Hoy he vuelto a dar un paseo hasta el Roque Nublo. La última vez fue a iniciativa de mi padre, el pasado mes de mayo. En esta ocasión, ha sido mi mujer la promotora.
Nos levantamos temprano y sobre las nueve y media ya estábamos en camino. Nos bastó llegar a Tafira Baja, para darnos cuenta que íbamos a tener un día de calor fuerte.
A las once menos cuarto, más o menos, estábamos aparcando el coche frente al camino rural que conduce a la base del Roque. Temperatura: 29/30º C.
Ni punto de comparación con la subida que había hecho con Luis y mi padre en mayo. Aquella vez, recuerdo subimos con una temperatura de entre 7 y 9 º C y la hicimos toda de un tirón. Se nos hizo muy cómoda. Hoy, con el calor que hacía, tuvimos que parar varias veces a coger resuello. Y ya arriba, en la base del Nublo, el calor apretaba bastante más.
Vimos a varios jóvenes guiris subiendo sin camisa y en bañador y dimos por supuesto que esta noche, ya en su hotel, notarían los "beneficiosos resultados" que el sol produce cuando cae a plomo sobre la piel blanca y lechosa de cualquier empleado de banca o fontanero oriundo de Schwarzwald-Baar, en el estado aleman de Friburgo, que tan a menudo nos visitan para pasar sus vacaciones en nuestra isla.
La ventaja, respecto de la subida pasada, estuvo en el tiempo y las fotos son prueba de ello. El día, totalmente despejado, dejaba a la vista un Teide soberbio desde cualquier punto que se le mirase.
Indudablemente, una Gran vista del Teide desde Gran Canaria.
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