidato, y para eso convocaron a Gómez en Moncloa, para hacerle renunciar, pero claro
no contaban con que éste se revirase, se plantara frente al mismísimo Presidente y que no le temblase el pulso para negarse a ceder el paso a Jiménez, con una especie de "yo de aquí, no me muevo", para a continuación manifestarle su disposición a aceptar a la amiga Trinidad, dentro de su candidatura. Vamos, la humillación más absoluta para con el Jefe.

Parece -ya era hora-
que en el Psoe empiezan a perderle el respeto a ZP. Tal vez hayan comenzado a darse cuenta de que no sólo lleva a España proa al marisco, sino que, como comentaba José María Carrascal en uno de sus artículos de esta semana, "el Psoe, era de las pocas cosas que a ZP le faltaba por destrozar" y se ha puesto a ello con fruición.

Ha manipulado a los socialistas de Cataluña. Ha hecho y deshecho, por medio de la inconmesurable Leire Pajín and family, y frente a Jorge Alarte en Valencia, en donde también ha metido baza, la Vicepresidenta De la Vega, con su "extraño" empadronamiento fuera de plazo
. A los socialistas canarios, imponiéndoles al maleducado de Juan Fernando López como candidato a la presidencia del Gobierno de Canarias................

Aún así, nuestro Primer Ministro, que sinceramente cree que la población en general y sus votantes en particular son idiotas, declara en la prensa de hoy que
"las primarias del PSM ponen de manifiesto la libertad interna y la impronta democrática en su partido, por lo que ha instado a recurrir a la libertad y democracia en el proceso de primarias para elegir al candidato socialista, pero ha recalcado que no es una recomendación a nadie en concreto". ¿Libertad interna? ¿Impronta democrática? ¿en su partido? Pero y entonces, ¿para qué convocó al de Parla en Moncloa? ¿Cuál fue el objeto de las manifestaciones públicas de variados prebostes del Psoe, no sólo decantándose descaradamente por Trinidad Jiménez, sino minusvalorando incluso la candidatura de Tomás Gómez? Las primarias ahora son un ejercicio democrático, única y exclusivamente, porque le ha salido el tiro por la culata.


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